LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Su mayor yerro, intentar erigirse en la conciencia moral de los creyentes, afirman


Muestra la Iglesia signos de regresión, dicen teólogos

Carolina Gómez Mena Ť Las recientes actitudes de "exclusividad y supremacía" de la Iglesia católica romana a nivel mundial, basadas en la afirmación de que sólo esta fe puede otorgar la salvación por ser la única heredera de Cristo, así como la "terca" postura asumida por la jerarquía católica mexicana en torno al aborto, ponen de manifiesto una "regresión" del credo, la que está motivada por el término de un papado, la presencia de "reyes tras el trono" y la insistencia en erigirse, aún en el siglo XXI, en la conciencia moral de los feligreses, opinaron los teólogos Miguel Angel Sánchez, investigador del Centro de Estudios Ecuménicos, y Jaime Laines, intergrante del Centro Antonio Montesinos.

En entrevista, Sánchez sostuvo que el documento del cardenal Joseph Ratzinger es fruto del fundamentalismo eclesiástico, la pugna entre las diversas corrientes vaticanas y las numerosas evidencias de que el papa Juan Pablo II no es quien dirige a la Iglesia.

"Ratzinger está rodeado de fundamentalistas que intentan imponer el modelo de la nueva cristiandad, el que no es más que una vuelta al pasado, a los tiempos en los que esta fe gobernaba el mundo, era dueña de la verdad y la civilización, situación que hoy está totalmente fuera de contexto porque ni a nivel político ni ecuménico se justifica", consideró.

Sugirió que ante esa problemática la Iglesia debe "replantear su camino", pues de no hacerlo, "no podrá ir muy lejos". Asimismo, consideró que la Iglesia católica mexicana muestra signos de mayor intransigencia. Esto, pese a los esfuerzos de modernización emprendidos por la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los que se "topan" con la estrategia del cardenal Norberto Rivera Carrera, quien "lleva la línea neoconservadora restauracionista de los legionarios de Cristo", el grupo más poderoso de el Vaticano. "Si por el arzobispo fuera cambiaría la Constitución por el Derecho Canónico", soltó.

En tanto, Laines sostuvo que respecto a la defensa de vida y la condena al aborto, la Iglesia católica romana en el mundo mundial, y en México, aún no entiende que evangelizar no es sinónimo de imponer criterios y creencias, y que por lo tanto "su misión prioritaria es sugerir e inspirar para que el otro, por ser sujeto autónomo, tome la mejor decisión posible desde su propia conciencia".

El estudioso expuso que uno de los errores de esta religión es considerar la verdad (específicamente su verdad) como algo estático y definitivo y no como una instancia en proceso de construcción colectiva en la que todos los sujetos aportan a través de diálogo y la crítica. "Las rígidas posturas de la jerarquías eclesiales y de otros sectores de católicos es que creen que su misión es obligar e imponer reglas morales a la sociedad".

Refirió que esto se desprende del paradigma patriarcal autoritario del clero, el que "intenta forzar a los feligreses a ser buenos (as)", en virtud de su parámetro particular de lo que conciben como bien, el cual podría -insinuó Laines- no ser del todo cierto.

Sánchez coincidió con esta posición, y afirmó que uno de los mayores yerros de la Iglesia católica romana es erigirse en dictaminadora de lo que es y no es pecado. Dijo que, inspirada en esta creencia, ha incurrido en "la más grande de las degradaciones: la negación total de la conciencia del otro", es decir, la nulificación del sujeto al despojarlo de su capacidad de decidir su ética.

Estableció que muchas veces la fe católica manipuló la conciencia moral de los católicos bajo el argumento de que esta fe posee la única ley moral existente, es decir, la ley de Dios. Situación que sería ampliamente rebatible si se considera que la ley divina fue interpretada por representantes de Ser Supremo en la tierra. A lo que se suma el hecho que "Dios dotó al hombre de conciencia y nos dio la responsabilidad de formarla, por lo tanto de optar".