MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Habitantes de San Luis, contra un proyecto de ley 


Reprimen una manifestación en Argentina; hay 30 lesionados

Ť Escapan de prisión los presuntos asesinos de Luis María Argaña

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 18 de septiembre Ť Alrededor de 30 personas resultaron heridas, varias de ellas de bala, en la provincia de San Luis, cuando la policía en una acción calificada como "desenfrenada" reprimió con armas de fuego, balas de goma y gases lacrimógenos una manifestación de más de 5 mil vecinos de la capital, que protestaban contra un proyecto legislativo donde se planeaba dividir esa capital en cuatro municipalidades.

El intendente Carlos Ponce responsabilizó al gobierno del justicialista Adolfo Rodríguez Saa, quien gobierna esa provincia desde hace años. Las escenas que semejaron las de una guerra, con policías disparando sin cesar sobre la multitud que se replegó defendiéndose con piedras y otros objetos, son consideradas las primeras de esa magnitud en la historia de San Luis, bajo la férrea administración de la familia Rodríguez Saa, a la que se adjudica un "poder semifeudal".

En tanto, un nuevo escenario de escándalo político e institucional está planteado aquí ante la fuga de los paraguayos Luis Alberto Rojas y Fidencio Vega Barrios, presuntos autores del asesinato del ex vicepresidente de Paraguay, Luis María Argaña, perpetrado en un atentado en la capital de ese país en marzo de 1999.

Acompañados por Agustín Cabrera, un peligroso delincuente especializado en fuga, escaparon nada menos que desde el hasta ahora inexpugnable Departamento Central de la Policía Federal, edificio que hoy fue allanado por el juez Gabriel Cavallo. Los prófugos no dispararon un solo tiro, pero golpearon antes de irse a ex policías detenidos en el lugar por ser sospechosos de colaborar en el cruento atentado contra la mutual judía AMIIA en julio de 1994.

Mientras, Félix Argaña, hijo del asesinado ex vicepresidente, dijo vía telefónica a La Jornada que "no sólo se evidencia complicidad policial, sino que pudo haber sobornos y demuestra también la culpabilidad de los prófugos, pero fundamentalmente los tentáculos del hampa, la poderosa mano que se extiende y la eterna presencia de Lino Oviedo", el ex militar señalado como autor intelectual del magnicidio.

A su vez, el senador paraguayo Juan Carlos Galaverna dijo que no se podía culpar al gobierno del presidente argentino, Fernando de la Rúa, pero sí al "nivel de estructuras específicas de la policía federal y a las hampas. Para nosotros esto no es un hecho aislado", señaló, al recordar la "fuga" de Oviedo, quien estuvo asilado aquí después del asesinato y se fue en avión desde Argentina, supuestamente fugado, cuando su amigo el ex presidente Carlos Menem terminó su mandato. "No podemos decir, lamentablemente que Oviedo no está en esto", sostuvo el senador.

Oviedo está detenido en Brasilia, pero desde allí mueve los hilos de la política en su país e incluso sus seguidores se adjudican el triunfo de la oposición del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), ya que el militar puso dinero y sus propias fuerzas para que fuera derrotado Félix Argaña, quien aspiró a la vicepresidencia.

El presidente de la Rúa se manifestó hoy "indignado" por la escandalosa fuga y dijo que había ordenado la movilización de todas las fuerzas de seguridad para recapturarlos. Así, el fiscal Marcos Alcaraz, quien lleva la causa de Argaña en Asunción, sostuvo que esto complica gravemente la investigación, porque las declaraciones de ambos prófugos podrían cerrar el círculo de la verdad y confirmar el testimonio del detenido Pablo Vera Esteche, quien dio los nombres de los asesinos del vicepresidente.

Aquí las hipótesis de la fuga son múltiples, pero, una vez más, apuntan a un mundo de sombras a niveles policiales y políticos del pasado, que ha quedado muy bien estructurado y que ?al parecer? nadie puede controlar. La sospecha es que se trata de un "grave aviso" para el gobierno que enfrenta la primera fuga que haya ocurrido en la Central policial; asimismo, se habló de las "internas policiales" destinadas a golpear también al actual jefe de policía, Rubén Santos, a quien se considera una figura distante de las llamadas "mafias policiales".

Pero también se señala la lentitud del Ejecutivo para aplicar medidas de depuración en las filas policiales donde crimen y corrupción se han conjugado en los últimos años.

Además se recordó el amparo que Oviedo encontró en sectores de fuerzas armadas y policiales de la pasada dictadura y en el entorno del ex presidente Menem, quien incluso envió al brigadier retirado Andrés Antonietti a Paraguay en marzo de 1999, para ayudar al ex militar a huir del país después del crimen de Argaña. Y de la misma manera se señala a otros personajes de la ex dictadura paraguaya, como Conrado Pappalardo, también implicado en el crimen de Argaña, quien está refugiado en Miami a pesar de tener responsabilidad en el atentado contra el ex canciller chileno Orlando Letelier, asesinado en Washington en 1976, dentro de la siniestra Operación Cóndor.

Recientemente Elisa Carrió, una de las diputadas más populares de la Alianza gobernante, advirtió al presidente De la Rúa que el gobierno debía enfrentar a las mafias enquistadas en instituciones, empresas y otros lugares de poder, porque corría el riesgo de convertirse en rehén de las mismas. Este día esa advertencia fue recordada aquí.