MIERCOLES 13 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť El cineasta chiapaneco obtiene premio en el Festival Mundial de Montreal
El cine independiente en México requiere de más apoyo: Sergio Bátiz
Ť El tigre del deseo es el título del cortometraje ganador; está basado en un poema de Pablo Neruda
Juan José Olivares Ť Sergio Bátiz es un cineasta experimental oriundo de Chiapas, que estudia una maestría de cine en una universidad de Canadá y que resultó ganador -primer connacional que lo logra- del premio a la Mejor Película Experimental en la categoría estudiantil y cortometraje de Canadá y el mundo, con El tigre del deseo, dentro del Festival Mundial de Cine de Montreal, que se celebró del pasado 25 de agosto al 3 de septiembre. Se trata del "más grande festival del mundo en cuanto a lo independiente", a la cantidad de filmes que se proyectan (más de 500 largos y más de 300 cortometrajes, con sus diversas categorías) y por reunir a gente de Europa del Este y Asia.
El cortometraje de 16 milímetros con el que triunfó dura 6 minutos, a color y rodado en febrero a las afueras de Montreal a menos de 45 grados centígrados, está basado en un poema de Pablo Neruda, aunque de hecho "no tiene ninguna imagen para el poema, sino éste es para las imágenes. Maneja colores muy fuertes, y la actuación es muy intensa; trabajan dos actores: uno profesional (Robert Reed) de teatro y una chica que expresó un performance facial muy intenso", dice Sergio desde Canadá, en entrevista telefónica.
No obstante, este mexicano triunfador lamenta la situación del cine independiente en México: "Es importante que en México haya mejores oportunidades para los cineastas. Lo que pasa es que Imcine apoya siempre a la misma gente, y lo que realmente debe hacer es respaldar a los que están abajo. Nunca había hecho un proyecto acá, y ya ves, cuando se hacen pueden ser ganadores".
Luego de vivir 10 años en Oaxaca dedicado a la fotografía (colaboró con el Centro Fotográfico y con Marcela Taboada, Jesús Márquez y Cecilia Salcedo) y de intentar colocarse en tres universidades estadunidenses y de Canadá, llegó a Concordial University en Montreal -que por cierto tiene a dos nominados al Oscar por animación-, aunque él mismo se financió la carrera -tiene que realizar dos cortos por año- por medio de un crédito del banco de Boston.
Sergio afirma: "El primer filme que hice fue silente y el segundo (el ganador) tuvo sonido... los compañeros ayudaron para la producción".
Fuerte, el cine experimental en Canadá
Argumenta que en Canadá se apoya al cine desde el nivel estudiantil, ya que se filma mucho en 16 milímetros, "muy vigente por acá. El cine experimental está muy fuerte en ese país".
Bátiz comentó que el premio que recibió fue el revelado gratis y el pago del costo de la producción, "con lo que finaciaré mi nuevo documental".
Sobre la falta de difusión de este tipo de cine en México, bueno, de cualquier tipo, Bátiz confirma: "Hay un miedo de la gente de acercarse al cine, porque hay un mito; sienten que hacer cine es para gente privilegiada con dinero, pero hacerlo en el formato de 16 milímetros no es tan costoso... es más caro en betacam. Aunque la gente que en realidad lo quiere hacer, no tiene dinero; claro que sin contar con el monopolio que existe, primero en las escuelas de cine, y luego por la falta de apoyo. Los que salen de la escuela para sobrevivir tienen que hacer publicidad. Sí, se necesita un apoyo del gobierno que sea eficaz para este trabajo, que es muy importante en países del Primer Mundo".
-ƑEl cine es la forma en que un país muestra su cultura?
-El celuloide debe estar allí, porque aunque la foto sigue vigente en México, el cine, que es una muestra de una cultura, se ha ido aislando. Me dio gusto lo que pasó con Amores perros, que es sólo un ejemplo de lo que pueden hacer los mexicanos.
"En Canadá existe una institución que apoya estos proyectos, National Film Board, en la que hasta a los emigrantes se les financian sus proyectos cinematográficos. Gente como Atom Egoyan, que no es de origen canadiense, encontró apoyo para realizar sus películas".
-ƑCuál es tu propósito: llegar a ser un gran cineasta o seguir por este mundo underground del cine experimental?
-No me había hecho expectativas cuando llegué aquí, porque ser cineasta es bien difícil, la mayor parte del tiempo te la pasas encerrado solo en un cuarto de edición. Mi idea siempre ha sido ser independiente y hacer mis proyectos como los documentales que filmé en Oaxaca: La danza de la pluma (en Teotitlán del Valle) y en Guelatao con una curandera. Mi visión es realizar mis proyectos solo.
Agrega: "Ahora por el simple hecho de acceder a la fiesta del concurso, conocí la otra cara de la moneda: la gente de Hollywood y estar cerca de directores importantes como Abbas Kirostami o Emir Kusturica. Mi visión cambió porque tuve un ofrecimiento para la fotografía de un documental sobre el genocidio en Camboya, en septiembre".