LUNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Las causas por las que murió el guitarrista aún son un enigma
Hoy, hace 30 años, el espíritu de Jimi Hendrix ingresó al nirvana
Ť La prensa desvirtuó su mensaje de amor y libertad; lo presentó como sexomaniaco y drogadicto
Juan José Olivares Ť Un viernes 18 de septiembre de hace 30 años uno de los gurúes más electrizantes e influyentes, que transpasó la barrera del tiempo por medio de su filosofía eufónica, emigró al nirvana de los redentores. Su nombre es James Marsahall Hendrix (Jimi Hendrix, pues), para quien las cosas más simples de la vida (la música, la puesta del sol, el rocío en la yerba...) eran las más hermosas.
Hendrix, un joven preocupado de los problemas sociales, luchó contra ''los cambios materiales que dominan la mente humana'', pero al mismo tiempo fue una de las principales víctimas del avasallamiento de un mundo material. ''No estoy seguro de llegar a los 28 años'', comentó un 6 de septiembre del 70 a la revista Morgen Posten. Y lo cumplió.
Un incógnito fallecimiento''Tienes que pensar en lo positivo y mantenerte hasta sacar de tu sistema lo negativo'', dijo en alguna ocasión a la revista Melody Maker, en 1968.
Sobran incógnitas acerca de su desaparición física: ƑProblemas con su representante Devon Wilson? ƑUna fuerte depresión por la excesiva comercialización de su imagen? ƑSu imposibilidad para prever un futuro?
Monika Dannemann, la novia de Jimi, quien conocía los planes del guitarrista (entre los cuales estaba formar una familia y tener una casita), relata que una noche antes de su deceso, Jimi no podía conciliar el sueño. Había regresado de una fiesta en la que se tomó algunos tragos y en la que tuvo una serie de discusiones con Devon. ''Mi espíritu siempre estará contigo'', le dijo a Monika luego de pintar ''te amo'' en una ventana polvosa, en su departamento de Londres.
Hendrix mostró a su compañera pastillas sicotrópicas que le habían regalado algunos ''amigos'' en la fiesta a la que Devon -a quien Hendrix consideraba su madre y su hermana a la vez- lo había invitado; aunque supuestamente los tiró en la calle, no se supo si ingirió algunos de éstos.
Pero lo que sí se sabe es que el mismo Hendrix -según Donald Teare, uno de los mejores médicos forenses que revisó el caso- ingirió aquella noche nueve pastillas para dormir (Vesparax), una pequeña dosis de barbitúricos y 20 miligramos de anfetamina.
Dannemann no se percató de nada, hasta la mañana del jueves 18 de septiembre, en la que Jimi dormía profundamente (''soñé demasiado y puse todos esos sueños en mis canciones; escribí una que se llama Purple haze, en la que imaginaba estar caminando sobre el océano") con un crucifijo.
A las 11 de la mañana la compañera de Hendrix llamó a la ambulancia porque no despertaba. Los paramédicos -que lo transportaron al humilde hospital St. Mary Abbot, muy lejos del apartamento- le informaron que sólo dormía, por lo que nunca mostraron prisa por llegar al nosocomio. ƑPor ser negro? ƑPor su fama de usar drogas? ƑPor ser un icono sexual que desviaba a los jóvenes?
Cuando arribaron al hospital descubrieron que su corazón, ese que explotaba en cada show, había dejado de andar después de unas horas de estar en coma. ''Lo sentimos; se ha ido'', dijeron los médicos.
La policía recomendó a Monika no declarar ante la prensa, aunque tampoco aquélla pudo aclarar si realmente había sufrido una ataque cardiaco luego de ingerir pastillas para dormir o si se ahogó con su propio vómito tras consumir alcohol y drogas, como lo tienen en su versión.
Scotland Yard intentó reabrir el caso, pero por falta de pruebas lo cancelaron. Hendrix -según ellos- murió ahogado por su propio vómito luego de ingerir barbitúricos. Monika recibió una llamada de un hombre misterioso que le decía que no dijera nada acerca de la muerte o le pasaría algo a ella. ƑQué raro, no?
Los periódicos publicaron verdades a medias en relación con su muerte; hasta el mismo Eric Burdon, quien era muy allegado al guitarrista, declaró que Jimi se había suicidado.
Aún duerme
Los esfuerzos de Hendrix por mejorar su imagen de salvaje e irreverente, que los medios le habían formado en los dos últimos años, se habían acabado en pocos días. Los periodicazos lo convirtieron en un sexomaniaco y drogadicto que vivía en los excesos; algo que el mismo Jimi criticó: ''Los músicos jóvenes a veces pierden con los excesos su otra mitad: la espiritual. Por eso, cuando la gente está en un lugar por un propósito real, auténtico, son los momentos en los que me inspiro como ser humano''.
A él le quedó esa oscura reputación que eclipsó su verdadero mensaje de amor, libertad y hermandad que siempre propagó mediante su música. Fue enterrado en el cementerio Greenwood de Seattle.
Luego de que su padre ganó una batalla legal en 1995 por los derechos de autor -de los que le han sacado el mayor jugo posible- y para conmemorar esta tercera década de la misteriosa muerte, de quien en verdad no murió sino que penetró a la tierra de Morfeo para desmaterializarse y volverse un espíritu sonoro que no sólo buscaba purificarse a sí mismo por medio de la música sino que tenía como propósito descubrir una cura para el planeta y los humanos, surge un cofre de cuatro discos, The Jimi Hendrix Experience, que incluye 56 temas, entre ellos varios inéditos.
El canto de la guitarra
Juan José Olivares Ť Aunque Jimi Hendrix nunca estudió música, fue el puente entre el blues y el rock. ''Mi música está planeada para llegar al alma de las personas''.
Simplemente fue un mesías, un virtuoso de ese instrumento llamado guitarra eléctrica ("mi Hermosa Negra") que ejecutaba con su hechizante mano zurda y cuyo tañido acompañaba con una penetrante voz que expresaba un blues gritón y explosivo.
Hendrix decía, con la modestia de los dioses terrenales, que aunque tenía muchas ideas, había algunas que no podía expresar por no haber estudiado música.
La guitarra fue más que un instrumento: era su inseparable amante, la cual se perpetró en su mente y alma desde su infancia en Seattle; lugar que ahora lo tiene como hijo pródigo, pues hasta estatua de él hay.
Jimi se inició como músico de estudio para los Isley Brothers, Little Richard y King Curtis, con su Curtis Knight and the Squires, alrededor de 1964. Creo su propia banda llamada Jimmy James and the Blue Flames.
Luego de tocar en pequeños clubes fue contactado por Chas Candler, de los Animals, quien lo llevó a Londres para reunirlo con el baterista Mitch Mirchell y el bajista Noel Redding (los cuales llegaron por un anuncio en la revista Melody Maker) y así crear el concepto Jimi Hendrix Experience, con el que demostró al mundo la sintonía perfecta de una blusera voz y la acidez del rocanrol con los alaridos de su lira.
Por sus catarsis cotidianas en el escenario, grabó la canción Hey Joe, que fue la catapulta para su lanzamiento en Europa. La idea de Chandler era convertirlo en un bluesman importado de América.
A partir de la salida de sus dos siguientes discos, la sicoldelia fulminante de Hendrix alcanzo el zenit de la comercialización, ya que los jóvenes creían en el poder de sus palabras: ''lo positivo está muy cerca de lo negativo, si tienes la palabra God (Dios) y la inviertes (dog, perro) cambia su significado totalmente''.
No obstante, en 1969 la banda se desvaneció, por lo que en Woodstock tiene que tocar con una improvisada agrupación: Electric Sky Church.
Posteriormente forma Band of Gypsys, junto a su amigo del ejército Billy Cox, así como con Buddy Miles, con los que nace el disco Band of Gypsys (un segundo disco se descubrió y fue editado en 1986).
Ť Hendrix, una persona tímida e introvertida
El mismísimo diablo de la moralina, un angelito negro
Pablo Espinosa Ť ƑLos dioses están fatigados?
Federico Nietzsche redactó la crónica del crepúsculo de los ídolos, pero ya estaba escrito que de mucho pensar terminaría loco. Murió de tanto vivir. Wolfgang Amadeus Mozart disfrutó en grado tan altísimo la vida (vino -y se quedó-, mujeres y música, reza el lugar común) que hubo de pagar con su cuerpo entero tantísimo placer. Murió de tanto vivir. Jim Morrison también murió de tanto vivir, y también joven y bello. Piróse. Y así.
El Hades está poblado de cadáveres sabrosos.
El censo fúnebre de la cultura rock suele comenzar con Brian Jones, seguir con la reina de todas las reinas, la maestrisísisima Janis, elongarse con El Rey Lagarto, sublimarse con el jefe Lennon, prestigiar su gruesez extrema con Sid Vicious y ponerse al día con Michael Hutchence y Kurt Cobian. Puras fallas, chingao.
Este lindo panteón (Pere Lachaise multiplicado, clonado, repetido por doquier, tan grafiteado el mausoleo, Padre Lechoso) suele adornarse con flores, fresas, chubis, pomos, pantaletas y demás objetos reales o metafóricos. Adoramos a los muertos porque una vez idos los que antes eran amados y odiados en vida, pasan en automático a la beatificación laica: ''era tan bueno", se dice de todos los difuntos en pleno velorio.
Y, como diría el mismísimo Flanders (siempre hay que adornarse citando a los clásicos), así como cada monaguillo tiene su librillo, a cada santo le llega su capilla y ahora estamos en un equivalente laico de plena víspera de vigilia de pentecostés y hay que comulgar poniendo en lugar de hostia un disco compacto en el tornamesas, de preferencia que suene la Neblina morada, que pique el Voodoo Chile Blues, que flote el Angel y que baile la Foxy Lady.
Señoras y señores, hoy conmemoramos el trigésimo aniversario de la muerte de nuestro hermano Jimi Hendrix.
La idealización mercadotécnica
Pocos iconos han sido tan distorsionados en la historia. Caracho, cuánto lugar común, cuanta pendejada se ha dicho, visto y oído acerca de uno de los mejores hombres de la cultura del mundo moderno. Y encima, he aquí otro textículo más. (textículo: dícese del texto breve). Chingao, hasta le dicen Llimi. Eso sí cala. Eso ya calienta. ƑQué onda, mi Llimi, cómo andas de ánimo? Lo alburean. Chale.
Los sambenitos que se le han colgado a este santón, que para las buenas costumbres (que en realidad son malas) es el mismísimo demonio (este diablón), empiezan con la moralina, siguen con la satanización y terminan con una santiguada advertencia y, otra vez, más moralina: ya ven, niños, si se portan mal y escuchan rock van a terminar como el Llimi ese. Todo esto, por supuesto, con el consabido descaro de la ultraderecha en sus discursos crudos, o tantito peor, la ultraderecha escondida en el negocio ''de la comunicación'', con su lenguaje oblicuo, hipócrita, ambiguo que al mismo tiempo parece celebrar pero en el fondo condena. Pasu...
A las pruebas remitámonos. Hágase usted una autoconsulta, para estar a tono con la cultura mercadotécnica en boga, fascinada por el negocio de las consultas y encuestas: ƑDe qué murió Jimi Hendrix? Si se contestó así (mismo): Mira, mí mismo, pues dicen las malas lenguas, y también las que se supone buenas, que el Llimi Jendrics ese murió de un pasón.
Jolines.
Ni siquiera Hollywood Babilonia ni Secretos del corazón pudieran comprobar su acierto, al contrario de los hechos consumados: Hendrix se consumió, dicta la autopsia, por asfixia, en el sueño. Murió durmiendo el angelito negro.
El icono ha sido idolizado así: padre del rock ácido, satán del sexo, drogas, rocanrol y virtuoso de la guitarra.
La realidad: un chavo timidísimo, clavado, introspectivo, dueño de sapiencia artística tal que traspasó los mundos conocidos. Su influencia es evidente en el ámbito del jazz, el nuevo blues, el nuevo rock, la nueva música clásica (cfr. la versión del Kronos Quartet a Purple Haze, obra que también grabó, hermanándola con Bach, el chelista Yo Yo Ma con Bobby MacFerrin). El verdadero icono inspira a los movimientos progresistas, a las minorías, a los buenos músicos.
Jimi Hendrix era al mismo tiempo negro e indio. Zurdo, pacabarla de amolar, lo cual es cuasi una metáfora.
Ese chavo tenía 27 años cuando ya estaba hasta la madre de ser presionado, de ser utilizado. Andaba tan deprimido que eran las 7 de la mañana del 18 de septiembre de 1970, hace exactamente 30 años, que a pesar de la buena motita que se había fumado con su chava, no lograba conciliar el sueño, así que se tomó unas pastillas para dormir. Lo malo es que fueron nueve. Se metió a la cama, confiado en dormir, y ya no despertó. Algunas enciclopedias serias son bastante modositas en el pequeño parrafo que le corresponde en la letra H: "murió por respirar su propio vómito". Lo cual parece metáfora fallida porque la frase está descontextualizada del reporte necrópsico.
Sucedió en realidad que durante el sueño el organismo del artista devolvió lo que tenía de más en el estómago. Su chava, junto a él, se asustó tanto al ver sus intentos instintivos por respirar, pues presa del somnífero sólo funcionaba su sistema automático de defensa. Por protegerlo, su compañera no llamó de inmediato al servicio médico del hotel, pues el cuarto aún olía a la mota nocturna. Fueron minutos decisivos.
Los valores del guitarrista
Los valores técnicos de este ser revolucionario: su perfecta comprensión de la naturaleza del blues, que así pudo traspasar, en una noción de estilo indestructible, por las sutilezas del jazz, las dinámicas del soul, la tremebunda vorágina del rhythm and blues, siempre diciendo algo nuevo, siempre proponiendo, construyendo, edificando.
Generadores de sonidos, inventos completamente hendrixianos, elementos inimaginables para orquestar, insólitas maneras de tejer complejidades armónicas, tímbricas, resonancias venidas de otro mundo. Mientras las cuerdas altas electrizan los sentidos, el maestro Hendrix rinde magia armónica retroalimentando esos sonidos con los registros bajos.
Eso entre una suma interminable de valores que sustentan la trascendencia del verdadero Jimi Hendrix.
Su guitarra, es decir, él mismo, fue sacrificada en fuego, en pleno concierto.