MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Estalla nueva crisis tras la importación de más de 2 mil toneladas del agave
Henequén, símbolo de pobreza para 14 mil campesinos yucatecos
Ť Interviene el gobierno para que empresarios consuman primero la producción de ejidatarios locales
Luis A. Boffil Gómez, corresponsal, Mérida, Yuc. Ť El sorpresivo incautamiento de 2 mil 650 toneladas de fibra de henequén provenientes de Brasil, a finales de agosto pasado, derivó en un nuevo detonante a la prolongada y casi agónica crisis de la legendaria planta en el estado que, paradójicamente, enriqueció a unas cuantas personas y que hoy representa la imagen de pobreza e incertidumbre para 14 mil campesinos yucatecos.
Hablar del henequén en Yucatán significa remontarse a principios del siglo xix, a la instalación de haciendas, explotación de campesinos, tiendas de raya, el descubrimiento del llamado oro verde, las primeras inversiones millonarias de Estados Unidos en la entidad; ricos y pobres, auge y decadencia.
A fines de agosto, cuando campesinos agrupados en la Alianza de Plantas Ejidales conocieron de la compra que se estaba haciendo del producto brasileño, advirtieron a los empresarios henequeneros que cerrarían 11 desfibradoras en represalia porque éstos continuaban importando, sin adquirir la hoja yucateca. La desesperación de 3 mil 500 campesinos era evidente: tenían 130 toneladas de henequén embodegadas, crecientes deudas y cero compradores.
Cumplieron su amenaza. Paralizaron las 11 procesadoras y la crisis estalló. De inmediato, los productores solicitaron ayuda al gobierno del estado y éste prometió una respuesta en breve. El 22 de agosto, en una acción sorpresiva, camiones que transportaban toneladas de fibra importada desde Salvador de Bahía, Brasil, fueron detenidos por elementos policiacos de la Secretaría de Protección y Vialidad a solicitud de la Secretaría de Desarrollo Rural estatal. Dos pretextos: la importación carecía de permiso y el henequén tenía que ser "fumigado" por cuestiones sanitarias.
Ante el disgusto e incredulidad de los empresarios, el operativo produjo una baja en las filas gubernamentales, Sergio Conzuelo Robledo, director de Asuntos Henequeneros de la Secretaría de Desarrollo Rural, fue cesado por estar presuntamente coludido con los primeros y permitir, en contra de la producción local, la importación del agave. El funcionario fue relevado por Candelario Rodríguez de la Fuente y de allí comenzaron las gestiones para resolver el asunto. De Conzuelo Robledo, director en el interinato gubernamental de Dulce María Sauri Riancho de Desfibradoras de Yucatán (Desfiyusa), no se habló más.
Pero la realidad es evidente. Los empresarios, entre ellos Hidalgo Jiménez Ruiz, uno de los principales beneficiados con la importación de la fibra, no pagan -a la fecha- un sólo impuesto compensatorio y además les sale más barato adquirir el henequén en Brasil, Kenia o Tanzania que comprarlo en Yucatán. Ejemplo: por cada kilo de hojas importadas pagan casi cuatro pesos, mientras que en Yucatán erogarían 5.50 pesos. Asimismo, traerlo del extranjero es redituable por el ciclo reproductivo que en la entidad es de seis a siete años. En aquellos lugares, un promedio de cuatro.
El veterano empresario Ernesto Molina García, presidente de la Unión de Crédito Agrícola y Ganadero de Yucatán, sostuvo que la importación del henequén es contraproducente para los industriales, porque de acabarse la producción local, "entonces Brasil se aprovecharía y elevaría sus precios". Por eso, dijo, que la importación debe ser un "negocio efímero".
Por su parte, el delegado de la Secretaría de Agricultura, y Desarrollo Rural (Sagar), Noé Peniche Patrón, lamentó el conflicto, pero al mismo tiempo censuró la "falta de solidaridad" de los empresarios yucatecos con la producción local del henequén. Planteó regular la importación ante el riesgo de caer en una anarquía.
El diputado federal perredista, Eric Villanueva Mukul, especialista en temas agrarios y autor de varios textos alusivos, pidió al gobernador, Víctor Cervera Pacheco, crear un organismo que regule el precio del henequén, y a la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi) solicitó imponer cuotas para la importación de fibra.
Solución al conflicto
Aunque en la solución del problema Cervera Pacheco no apareció públicamente, su gobierno instrumentó varias medidas. Cuatro días después que el asunto estalló, en una reunión entre funcionarios gubernamentales, campesinos y empresarios se acordó una solución. Los industriales se comprometieron a comprar las 130 toneladas del henequén embodegado, y anualmente adquirir 10 mil 400 toneladas que producen 14 mil ejidatarios dedicados a esta tarea.
En términos generales, las empresas Hilos Agrícolas de Yucatán y Manufacturas de Henequén de Yucatán comprarán, cada una, 25 por ciento: Otras dos, Tejidos de Henequén y Derivados de Henequén, adquirirán 20 por ciento cada una, y Fieltros de Henequén el 10 por ciento restante.
Otro de los puntos del convenio es que las importaciones de henequén continuarán, siempre que se consuma -en primera instancia- la producción local y se observen las medidas oficiales de sanidad.
Yucatán produce actualmente de 22 a 24 mil toneladas al año, entre ejidatarios independientes, parcelarios afiliados a la CNC y particulares, mientras que los requerimientos de los empresarios oscilan de 28 a 30 mil toneladas anuales.
La resolución, prácticamente a chaleco, benefició en el medio político al gobernante de Yucatán, quien de esta forma levantó sus bonos alicaidos en el campo una vez que en las pasadas elecciones federales el voto verde castigó a su partido (PRI), y al candidato Francisco Labastida Ochoa.