VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Se cumple medio siglo de su visita a México


Maria Callas. Una mujer, una voz, un mito en Bellas Artes

Ť Incluye vestuario, documentos y fotografías, entre otros

Ť De los Reyes, curador de la parte mexicana de la exposición

callas-1Merry Mac Masters Ť En el terreno de los mitos Maria Callas supera a Marilyn Monroe y Greta Garbo, afirma Bruno Tosi, presidente de la asociación cultural veneciana que lleva el nombre de la ''soprano absoluta del siglo" como se le atribuyó en México desde 1950. Al respecto, Tosi aporta cifras: ''De Maria se han escrito cerca de 200 libros (dos de la autoría de Tosi), mientras que Marilyn tiene 15 y Greta diez". Tal vez lo que más ha sorprendido al promotor de una exposición itinerante sobre la diva es en qué medida Callas penetró en el imaginario popular, de manera especial entre la juventud.

El también coleccionista de todo lo que se relacione con La Divina reconoce que era una ''donna muy infeliz", pues mientras la artista triunfaba, la mujer sufría. ''María tuvo una hermana celosa y una madre tirana, incluso ambas escribieron libros en su contra. Al llegar a Italia fue muy hostilizada por la administración de la Scala y los críticos", apunta el entrevistado.

Nacida el 2 de diciembre de 1923 en Brooklyn, Nueva York ?adonde sus padres griegos emigraron apenas unos meses antes?, la Callas terminó su existencia el 16 de septiembre de 1977, en una bañera parisiense víctima de una sobredosis de barbitúricos. Esta frágil mujer, no obstante, supo adentrarse en cada uno de sus personajes y darles vida con su voz, dice Tosi.

México, país de su lanzamiento

En la carrera de la soprano, México jugó un papel importante. El 23 de mayo de 1950 Callas cantó por vez primera aquí. Con este motivo el día 13 será inaugurada, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, la exposición Maria Callas. Una mujer, una voz, un mito que incluye joyas, vestuario, documentos personales, fotografías y bocetos escenográficos. No obstante, la muestra que ha itinerado por muchas partes del mundo, en esta ocasión contará con un importante apartado mexicano.

Hace dos años Aurelio de los Reyes, catedrático y miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, propuso en su seminario de historia del arte en la Facultad de Filosofía y Letras, un trabajo sobre la ópera en México, cuya parte final trataba a la Callas, mismo que culminó con una exposición el pasado mayo en la Biblioteca Nacional.

Asimismo De los Reyes, a principios de año, le propuso a Agustín Arteaga, entonces director del museo, organizar algo para recordar el medio siglo de La Divina en Bellas Artes. El investigador de la UNAM desconocía la propuesta de exposición de Tosi y así fue como se le invitó a curar la sección mexicana dedicada a Callas.

País de fuerte tradición en el bel canto desde el siglo XIX, la asociación civil Opera Nacional que año con año organizaba la temporada y gustaba de traer nuevas figuras, procuró que México estuviera a la altura de las grandes capitales del mundo en la materia. De acuerdo con la investigación realizada por De los Reyes, ya se sabía de la Callas, aunque apenas comenzaba su carrera. Relata: ''Enrique Salcedo Lezama (director de la revista Todo) la fue a escuchar al teatro Colón de Buenos Aires, en 1949 (cuando aún no se presentaba en Estados Unidos). De vuelta a México recomendó a la soprano con Antonio Caraza Campos, gerente de la compañía, quien la contrató para la temporada de 1950. De hecho México significó el gran lanzamiento de María porque su voz todavía estaba en formación. Además, su repertorio era limitado, variaba entre el romanticismo y Wagner, y se presentaba como sorprano dramática.

''Caraza Campos, después de escuchar a Callas en los ensayos de Norma y darse cuenta de su amplia coloratura, le sugirió incluir en su repertorio La Traviata, Lucía de Lammermoor y Rigoletto. Ante la insistencia del gerente para que preparara La Traviata para ese año, Callas se negó pues tenía que interpretar por primera vez Trovador. Sin embargo, preparó La Traviata para una temporada de l951, en Florencia, después de la cual le escribió a Carlos DuPond, subgerente de Opera Nacional, y con quien entabló una estrecha amistad, para decirle que le había ido muy bien y que Caraza Campos había tenido la razón."

De la frialdad al aplauso

Una gran campaña de publicidad precedió el debut de Callas en México. Sin embargo, De los Reyes cuenta que en primera instancia su voz no satisfizo al público: ''La misma Maria sintió esa frialdad. Hizo un esfuerzo muy grande por cantar la famosa aria la 'Casta Divina', de Norma, sin que el público le retribuyera. Incluso, algunas personas dijeron sentirse confundidas después del primer acto. Ante el particular timbre de su voz y su falta de dulzura, no sabían si era buena o mala. Callas, por su parte, se quejó con DuPond quien le dijo: 'Como hemos hecho tanta propaganda de tus agudos, si terminas el segundo acto con un Re bemol que ya sé que no está escrito, eso hará que el público te dé un fuerte aplauso'''.

Sin embargo, para que se ganara al público debió esperar la siguiente ópera, Aída: ''El tenor Kurt Baum venía con el afán de exhibicionismo. Como mantenía las notas altas durante el primer acto, ya había cierta fricción entre ambos. Otro de los cantantes, el bajo Nicola Moscona, durante el entreacto se dirigió al camerino de Callas para advertirle que Baum intentaba opacarla. Para esto, Caraza Campos le había solicitado a Maria que diera un Mi bemol a modo de homenaje a Angela Peralta que así lo había hecho en el estreno de Aída aquí, en el siglo 19. Callas se había negado porque no estaba en la partitura, pero ante su enojo mandó decir con DuPond a los demás integrantes de la ópera que daría la nota. Cuando llegó el momento, Maria soltó aquel Mi bemol que convirtió a Bellas Artes en un manicomio. En una segunda ocasión lo repitió y casi se desmayó del esfuerzo".

La Diva volvió a hacer temporadas en México, en 1951 y 1952. Después sus honorarios se elevaron demasiado. Sin embargo, la Callas regresó en dos ocasiones. En 1968, deprimida por el matrimonio del magnate Aristóteles Onassis con Jacqueline Kennedy, vino para visitar a su padrino Leónidas Lanzanis que vivía en Cuernavaca. Luego, en 1973 llegó acompañada por Giuseppe di Stefano y la esposa de éste, a raíz de una invitación de Bruno Pagliai a pasar unas vacaciones en Acapulco. De los Reyes cuenta que aquella vez un grupo de admiradores, entre los que estaba Emma Roldán, ''una actriz muy afecta a la ópera, que se decía abuelita de Di Stefano, y él nona, le habló para una cena. Dijo que sí, pero que no hubiera prensa. Posteriormente, Maria pidió que le llevaran a Bellas Artes donde estuvo rememorando su temporada mexicana".

(Maria Callas. Una mujer, una voz, un mito se abrirá el día 13, a las 20:00 horas, en el Museo del Palacio de Bellas Artes.)