MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť PAN, PRI y PRD todavía no definen la agenda


El Congreso articulará pláticas sobre la reforma del Estado

Ť Por consenso, la discusión rebasará el ámbito electoral

José Gil Olmos Ť Sin definir agenda ni tampoco fecha de una próxima reunión, los líderes y coordinadores parlamentarios de PAN, PRI y PRD únicamente manifestaron ayer su acuerdo para continuar los trabajos de la mesa para la reforma del Estado y que ésta no se circunscriba al ámbito electoral.

Al reunirse por primera vez insistieron en que el Congreso de la Unión será el eje articulador de la discusión, que no se prohibirá ningún tema y tampoco habrá una fecha límite para tener el paquete de cambios constitucionales.

A pesar de no haber acordado los temas, los representantes de los tres partidos aclararon que discutirán la limitación al presidencialismo, crear nuevas formas de participación social, facultades adicionales a la Suprema Corte de Justicia y ampliar el federalismo.

Después de hora y media cada uno de los representantes presentó una posición, sin permitir preguntas de los reporteros. Las dirigentes del PRI, Dulce María Sauri Riancho y Beatriz Paredes, insistieron en aclarar que ésta no será una reforma de "cúpulas" y tampoco para la redistribución del poder, sino para buscar la repartición del bienestar social.

Sauri Riancho reiteró el llamado a los poderes Ejecutivo y Judicial para que participen en las discusiones en el Congreso legislativo, y aclaró que para el primero de diciembre, cuando se inicia la nueva administración presidencial, no estará lista la reforma del Estado.

Paredes Rangel, coordinadora del PRI en la Cámara de Diputados, aclaró que dicha reforma no es de ahora, sino que viene de un proceso iniciado hace varios años, en el marco de la modernización del Estado mexicano.

Precisó que el desafío es trascender la negociación circunstancial "y conseguir un diseño integral de la reforma del Estado que obedezca mucho más a las necesidades internas del paíse que a la puesta a tono con las tendencias preponderantes internacionales, y que atienda además de manera eficaz las asignaturas pendientes que inciden en el desarrollo generalizado del conjunto de la sociedad".

Pidió superar el debate "maniqueo y elemental" que se centró en la permanencia o no del PRI en el poder y convertir al Congreso de la Unión en un verdadero inter partidos-politicos-mesa-1 locutor y "correa de transmisión" de los interese plurales de la sociedad.

Por su parte, Luis Felipe Bravo Mena, dirigente nacional panista, pidió que se supere el clima de confrontación que podrían generar las 16 elecciones locales que se efectuarán próximamente.

En segundo lugar, propuso delimitar las cuestiones en las que estén de acuerdo los diversos partidos para ampliarlas y que las divergencias no detengan las pláticas. El panista aceptó que en el curso del diálogo habrá discrepancias, pero pidió excluir la "injuria, el prejuicio y el rencor".

Reiteró su confianza en el diálogo sobre bases de razón y respeto, al tiempo de proponer "desechar la vieja práctica de hacer de nuestras posiciones políticas barricadas para negar la validez de iniciativas fundadas en la recta razón".

Más tarde, en entrevista, dijo que la mesa de análisis para la reforma del Estado que encabeza Porfirio Muñoz Ledo, y apoyada por Vicente Fox, tiene su propio espacio y que habrá de confluir en el Congreso de la Unión. Aclaró que las negociaciones no se centrarán exclusivamente en reducir el poder del presidencialismo.

Felipe Calderón, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, señaló que deberán abordarse los temas que le interesan a la sociedad y no sólo a los partidos, como la seguridad pública y la justicia.

Aclaró que no se trata de inventar otro México, sino de formar las nuevas estructuras que permitan enfrentar con bases más firmes los problemas nacionales. El diputado del PAN aceptó que el Congreso de la Unión debe ser el centro de la discusión, el dialogo, la negociación y el entendimiento para dicha reforma.

En su opinión, durante años la vida política estuvo marcada por el encono y la división, y expuso que parte de ello derivaba de la situación política caracterizada por la existencia de un partido gobernante y los partidos de oposición. "Así, las posturas, opiniones y acciones de los partidos no eran juzgadas en sus propios méritos, sino en función de la posición que los actores políticos tenían respecto del gobierno".

Ahora, añadió, "los tiempos y las circunstancias han cambiado diametralmente y los referentes políticos sobre los cuales fue construido el eje del gobierno-oposición han dejado de serlo. Podrá pensarse lo que se quiera sobre el antiguo régimen político, el del partido gobernante o del partido casi único. Pero el hecho es que ese régimen ya no existe más".

La presidenta del PRD, Amalia García, señaló que será un diálogo respetuoso, con una "agenda flexible" pero sin fecha para las reuniones, sino que éstas se definirán en función de los avances de las propias conversaciones .

Martí Batres, coordinador perredista en la Cámara de Diputados, señaló que ésta es la oportunidad para realizar una reforma que le dé una nueva fisonomía al Estado, de su relación con la sociedad, así como de su integración y estructura democrática. Invitó a todos los partidos y fuerzas políticas a trabajar para tener resultados concretos y rápidos, y a escuchar a la sociedad que a través de diversas organizaciones habrá de jugar un papel determinante.