VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Adjudicó su dimisión a declaraciones de directivos, pero no dijo más


Dañaría al equipo si digo por qué me voy: Lapuente

Miguel Angel Ramírez Ť Manuel Lapuente tampoco quiso revelar los motivos que lo orillaron a presentar su renuncia al representativo nacional. Aseguró que si empezaba a mencionarlos, "puedo hacer daño a lo que viene" en el Tricolor.

Lo más que reconoció, en conferencia de prensa a la que convocó ayer, fue que se trató de declaraciones de directivos, tal y como lo había mencionado una horas antes Rafael Lebrija, presidente de la Primera División.

"No por las declaraciones, sino de quien venían; cuando las críticas vienen de las partes internas, entonces si se vuelven gravedad. Cuando viene la separación entre directivos-jugadores-cuerpo técnico, se vuelve grave esa separación. Y que puede repercutir en la cancha", sostuvo.

Para él, un equipo de futbol es como "una rueda de bicicleta con tres rayos", y si alguno de éstos falla, "no camina". Y como es más fácil hacer a un lado a uno y no "a siete, ocho, 10 o 18", decidió sacrificarse él.

Puntualizó que no se siente mártir, ni que con esto quiera decir que él tenía la razón o los directivos, simplemente se hizo a un lado para que el ambiente nuevamente fuera el propicio en la selección, porque ahora sí se tienen que ganar todos los torneos en puerta, y viene una etapa muy difícil como es la última etapa de la eliminatoria mundialista.

Inútil insistirle que señalara a los directivos que provocaron esta situación. "Se dice el pecado, pero no al pecador", apuntó, y añadió que de nada le sirve "nombrar a tres o cuatro culpables", pues podría "resentirlo el que viene", en este caso Enrique Meza.

Pidió la unión de todos para que su sustituto tenga el éxito que espera. "Déjenlo trabajar", indicó al resaltar las virtudes, logros y fe del nuevo estratega nacional.

Sobre los jugadores que amenazaron con no responder a los llamados de la selección si él no continuaba, confesó que le dio "gusto y preocupación", esto último por temor a que sufrieran represalias, pero habló con Alberto de la Torre, presidente de la federación, quien le aseguró que "no las habría".