Se desvanecen las emociones y crecen las suspicacias en la comunidad intelectual. La oferta del entonces candidato Vicente Fox de conformar un órgano ciudadanizado con los actores de la comunidad artística e intelectual para desarrollar y promover la cultura no se sostiene. Más aún cuando se anuncia la gran idea del doctor Enrique Krauze en un acto encabezado por el presidente electo y ante un auditorio de burócratas de la cultura. "Veo el programa de cultura de Fox todavía con elementos muy sencillos que hay que volver más complejos y trabajados", habría dicho el discípulo del Nobel Octavio Paz. Y Vicente Fox le tomó la palabra. Convocó a un plebiscito nacional, a partir de una encuesta sobre las instituciones culturales, que publicaría la revista Letras Libres en su edición de septiembre. Y Krauze, que no quiere una secretaría de cultura, mucho menos la dirección del Conaculta, explicó que "se trata de un ejercicio democrático inédito para la cultura, contrario a lo que se ha hecho en México, donde tradicionalmente se han generado los programas desde las cúpulas cortesanas" (Reforma, 30 de agosto). El domingo 3 de septie mbre, los diarios de la ciudad de México que atendieron a la convocatoria del futuro mandatario, publicaron la famosa encuesta. Los cuestionarios se reciben en las secciones de cultura de los periódicos hasta este fin de semana. El 18 de septiembre, todas las respuestas se entregarán en la oficina de Sari Bermúdez, asesora de cultura del gabinete de transición. El 24 de septiembre sabremos qué opinaron los mexicanos cultos.
El "ejercicio democrático inédito en la cultura", propuesto por Krauze, sería más reconocido si mediante esta consulta fuera posible tener un conocimiento, amplio y democrático, de la opinión de diversos sectores de la sociedad sobre la política cultural del Estado y las instituciones que la desarrollan. Por el contrario ?opinan profesores, investigadores y trabajadores del INAH?, se trata de una encuesta limitada (a sólo dos preguntas) que parece dirigida a "desprestigiar a las actuales instituciones culturales, a limitar criterios de opinión, a conseguir consensos de manera poco transparente y, por qué no, a legitimar propósitos poco claros del nuevo gobierno". Un grupo de académicos e investigadores del INAH solicitó una entrevista con Sari Bermúdez para exponerle algunas opiniones sobre la consulta. Cuentan que la asesora de Vicente Fox, con toda amabilidad les solicitó que no cuestionaran o criticaran la encuesta. Les sugirió que sería más conveniente que enviaran sus opiniones por escrito y, además, que propusieran nombres de personajes que pudieran integrarse a "un órgano ciudadanizado", rector de la política cultural del foxismo. Los académicos del INAH decidieron dirigir una carta a Vicente Fox. El documento tiene la inconformidad de los trabajadores y académicos por la forma con que el gabinete de transición pretende evaluar a los organismos culturales del Estado.
Igual que en el INAH, en Radio Educación, Canal 11, el Instituto de Cine y en el INBA se han externado críticas a la consulta cultural. Y es que en la encuesta se pregunta a todo público (más bien a quienes leen las secciones culturales de los diarios o ven la tv cultural, precisan los asesores de Fox) qué opinión se tiene de los organismos culturales del gobierno federal, y se dan seis opciones de respuesta. La otra pregunta es qué cosas buenas para la cultura no está haciendo ninguno (dos negaciones juntas hacen una afirmación) de los organismos. Ciertamente, los ciudadanos (aunque les guste el cine o visitar exposiciones de pintura) no tienen información sobre el Imcine (que no son los estudios Churubusco) o acerca del INBA (que no es el Palacio de Bellas Artes) como tampoco del INAH (que no sólo es el museo con el Tláloc a la entrada). Mucho menos la sociedad conoce bien a bien qué es y para qué sirve un aparato burocrático como el de Conaculta, creado por decreto de Carlos Salinas de Gortari para sustituir a la Subsecretaría de Cultura y sin alguna otra función de interés, salvo la de aglutinar instituciones como el INBA, el INAH y el Imcine. Tampoco se conoce, o se ha olvidado, que hace 12 años el propio Salinas de Gortari encargó a Rafael Tovar y de Teresa, director del Conaculta, "modernizar" la legislación de cultura, sin resultados a la fecha. Mucho menos los interesados en la cultura saben que este 2000, Conaculta tiene un presupuesto de 978 millones de pesos (Letras Libres, septiembre) para "coordinar y supervisar programas" de instituciones que por ley se crearon autónomas, como el INAH, fundado por el presidente Lázaro Cárdenas.
Ya comenzaron a circular las encuestas que el gabinete de transición preparó para los "conocedores" del tema. Se entregaron a los burócratas de nivel en Conaculta y en las diversas dependencias. Por supuesto, a intelectuales, artistas... "conocedores" de verdad. Sería interesante saber si esos "conocedores" han leído las distintas leyes relacionadas con la cultura e incluso normas como la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos. También, por supuesto, si los señores "conocedores" y burócratas de nivel en Conaculta saben cómo se han manejado los presupuestos. Meros datos: con base en los indicadores de gestión 1999 del INAH, los ingresos fiscales (autorizados por el Congreso de la Unión) sumaron mil 382.4 millones de pesos. Cifra récord, pues representó un aumento en el subsidio federal de 56 por ciento respecto a 1994. Mientras, los ingresos propios (boletos de entrada a museos y zonas arqueológicas y otros) se redujeron de manera impresionante: de 45 millones a 29.8 millones en cifras reales (pesos de 1994). Vale también hacer ver a los "conocedores" que el año pasado, el presupuesto del INAH no se gastó en la conservación del patrimonio y del acervo histórico de la nación, sino en el pago de servicios personales. Fueron 835 millones de pesos, oficialmente. En términos reales, el pago de nómina creció 30 por ciento de 1994 a 1999, y no es que hayan ido al alza los sueldos de los historiadores o de los custodios de las zonas arqueológicas, mucho menos del personal dedicado a la investigación y conservación del patrimonio. Los indicadores de gestión son claros: se incrementó la planta de funcionarios de 397 a 468. ¡71 más en cinco años! En cambio, el número de investigadores se mantuvo en 746. Sólo se crearon 11 plazas sindicales para personal administrativo. Los arquitectos y restauradores bajaron de 322 a 311. En los indicadores de gestión no se da cuenta del personal contratado por honorarios (choferes, jardineros, secretarios, amigos de los funcionarios)... Si así están las cosas, habrá que ir mucho más allá de la consulta.
Cuando concluyó la Cumbre del Milenio, donde 154 mandatarios acordaron fortalecer a la ONU para "salvar al mundo" de la pobreza extrema en la que sobreviven las tres cuartas partes de la humanidad, y de otros desastres de la globalización, nadie tomó en cuenta el dramático informe del Banco Mundial sobre la nueva pobreza en la nueva economía mundial. Dicen Nora Lustig y Tavi Kamur, expertos del BM: de los 6 mil millones de habitantes del planeta, 2 mil 800 millones viven con menos de dos dólares al día, y cerca de mil 800 millones con menos de un dólar. La mayoría de los pobres ?43.5 por ciento? vive en las naciones del sudeste asiático, 24.3 en Africa y 23.2 en los países de Asia-Pacífico. Y en Latinoamérica se encuentra 6.5 por ciento de los pobres del mundo... Le cuento que en México, 65 por ciento de la gente vive con menos de 20 pesos al día... y eso que tienen programas de bienestar para la familia.
Y si las cuentas de la pobreza son claras, también lo son las cuentas de la gobernabilidad en México, según aseguró ayer en la Cámara de Diputados el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco. El funcionario abrió la glosa del último informe zedillista. Y como a Bucareli le atañen los asuntos de política interna, Carrasco hubo de informar ?aunque muy breve? del conflicto en Chiapas, Por supuesto, defendió la presencia militar en tierras zapatistas en razón de que "el EZLN no ha retirado su declaración de guerra al Ejército Mexicano". Y como el año pasado la UNAM fue cerrada y el problema llegó a considerarse de "seguridad nacional", ahora ?y sin más? el secretario de Gobernación se limitó a informar que "la casa de estudios ha vuelto a la normalidad" ¿Será? Como se esperaba, también defendió a la Policía Federal Preventiva y hubo de reconocer que la inseguridad pública sigue siendo el flagelo del sexenio... En fin, nada para escribir a la familia.
Los escándalos del sexenio que termina siguen. Ayer, hasta el subinspector de la policía montada en el DF apareció muerto... se investiga el asunto. Mientras, nadie se cree la versión del suicidio con un cutter de quien fuera uno de los hombres clave del equipo del superasesor José Córdoba Montoya en tiempos del salinato, y en este sexenio uno de los subsecretarios más importantes del gabinete presidencial. Y allá por la Secretaría de la Defensa Nacional comienzan a revelarse informes que muestran la corrupción y los excesos del alto mando del Ejército. Y lo que falta, dicen los más enterados, cuando Vicente Fox advierte que no llegará al gobierno "a cobrar facturas a nadie... no habrá revanchismos", dice, eludiendo hablar de sus antecesores: Carlos Salinas, quien comenzó el gobierno encarcelando a su gran enemigo, el líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia, y Ernesto Zedillo, quien llevó hasta Almoloya al hermano de Salinas de Gortari.
Ť Ilustraciones: Joél Rendón/ Serie:Independencia y Soledad