DOMINGO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2000

 


Ť Antonio Gershenson Ť

Más sobre previsiones erradas

Empiezo con una aclaración que es, al mismo tiempo, punto de partida para el artículo de hoy. En mi artículo del pasado domingo, intitulado "Precios petroleros, la previsión oficial", en el penúltimo párrafo, casi al principio, se imprimió: "será mucho más realista pronosticar un rango de 16 a 18 dólares por barril, que uno de 23.50 a 25.50 dólares para la mezcla mexicana". En el texto que yo envié dice lo contrario: "sería mucho más realista que el rango de 16 a 18 dólares por barril, pronosticar uno de 23.50 a 25.50 dólares, para la mezcla mexicana". Y, en efecto, todo el contexto del artículo apunta a que los precios bajos son los de la posible previsión oficial, y los altos los que en realidad vamos a tener.

Hay un elemento nuevo que confirma esta afirmación: el secretario de Energía dijo que México estaba de acuerdo con el aumento de producción petrolera decidido por la OPEP, pero que por lo pronto no podría participar, implicando una falta de capacidad para, al menos por el momento, producir más crudo que hasta ahora.

Esta es una confirmación de que son muy pocos los países que tienen la capacidad de aumentar su producción en el corto plazo, a pesar del atractivo de los altos precios del petróleo. La conclusión, con retraso, de obras en el yacimiento de Cantarell, puede permitir aumentar la producción un poco y por un tiempo. Pero es importante cuidar que no se sobrexploten ese ni otros yacimientos, y además, eso poco va a contribuir a contrarrestar los precios altos del petróleo. Ya Noruega está sin posibilidades de aumentar su producción petrolera. Y en cuanto a Rusia, el otro exportador importante de fuera de la OPEP además de los dos mencionados, también apoya el acuerdo de la OPEP pero está reduciendo sus exportaciones petroleras para construir las reservas para su propio consumo de invierno.

La mayoría de los países de la OPEP tampoco tiene posibilidad de un aumento adicional de la producción en el corto plazo. De los 10 países que hoy integran este organismo, sólo Arabia Saudita, algo los Emiratos Arabes Unidos, e Irak, que tiene limitadas sus exportaciones -aunque cada vez menos- por las sanciones que se le aplicaron desde la guerra del Pérsico, cuentan con capacidad adicional a la que ya están empleando. Irak ya produce casi la misma cantidad que antes de esa guerra.

Este cuadro tiene las algunas implicaciones para los precios previsibles del crudo en el año próximo. Aunque en lo inmediato queda una capacidad de reserva para extraer petróleo crudo en el corto plazo, ésta no es tan abundante (el presidente de la OPEP la estima en 3 millones de barriles diarios, 4 por ciento de la producción actual) y, sobe todo, se concentra en dos o tres países. Es mucho más fácil que éstos se pongan de acuerdo, aunque tengan el respaldo "moral" de varios más, que si hubiera, como sucedía hasta hace dos o tres años, un número claramente mayor de países con esa posibilidad. En el momento en que el aumento en las exportaciones de esos pocos países logre una baja de los precios, si ésta llegara a ser importante y amenazara con salir, por abajo, de la banda de precios anunciada por la OPEP, éstos y, tal vez, otros países que no pueden aumentar su producción pero sí bajarla, lo harían para que el precio dejara de bajar y volviera a subir.

De ahí que la previsión oficial de precios de que se habla y que, según la versión, sería de 16 o 18 dólares por barril de la mezcal mexicana de exportación, esté muy abajo de lo que en realidad puede suceder. Si esa previsión efectivamente se oficializa, será indispensable, para evitar una parálisis de Pemex, suprimir o reducir al mínimo el aprovechamiento sobre rendimientos excedentes, como dijimos aquí hace una semana. De lo contrario, Pemex volverá a tener que pagar más de lo que recibe.