LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Algunos aficionados aguilas tiraron sus playeras y pidieron la salida de Farfán


El Guadalajara emergió del sótano y humilló 3-0 al América

Ť La Miss México, Jacqueline Bracamontes, hija del técnico de Chivas se vistió de rojiblanco

america-vs-chivas-3 Marlene Santos A. Ť Chivas no sólo acabó con los pronósticos al humillar por goliza de 3-0 al América, sino que tuvo la belleza, la gloria y los goles para enaltecer al máximo su triunfo. Más aún: con esta victoria en el estadio Azteca, más de un seguidor chiva se dio por bien servido y consideró que el Guadalajara "ya salvó el torneo".

El Rebaño sagrado emergió de las sombras del sótano general para dar cuenta de un equipo indolente, sin casta y sin orgullo que navegó de principio a fin por el camino de la mediocridad en el juego que se promocionó como la gran fiesta amarilla, donde la directiva se cansó de regalar muchos más de los 20 mil boletos prometidos hasta lograr una magnífica entrada, unos 90 mil aficionados, que al final salieron dolidos.

Muchos no soportaron la bochornosa derrota, se despojaron de sus playeras de color hepatítico y las lanzaron a la cancha. La porra Monumental -que sin control ingresa al coso gran cantidad de fuegos de artificio- formó una gran humareda y despidió al grito de "šFuera, fuera!" al entrenador Gonzalo Farfán, que nadie sabe si es interino o permanente.

Afuera, otros desquitaron su frustración lapidando los autobuses en que arribaron los fieles al chiverío y no faltaron las riñas.

La belleza la puso Miss México Jacqueline Bracamontes, hija del técnico Jesús Bracamontes, del Guadalajara, quien paseó la playera rojiblanca con el mismo orgullo que la banda que la acredita como la mujer más bella del país.

Tras un par de llegadas americanistas por parte de Jesús Mendoza y del colombiano Leonardo Fabio, Alfonso Loera dio el primer aviso al portero local Adolfo Ríos, al estrellar un remate en el poste derecho.

El juego cayó en un bache que arrancó silbidos del público hasta que al minuto 34 respondieron los veteranos rojiblancos; Alberto Coyote dio el balón a Benjamín Galindo y éste con gran visión tocó hacia el Gusano Nápoles -habilitado por el defensa Joel Sánchez-; Nápoles definió de zurda para el 1-0.

Al 43 de acción, Fabio falló de manera increíble un gran servicio de Mendoza; fue abucheado en los sucesivos contactos con el balón y ya no salió para el complemento. Y si desde el arranque Ramón Morales superó a placer al novato Efrén Hernández, en el segundo tiempo al joven se le indigestó el clásico: perdió varios balones y de nuevo Farfán entendió que las silbatinas indicaban el momento de sacarlo.

El técnico interino titubeaba mientras Bracamontes parecía iluminado, pues al minuto 59 sacó a Galindo por Héctor del Angel, quien siempre le anota al América en los clásicos, y esta vez no fue la excepción, ya que al 81 de acción provocó el 2-0 cuando era jaleonado por Duilio Davino; alcanzó sacar el tiro que pegó en el defensa y el silbante Armando Archundia lo reportó como autogol

Los seguidores de Aguilas comenzaron a buscar los túneles de salida; en su camino, algunos alcanzaron a ver la expulsión de Davino al minuto 86 por una severa entrada sobre el Chima Ruiz.

Un minuto antes Bracamontes metió a la cancha a Jorge Arreola en otro gran acierto, pues el apodado Remi selló la goleada al minuto 90 al rebasar a Ignacio Mendoza y José Luis Salgado, y con un potente tiro cruzado hizo inútil el cristo que Adolfo Ríos hizo de rodillas para intentar atajar.

La fiesta fue chiva y, como al principio, los rojiblancos sacaron su manta con la leyenda: "Alex, hoy más que nunca estamos contigo", dedicando la victoria a su compañero accidentado Alejandro Pérez.