LUNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Josefina Pacheco traduce al esquivo Bonaventura


Las vigilias, novela incómoda, crítica, feroz, muy anticlerical

Ť Es una de las obras más importantes del romanticismo alemán

Bonaventura-1Arturo Jiménez Ť Kreuzgang es un poeta que, ante la imposibilidad de subsistir como tal, ha decidido trabajar de vigilante nocturno, y en sus recorridos encontrará una ciudad llena de personajes grotescos, trágicos y míticos.

El es el protagonista de Las vigilias, una de las novelas más importantes del romanticismo alemán y cuyo autor verdadero aún se oculta tras el seudónimo de "Bonaventura", atribuido a por lo menos cinco narradores.

Escrita en 1804, Las vigilias (Die Nachtwachen) está siendo traducida por primera vez del alemán al español por Josefina Pacheco (DF, 1974), quien lleva ya un avance de diez de las 16 vigilias o capítulos de que consta la obra.

Otros factores se agregan al misterio: la primera edición de la novela tuvo un tiraje muy corto, en una editorial pequeña y en una ciudad de la provincia alemana (Penig), como buscando que las historias que cuenta y las reflexiones planteadas no fueran conocidas en el corto plazo.

¿Por qué esconder así una novela y esperar a que el tiempo realizara su exhumación? Quizá para que el autor pudiera escribir con toda libertad, tal vez para no ser afectado por repercusiones posibles.

Ello sería lógico, pues Las vigilias es una obra "difícil, incómoda, crítica, feroz, muy anticlerical, que pone en jaque a los mecanismos del poder y a las corrientes filosóficas y literarias en boga", como señala en entrevista Pacheco, quien se apoya en una beca que por un año le asignó el Fonca.

Vigilante de la noche

A partir de su encuentro con extraños personajes y del ambiente apocalíptico que permea a la ciudad, el poeta-velador Kreuzgang hace reflexiones demoledoras sobre la llamada naturaleza humana, muy vigentes a la luz (o más bien, a la sombra) de la banalidad y venalidad actuales.

"Hay en la novela un gran desconcierto e incertidumbre, una necesidad de revisar cosas, de hablar sobre situaciones que suceden en la sociedad de ese momento, y también de ver hacia el futuro", asevera Pacheco, también narradora.

"Es una obra compleja, rica en referencias. En ella se incluyen desde los mitos de la antigüedad clásica hasta la aparición de personajes como el Judío Errante o de la comedia del arte. Y es un reto en ese sentido.

"Se trata de una novela muy interesante, escrita con maestría, pese a que Bonaventura mete tantas cosas en ella, pues él asimila muchas influencias de una manera asombrosa, sin ningún temor ni respeto: se apropia de mitos, de Hamlet, de la tradición judeocristiana."

En relación con los seres y situaciones extrañas que encuentra Kreuzgang, dice:

"La novela estaría dentro de la literatura fantástica: los muertos se levantan, el diablo aparece. Y el vigilante es un espectador, un tipo un tanto colocado al margen, en las orillas de la sociedad. Tiene esa posición privilegiada que le permite, digamos, juzgar toda la tradición de Occidente concentrada en su ciudad."

Toda la novela transcurre en la noche y está dividida en dieciséis capítulos, que son igual número de vigilias.

"Va saltando de un tema a otro: cada vigilia se ocupa de un tema diferente. Una es sobre el fin del mundo, otra es una historia contada a la manera del mito de Don Juan, una más es una obra de títeres, al modo de una caja china, que se abre y se van encontrando más y más cosas."

Otra de las virtudes de esta obra: "es un extremo del movimiento romántico: muy crítica, precursora de las novelas urbanas, de las novelas negras obsesionadas con la muerte".

Sin embargo, "toda ella es un juego de espejos que tiene también una gran preocupación por la vida".

Dos siglos de pesquisas inútiles

¿Quién podría ser "Bonaventura", que, por cierto, sólo firmó como tal Las vigilias? Los críticos han intentado identificarlo con escritores célebres del romanticismo alemán, como Jean Paul Richter, Ernst August Klingemann y Georg Christoph Lichtenberg, pero no han logrado ninguna certeza. De hecho, se ignora todo acerca de este misterioso autor.

Josefina Pacheco menciona además a Hoffmann y a Brentano como posibles autores de la novela, pero comparte:

"La postura que más me convence es la de atribuírsela a Lichtenberg, porque hay una serie de indicios en la vida de este escritor, además de su escritura, que llevarían a considerarlo 'Bonaventura'. El último año de su vida, Lichtenberg estuvo encerrado, muy enfermo, y nadie sabe a qué se dedicó durante ese tiempo. Y fue un año durante el que vivió de noche, en el alcohol.

"También era un conocedor de la literatura y la cultura inglesas, como se observa en Bonaventura. Además, Lichtenberg tiene una obra importante e interesante, pero no muy vasta, como que le falta alguna pieza que concretara su oficio de escritor, y esa podría ser Las vigilias."

Pacheco lleva ya avanzada su traducción. Hace unos días presentó un adelanto impreso, en el que incluyó la primera y la octava vigilias del velador Kreuzgang, llenas de lirismo e imágenes impactantes.

Unas 130 cuartillas de traducción deberán quedar listas en enero próximo y Josefina Pacheco esperará entonces la llegada de un editor, aunque el CNCA podría dictaminar una primera edición de su traducción de Las vigilias, del esquivo Bonaventura.