DOMINGO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Festival del GDF para celebrar la Independencia


Misión cumplida: Juan Pueblo estuvo de juerga durante 2 días

Jaime Whaley Ť A one, two, three, out... Estas voces de mando, no muy ad hoc para conmemorar el Día de la Independencia, fueron repetidas una y otra vez durante cerca de 80 minutos, durante los cuales medio Zócalo se meció a un ritmo febril que ni la constante lluvia logró apagar.

El puertorriqueño Eddie Santiago fue el encargado de cerrar así casi dos días de presentaciones de artistas diversos en uno de los vértices -el de 5 de febrero y 16 de septiembre- de la Plaza de la Constitución con motivo de las fiestas patrias.

Darle solaz y esparcimiento a capitalinos y fue, al parecer, la consigna del Instituto de Cultura de la ciudad y ello se cumplió con creces. Desde el viernes, poco antes del mediodía, con el singular desfile de bandas mixes, zancudos y estatuas vivientes, hasta la actuación sabatina del boricua, Giovanni Populus, Juan Pueblo, pues, estuvo de juerga y reven en la gran plancha de concreto.

Nadie se salvó de la espuma

Prácticamente ninguno de los miles de asistentes quedó incólume del espray de espuma supuestamente no tóxica, pero sí bastante molesta, que vertieron niños, adolescentes y uno que otro adulto, como aquel, a quien en la calle de Madero un ofendido padre de familia le espetó ''ya está usted verijón, para andar haciendo esto'', cuando vio que su prole era bañada impunemente con el blancuzco ingrediente.

Y precisamente por una rociada de espuma se formó anoche una pelea entre público y policías, mero enfrente del escenario, cuando una señora no aguantó más y le recetó un bofetón a uno de los rociadores, los cuales, el viernes, antes del grito, fueron calificados de pinchis vandalitos por uno de los ayudantes de El Recodo, y ya Eddie tuvo que acortar su actuación con sólo un encore.

Lluvia, para estar a tono con el clima, Tú me quemas, Tú me haces falta y Me fallaste, en la sección lamentos; Antídoto y veneno, perteneciente a la sección remedios, y la movidísima El Venado fueron algunas de las selecciones interpretadas por Santiago, que amenaza con estar aquí, de nuevo, la semana entrante, y ya abajo del foro, cuando salía, le confesó a Jorge Legorreta, el delegado en la Cuauhtémoc, ''el público se portó lindo''.

La Orquesta de Dimas abrió la tanda del 16 y puso en movimiento al respetable con unos danzones, y para quien no supiese los pasos, los de la Escuela Mexicana de Baile Fino de Salón se encargaron del adiestramiento.

El Johnny Laboriel y sus recuerdos roqueros y baladísticos continuaron con el entretenimiento antes de que llegaran los de la Orquesta Trapiche, que también, para no ser menos, le metieron sabor al asunto, en tanto que los generadores de emergencia del ICCM tuvieron que trabajar a toda potencia por un apagón generalizado en el Centro Histórico.