VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Impidieron el robo de automóvil a una pareja


Cuestiona el Centro Pro Juárez reconocimiento de SSP a policías

Triunfo Elizalde Ť "Qué bueno que se premie a los servidores públicos cuando en defensa de los intereses de la sociedad tienen que hacer frente a la delincuencia, exponiendo su vida, y viéndose orillados a matar a algún malhechor; pero qué malo que se premie a aquéllos en forma relámpago, sin antes haber terminado la averiguación previa de los hechos", dijo ayer Rafael Alvarez, primer visitador del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

Expresó lo anterior al señalar que en el caso de los cuatro policías que al perseguir a dos delincuentes, tuvieron que matar a uno, y por ello estuvieron casi 36 horas en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, para declarar ante el Ministerio Público sobre cómo sucedió el tiroteo, "inmediatamente que fueron puestos en libertad --en mucho por la presión que ejercieron sus compañeros mediante una protesta pública, exigiendo garantías en el cumplimiento de su trabajo--, la Secretaría de Seguridad Pública les hizo un amplio reconocimiento, sin que la investigación previa se hubiera terminado, y sin conocer ministerialmente las declaraciones de la otra parte".

"Se trató -dijo-, más bien de una respuesta a la presión de que están siendo objeto políticamente las autoridades del Gobierno del Distrito Federal; por ello, resulta preocupante que con esa premiación haya sido tan rápida, pues pudiera mal interpretarse por algunos elementos de las corporaciones policiacas que se sentirían en libertad de actuar de manera violenta sin tomar en cuenta los derechos humanos de quienes delinquen".

Cabe recordar, dice Alvarez, que las facultades de la policía para el uso de armas de fuego está claramente acotada en la ley correspondiente a la que tienen que apegarse, ya que sería contraproducente dar la impresión de que pueden actuar bajo su propio criterio sin tomar encuentra los derechos de aquellos que en un momento dado cometen delitos que deben ser enfrentado con mediante la fuerza, pero sin abusos de autoridad".

Agregó que salvo notables excepciones, las corporaciones policiacas son señaladas como autoras de arbitrariedades, de corruptelas, de extorsiones y de hechos que a través del tiempo ha manchado seriamente su imagen, al grado que la sociedad las ve con reservas. Entonces, dice, lo que se necesita es limpiar esa imagen y ganarse la confianza de la sociedad para que se les vea con respeto y como garantía de seguridad para todos los ciudadanos, antes que, por razones políticas, hacerles sentir que pueden actuar con libertad en el uso de los implementos y armas de que son dotados.