VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2000

 

Ť Luis Javier Garrido Ť

La sonrisa

La tecnocracia salinista parece estar segura de que mantendrá su poderío político y económico en el próximo sexenio, por lo que Vicente Fox se someterá al ritual de garantizarles plena impunidad, de ahí la prepotencia con la que siguen actuando.

1. Los tecnócratas que gobernaron en los tres últimos sexenios cometieron, según las evidencias que han ido apareciendo, los mayores actos de corrupción en la historia mexicana, y encabezados por Carlos Salinas son los principales propietarios del país y el verdadero poder en México, y esta situación no parece estar en riesgo con el cambio de gobierno. Los acontecimientos posteriores al 2 de julio han mostrado que el proyecto de los tecnócratas neoliberales para los próximos años es aceptar a Fox en Los Pinos pero como una figura ritual, casi decorativa: puede tener múltiples iniciativas en asuntos administrativos, pero carecerá de la posibilidad de tocar sus intereses.

2. El problema inmediato para el próximo sexenio no es, por lo mismo, que haya una extraordinaria concentración de la riqueza en unos cuantos políticos-empresarios, o que éstos controlen ámbitos estratégicos de la economía, que en el pasado estuvieron en manos del Estado, sino que esta mafía se ha convertido en un poder determinante dentro del Estado que se presenta como intocable.

3. El escándalo de Renave y los casos patéticos de Ernesto Zedillo, de Herminio Blanco y de Raúl Ramos Tercero, ha ido mostrando la faceta más conocida de la corrupción de la tecnocracia salinista que, carente de principios y idea de nación, en estrecha vinculación con todo tipo de grupos de interés, desde los cárteles del narco hasta los genocidas argentinos, se aprovecharon de los programas y negocios estratégicos, pero también con quiénes se identifican y cuáles son los objetivos políticos de estos grupos a nivel continental, que es lo que por todos los medios tratan de ocultar.

4. El Renave no fue nada más un negocio secundario de finales de sexenio, sino que permitía a varios tecnócratas mexicanos alcanzar objetivos políticos y económicos. En lo político, consolidar su vinculación con la derecha latinoamericana a través de grupo de militares genocidas argentinos de la ESMA, y tener junto con ellos un control de todos los mexicanos con vehículos. Y en lo económico, un negocio en apariencia secundario, pero que pretendían que les dejara ganancias inmensas pues, según estimaciones, si el costo real de registro de un vehículo es de cinco pesos y ellos iban a obtener 95 de ganancia por cada automóvil que se registrara, el Renave representaba con una inversión ridícula una ganancia en el primer año de más de 2 mil millones de pesos y una renta anual asegurada (por los nuevos vehículos y cambios de propietario) de cientos de millones de pesos, sin mencionar lo que tanto se ha sugerido: que el negocio "legal" era también fachada para otro negocio protegido: robo de vehículos.

5. La reacción de la administración de Zedillo al irse develando el turbio negocio pone de manifiesto lo que será la política de los tecnócratas priístas en el próximo sexenio para mantener una influencia determinante en la vida del país: utilizar a muchos de los aparatos del antiguo "sistema" bajo su control, desde los despojos del PRI y de un sector importante del aparato corporativo hasta buena parte de los medios de comunicación, para sustentar su poderío económico y financiero. Desde que estalló el escándalo desatado por Reforma (agosto 24) pasando por el "suicidio" de Ramos Tercero (septiembre 5), hasta los actuales esfuerzos de Zedillo para no tener que extraditar a Cavallo a España, él y su gobierno no han hecho otra cosa que manipular la información para impedir que se conozca su asociación con los militares argentinos, la dimensión del negocio y los pormenores de la muerte de Ramos Tercero o los nexos de su esposa argentina con los ex militares de la ESMA.

6. La sonrisa sardónica de Herminio Blanco (secretario de Comercio) en la conferencia de prensa en la que cínicamente pretendió salvar a su Renave (septiembre 14) sintetiza la actitud de los tecnócratas priístas: son intocables y se ríen no sólo del próximo gobierno, sino de los mexicanos. El país, sin embargo, no es lo que piensan.

7. El caso Renave mostró ciertamente el grado de corrupción al que ha llegado la administración de Zedillo y el afán de poder y de enriquecimiento de este grupo de tecnócratas sin escrúpulos, pero permitió también conocer la capacidad de respuesta de la sociedad. Si el Renave de hecho está muerto como proyecto, se debe a que los propietarios de automóviles se negaron a registrarlos; a que en un acto franco de desobediencia ciudadana los mexicanos le dijeron no a Zedillo y a su ley aprobada por las bancadas del PRI y del PAN. Este caso mostró que la sociedad puede doblegar a la burocracia gobernante aun y cuando ésta pretenda imponerse "con toda la fuerza del Estado".

8. El gobierno que viene estará situado ante una disyuntiva muy clara: definir si va a sentar por la vía del diálogo con la sociedad un cambio de fondo en el país o si, como sus predecesores, va a negociar la aplicación de la ley y terminará por someterse al poder real del salinismo. Es decir, si va a aceptar ser el guardián de los negocios de los salinistas o se decide a aceptar el cambio a fondo que reclaman los mexicanos y aplica la Ley, revisando los procesos de privatización de los dos últimos sexenios, recuperando para la nación lo que nunca dejó de ser de ésta y procesando a los responsables de una larga serie de ilícitos.

9. La enseñanza que dejan los últimos acontecimientos es muy clara, y si el nuevo gobierno está en una encrucijada, la sociedad no tiene por qué esperar nada de la nueva burocracia gobernante como tampoco de los partidos políticos en este escenario, sino asumir un papel cada vez más determinante para acotar el poder de quienes gobiernan y para definir el futuro.

10. El cambio económico y político que requiere el país tiene que venir desde abajo: a partir de una sociedad que sin dejar la vía de la resistencia civil tiene que delinear de manera mucho más clara su propio proyecto para el porvenir.