LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť En Norteamérica, el sector está en crisis, dicen


Campesinos exigirán eliminar dumping en productos agrícolas

Ť Reunión de organizaciones de EU, Canadá y México

Matilde Pérez U. Ť Organizaciones campesinas de Canadá, Estados Unidos y México -integrantes del grupo internacional Vía Campesina- coincidieron en que el campo en América del Norte está en crisis, y ante ello propusieron iniciar una demanda antidumping en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC) y de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

La lucha es por terminar con el dumping en los precios para los productos agrícolas que están por debajo de los costos de producción. Hay que romper la idea de que el mercado proporciona los mejores precios y definir si se excluye o no a la agricultura del libre comercio y de los tratados comerciales, consideraron durante la reunión de la región Norteamérica de Vía Campesina.

Los pequeños agricultores de los tres países -según expusieron los representantes de las organizaciones- enfrentan una situación desfavorable. En Canadá, dijo Nettie Wiebe, de la NFU, ''a pesar de tener una agricultura altamente tecnificada, las granjas familiares están quebrando y la gente está perdiendo sus terrenos''. En ellas trabaja 4 por ciento de la población, porcentaje considerado muy alto por el gobierno.

El panorama no es mejor en Estados Unidos, mencionó Dena Hoff, de la NFFC (National Family Farm Coalition). El gobierno no tiene interés en apoyar la agricultura familiar; ''estamos ante un colapso de las granjas por los bajos precios de los granos como trigo y frijol; a los pequeños agricultores los están desplazando las grandes empresas y monopolios, los cuales les compran sus tierras''.

El Farm Bureau dice que sus integrantes suman 3.5 millones de granjeros, pero eso no es cierto porque en el país existen sólo 1.9 millones de productores, precisó.

Alberto Gómez Flores, Luis Meneses Murillo y Pedro Magaña, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA); Isabel Cruz Hernández, de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito (AMUCSS); Emilio López Gámez, de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC); Emilio García, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA); Elia Sánchez, de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas (Coduc), y Víctor Suárez Carrera, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Sector Social (ANEC), presentaron el escenario del campo mexicano.

''La política de exterminio de la agricultura campesina lleva 18 años. Si los productores de Estados Unidos y Canadá no han logrado ser competitivos, en el caso de México los alcances son brutales'', mencionó Suárez Carrera. La diferencia, comentó, es que la población rural en el país representa 30 por ciento y 20 por ciento de la población económicamente activa.

López Gámez redondeó: ''en los últimos seis años, el PIB del sector agropecuario creció menos de uno por ciento; más de 25 por ciento de los granos que necesita la población tienen que ser importados por el declive en la producción''.

Cada uno de los representantes de las seis organizaciones campesinas comentó que por la falta de precios para los granos acordes a los costos de producción y una política que favorece a las grandes empresas, además de un movimiento campesino desarticulado, incremento del rentismo de las tierras, migración de los jóvenes, entre otros factores, las organizaciones han perdido capacidad de negociación.