DOMINGO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Opinan que la alegría alivia achaques de la urbe
Recetan y suministran dosis grandes de fiesta a la capital
Ť Un bienio con Juglares y Jugares por Todos los Lugares
Yanireth Israde Ť Los apapachos curan. Y una ciudad con tantos achaques, como la de México, necesita una intensa dosis de mimos. Hay que mover manos y soltar cantos para consentir a la urbe, pensaron unos veteranos trovadores, y le pusieron entusiasmo al asunto hasta lograr que, domingo a domingo, cientos de juglares se desperdigaran por la capital y dieran vida así a un ambicioso programa artístico dirigido a niños y jóvenes, el cual celebró dos años en agosto pasado.
Juglares y Jugares por Todos los Lugares es el nombre de este proyecto que tomó vuelo luego de que el Gobierno del Distrito Federal aceptó apoyar la propuesta de Trova para los Niños, asociación dirigida por Valentín Rincón, Pepe Frank y Hernando Peniche, todos ellos con una larga experiencia en el arte para menores.
Cada fin de semana, los juglares llevan sus espectáculos a las 16 delegaciones de la ciudad de México. Se instalan por unas horas en plazas, parques, foros abiertos y cerrados, museos, casas de cultura y centros deportivos y de asistencia pública.
En estos dos años, el número de espectáculos presentados sumó 5 mil. Ofrecieron narración oral y talleres, así como títeres, danza, teatro, música, pantomima y arte circense.
El número de espacios que alojan a los juglares también ha crecido. Al principio apenas había seis foros; ahora se contabilizan unos 200 sitios, entre itinerantes y permanentes. La cantidad de artistas participantes fue también en ascenso: de veinte pasó a mil 600.
La afortunada recepción del programa obliga a extender la cobertura de los Juglares, dicen Frank, Peniche y Rincón y anticipan que éste llegará de manera periódica a centros escolares y hospitales, además de continuar sus presentaciones en los foros conocidos. El propósito es, declara Rincón, que "lo artístico pueda conjugarse con lo social"
Existirían otros dos subprogramas: Juglares y Jugares por Todas las Escuelas y Jugares y Jugares por Todos los Hospitales, los cuales se sumarían al original. Hasta ahora es una propuesta, pero prevén que en breve la aprueben las autoridades capitalinas.
Ir a las instituciones educativas es urgente, explica Peniche, del grupo musical Cántaro. Opina que los titulares y funcionarios de Educación Pública jamás le han puesto la debida atención al desarrollo artístico de los infantes. "Parece que lo único que pretenden es formar niños que sean capaces de integrarse al sistema productivo".
Para los troveros el objetivo de la educación debería ser otro, y con el arte apuestan a formar ciudadanos conscientes, sensibles e íntegros.
"La mitad de la población esta constituida por menores --interviene Frank--, y si éstos no reciben apapachos, entonces nunca van a apapachar y serán incapaces de proporcionar afecto y se mostrarán ajenos a lo que sucede a su alrededor."
En los hospitales se ha demostrado que los niños se esfuerzan más por aliviarse cuando los juglares llevan la fiesta allí donde está postrado.
Operación apapacho
Esta especie de operación apapacho se inició hace unos tres años --cuenta Hernaldo Peniche-- "cuando nos reunimos varios artistas dedicados al arte infantil, el cual siempre ha estado relegado en la cultura". Una vez agrupados en la asociación civil Trova para los Niños diseñaron su proyecto y lo presentaron a Cuauhtémoc Cárdenas.
"Nos complació ver que teníamos la misma frecuencia de ideas. El tenía la conciencia de que los menores de edad representan a la mitad de la población, y eso debía significar que una de cada dos acciones emprendidas por el gobierno capitalino tenían que dirigirse a los niños". Eso por lo menos sería lo justo.
Aunque no ha sucedido así, los representantes de Trova para los Niños dicen que la actitud "ha sido otra", comparada con gobiernos de la ciudad anteriores. "Subrayamos esto porque por parte del gobierno federal se han emprendido programas importantes, como Alas y Raíces".
--ƑMejoraron las condiciones económicas de los artistas infantiles?
Responde Frank: No estamos ganando lo que un artista para adultos, porque todavía hay una subvaloración del trabajo dirigido a niños, pero sí podemos decir que tenemos un tabulador y una remuneración superior a la que cualquier institución había pagado antes. Los que antes recibían mil 500 pesos por una función, ahora obtienen 3 mil.
Al GDF, por medio del Instituto de Cultura, cada espectáculo le cuesta, en promedio, 8 mil o 9 mil pesos, revela. Los fines de semana hay por lo menos 20 espectáculos en todas las delegaciones.
Si bien no tienen una infraestructura sofisticada, aseguran que para todos los actos tienen garantizado un buen equipo de sonido, sillas, lonas, y templetes. Declara Rincón: "A los grupos que se incorporan les advertimos que no esperen tramoyas, iluminación, telones ni cualquiera de esas maravillosas cosas que tienen los teatros".
Aun con las carencias, lograron ya reunir a 3 millones de personas. Un público variopinto, aclaran, que les exige adaptarse, entender las distintas dinámicas sociales de la capital.
Explica Frank: "Nos enfrentanos a veces con los niños de la calle y no les podemos llevar un espectáculo fresa porque te mandan al diablo. Igual ante prescolares, hay que adecuarse. En las plazas ocurren fenómenos sorprendentes. Por ejemplo, estás cantando y ves a los niños de la primera fila aplaudiendo prendidísimos y resulta que al ratito ya se fueron. No les gustó, piensas, pero resulta que corrieron a comprar las tortillas porque se les hacía tarde.
"Luego llegan otros, también de paso. O a veces estás trabajando y los muchachos andan en bicicleta y casi te desconectan los instrumentos, o por allá andan otros en la patineta, o saltando la cuerda y escuchando. Te enfrentas entonces a condiciones totalmente distintas a las de un foro cerrado. Y pese a todo funciona, porque el siguiente fin de semana ya nos están esperando."
Continúa Hernando. "Los ancianos de la Alameda Central -ellos dicen que son de la cuarta edad-- gozan tanto como los niños. Hay una señora que asiste frecuentemente allí y cuando ve a algún grupo musical, sea el día que sea, se sube, los abraza y les pide que le canten Las mañanitas porque es su cumpleaños. Ella siempre cumple años y hay que interrumpir el espectáculo para cantarle su canción. Todas las veces la complacemos."
(Este fin de semana los juglares andarán sueltos por la ciudad, con más de 30 espectáculos. Consulte cartelera o llame al 5554 8212)