LUNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Neocharros, los promotores de la central: críticos
La democracia, mero formalismo al interior de gremios de la UNT
Ť Siguen los mismos métodos de selección y toma de decisiones, dicen
Fabiola Martínez Ť Al interior de las principales organizaciones que integran la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) -formada con sindicatos que se denominan independientes- la democracia se reduce a meros formalismos, en los que derechos básicos como el voto secreto o la amplia estructura de representantes no han logrado cerrar el camino a las relecciones de sus dirigentes ni a la permanencia de grupos en el poder.
Esta central obrera de la era posfideliana, constituida en 1997 tras el rompimiento de sus principales impulsores con el Congreso del Trabajo, surgió con la propuesta de ser autónoma del gobierno y del aparato sindical corporativo, principal atractivo de avanzada que le permitió la rápida adhesión de más de un centenar de organizaciones del campo y la ciudad.
Desde entonces, continúan a la cabeza de la UNT -en la modalidad de presidencia colegiada- los líderes de los sindicatos de telefonistas, trabajadores de la UNAM y del Seguro Social, en los cuales, a excepción del último, persiste en sus respectivas organizaciones la figura de relección o "ampliación" de periodo, como definen ahora a la continuidad de los dirigentes.
Los críticos a la UNT han calificado a los principales promotores de esta central como neocharros, al considerar que poco han variado sus métodos de selección, toma de decisiones y procesos electorales internos respecto de aquellos que prevalecen en las organizaciones oficialistas y que se distinguen por el control absoluto que ejercen los secretarios generales.
Lo cierto es que no existe punto de comparación entre las prácticas que se ejercen al interior de los sindicatos de la UNT con las de los charros (sindicatos oficialistas), donde es común reprimir o despedir a los trabajadores que se atreven a manifestar una opinión distinta a la de su líder o, más allá, los que intentan constituir una corriente democrática, como sucede actualmente en gremios como el petrolero o de la Comisión Federal de Electricidad (dirigido por Leonardo Rodríguez Alcaine), sólo por mencionar algunos.
Los dirigentes de la UNT se presentan como la alternativa del sindicalismo mexicano y, en este tono, pretenden ocupar un espacio relevante en la interlocución con el próximo gobierno que encabezará Vicente Fox.
La disidencia, casi inexistente
Sin embargo, lo mismo líderes del CT o de la UNT, que se han relegido una o varias veces en sus puestos, argumentan que continúan al frente de sus organizaciones porque las "bases" así se lo demandan o, como señala Benito Bahena, líder de los tranviarios y vicepresidente de la UNT: "En el CT sí hay imposición; aquí mis compañeros fueron los que hicieron la campaña para que yo los siguiera representando; en la Alianza de Tranviarios no hay disidencia, puedes preguntárselo a cualquiera y te dirá que los trabajadores están de acuerdo en que yo continúe en la secretaría general".
De acuerdo con declaraciones obtenidas, pareciera que las disidencias en los sindicatos independientes ya no existen o mantienen una presencia mínim; incluso, han decidido unir sus fuerzas a los liderazgos locales o nacionales.
Por ejemplo, en el sindicato del Seguro Social (SNTSS), el más grande del país en la modalidad de contratación colectiva, con una membresía de 350 mil afiliados, los diferentes grupos políticos han manifestado su apoyo a Fernando Rocha y "el resto opositor se ha acercado a trabajar directamente con nosotros, aun cuando piensan distinto", sostuvo Francisco López, tesorero de este gremio. El próximo mes el SNTSS realizará su congreso en el que participan 797 delegados (uno por cada 350 trabajadores de base) para determinar, por esta vía democrática, el aumento salarial a demandar, aunque como en otros sindicatos tiene una influencia notable la postura del comité ejecutivo.
En el sindicato de sobrecargos, otro de los pilares de la UNT, la dinámica es distinta, toda vez que por la naturaleza de su trabajo sólo tienen posibilidad de asistir a las asambleas unos 300 sobrecargos de plantillas de mil 500. Aquí, afirma Alejandra Barrales, secretaria general relecta, "hemos logrado la transformación y revaloración de nuestro gremio; los únicos disidentes son representados por un pequeño grupo que perdió las elecciones y otro más compuesto por integrantes de anteriores comités ejecutivos que frecuentemente son apoyados y alentados por las propias empresas, no es una suposición, hay pruebas de ello, pero una disidencia fuerte y real no hay en este momento", dijo.
Otro punto que distingue a los sindicatos independientes es la efímera o endeble actividad de los grupos opositores, los cuales frecuentemente surgen y se hacen presentes sólo en las coyunturas electorales o poco espacio han encontrado para exponer su postura y promover una "alternancia real" en los grupos de poder.
Hernández Juárez, pilar de la agrupación
En este caso destaca el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), encabezado desde hace 25 años (la mitad de la existencia de esta organización gremial) por Francisco Hernández Juárez, cuya presencia ha sido pilar en la UNT en términos operativos, financieros y de estrategia.
El STRM cuenta con una de las estructuras más democráticas del país a través de representantes, delegados e integrantes del comité ejecutivo nacional electos por voto y luego de un largo e incluso complicado proceso desde las bases. No obstante, Hernández Juárez y su grupo han encontrado pocos obstáculos en su camino y seguirán al frente de este sindicato por lo menos hasta el año 2004.
Esta semana se inicia la Convención Nacional Ordinaria en el STRM, en la cual, como en años anteriores, se presentarán los informes y la "táctica y estrategia" para el siguiente año, documento elaborado por Hernández Juárez y que, según sus disidentes, "será convalidado, a mano alzada, por unos 300 delegados surgidos de las 164 secciones que en su mayoría le son incondicionales".
Ramón Félix, integrante de la planilla que contendió en el pasado proceso electoral interno y que alcanzó alrededor de 10 por ciento de los votos, informó que los diversos grupos opositores en el STRM unirán fuerzas en el Movimiento Alternativo Democracia 2000, con el fin de generar "poco a poco el ambiente para la alternancia en el sindicato de telefonistas.
"Al exterior poco se conoce en torno alSTRM, pero al interior consideramos que hay una muerte de vida sindical, es decir, en segundo plano han quedado las asambleas departamentales, mientras que los intentos de cambio son aplastados por la planilla verde, la oficial, la de Hernández Juárez", dijo Félix.
Con 21 años de afiliación en el STRM, Ramón Félix señala que los procesos de decisión son cupulares y que los temas que antes se sometían a discusión ahora sólo se exponen en un informe del secretario general, como el total apoyo de la dirigencia sindical a Teléfonos de México, aspecto que para Hernández Juárez resulta fundamental para defender las 52 mil fuentes de trabajo sindicalizadas y el crecimiento de la telefónica, pero que para sus disidentes representa "la clara inclinación del STRM hacia las prácticas y costumbres de los sindicatos blancos o de empresa.
"Con este movimiento democrático queremos recordarle a los compañeros que los logros históricos de los telefonistas fueron posibles con luchas, no con salmerías hacia la empresa de Carlos Slim", agregó.
En el comité ejecutivo nacional del STRM son pocos quienes disienten abiertamente con su dirigente, como el caso de Alicia Sepúlveda, secretaria de Relaciones cuya oposición a Hernández Juárez le ha costado, por ejemplo, el retiro de 15 mil pesos mensuales que reciben en calidad de "viático" cada uno de los integrantes del comité.
En su opinión, en importantes organizaciones de la UNT y en el propio sindicato de telefonistas, la democracia sólo es "formal", en el mejor de los casos a través del voto universal, directo y secreto, pero no es una fuerza real sustentada en la militancia consciente de los trabajadores, situación que se refleja en la poca capacidad de movilización de los agremiados, "excepto cuando se les da la tarde libre a cambio de que vayan a llenar un recinto; pero cuando no hay regalías de ese estilo, son pocos los que acuden por voluntad".
Respecto al STRM consideró que muchos telefonistas han perdido el "espíritu de lucha" antes, porque ahora, con un buen sueldo en el bolsillo, poco les importa si otro gremio está en dificultades.
"Lo peor que nos puede pasar es sentirnos príncipes en un país de jodidos o creer que en un sindicato de 50 mil personas sólo existe una persona capaz e inteligente para encabezarlo, eso sí es grave, qué tristeza entonces que en 25 años no se hayan formado cuadros alternativos", expresó.
El caso universitario
En el Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), uno de los principales fundadores de la UNT, "también se cuecen habas". En 1999, la asamblea acordó "prorrogar" la gestión como secretario general de Agustín Rodríguez Fuentes, surgido de la "corriente roja", que mantiene mayoría en la directiva de esta organización, al argumentar que no podía sumarse una fractura interna al entonces conflicto estudiantil universitario.
Uno de los disidentes, Pedro Hernández, frecuentemente abucheado en asambleas por los seguidores de Rodríguez, señala que el STUNAM mantiene una estructura democrática y, más aún, de representación proporcional, es decir, es posible integrar un comité ejecutivo plural; sin embargo, "Agustín les da juego a todos y llega a acuerdos que le permiten mantener el control.
"Ello redunda en inmovilismo, porque en los hechos se suplanta a la base con la decisión de unos cuantos que tienen 20 o 25 años en el sindicato, mientras que Agustín sencillamente se saca de la manga sus famosas propuestas políticas. Definitivamente es necesario una rotación de cuadros en el STUNAM", señaló.