VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 2000

 

Ť Luis Javier Garrido Ť

La tenebra

l régimen priísta llega a su fin en medio de crímenes y escándalos, pero el peligro que se cierne sobre los mexicanos es que los intereses que lo han sostenido se logren reciclar en el nuevo gobierno.

1. La muerte violenta de Raúl Ramos Tercero, subsecretario de Comercio y principal responsable junto con Ernesto Zedillo y Herminio Blanco de la escandalosa concesión del Registro Nacional de Vehículos al presunto asesino y torturador argentino Ricardo Miguel Cavallo --dirigente de una organización internacional de ladrones de automóviles-- no hace más que confirmar lo que ya se suponía. Y es que atrás de la privatización aparentemente anodina de una función pública a unos particulares se halla uno más de los turbios negocios de quienes han gobernado México en los últimos años, todo lo cual pone de nuevo de manifiesto que el país está en manos de criminales, y que atrás de las buenas maneras de los tecnócratas no se puede ocultar que ellos son los políticos más corruptos que haya conocido el país a lo largo de su historia.

2. El gobierno "de Zedillo" será recordado no nada más por su dócil sometimiento a los organismos financieros internacionales, sino por la penetración de la delincuencia organizada en el aparato estatal y por el carácter delictivo de muchas de las políticas oficiales sin que se aplicara la ley. Zedillo no sólo se dedicó con particular afán, a través de sus dos procuradores, el panista Antonio Lozano y el parapriísta Jorge Madrazo, a encubrir los crímenes de Carlos Salinas y de sus colaboradores, a proteger a la narcomafia que se fue apoderando de las instancias financieras nacionales, y a ocultar que se hizo pagar de manera ilegal a los mexicanos a través del Fobaproa las actividades delictivas de banqueros y políticos, sino también, y sobre todo, a encubrir los ilícitos de su propia administración y de sus familiares. El encarcelamiento de los generales torturadores y asesinos Francisco Quirós y Mario Arturo Acosta Chaparro, acusados de complicidad con el narcotráfico (31 de agosto) o la serie de "suicidios" en serie de funcionarios públicos, no pueden ser una explicación que satisfaga o un elemento que impida una investigación a fondo para determinar el grado de corrupción de los gobernantes actuales.

3. El país se halla inmerso en una gravísima crisis social, moral e institucional, pero no obstante esto, a dos meses de la derrota del PRI en las elecciones presidenciales, hay signos evidentes, y muy preocupantes, de que los responsables de la próxima administración, lejos de tener como prioridad el desmantelamiento del antiguo sistema de poder, muestran como una verdadera obsesión el mantener la supuesta estabilidad existente, en el marco del mismo modelo económico que se ha impuesto por casi dos décadas. Todo lo cual fortalece un escenario en el que los responsables de las últimas administraciones presionan en todos los órdenes para que se les garantice la impunidad, mientras los dirigentes de los partidos no parecen tener a su vez más preocupación que la de buscar un reacomodo de sus intereses a espaldas de la sociedad: de ahí las preguntas que empiezan a formularse.

4. ƑPodría alguien asumir que hay un cambio democrático en México si el nuevo gobierno no sólo sigue con las mismas políticas neoliberales de sus predecesores sino que busca profundizarlas, y si además encubre y protege a quienes han defraudado a la nación y cometido todo género de crímenes?

5. La experiencia de otros países muestra bien que cuando se produce un cambio de régimen, las políticas de complicidad de los funcionarios del nuevo gobierno con quienes lo han antecedido, justificadas como "leyes del olvido" (Argentina), o como "cuenta cero" (España), no conducen más que a posponer y agravar el problema, pues al garantizar la impunidad de los criminales de Estado no hacen otra cosa que justificar la violación a la ley y alentar la comisión de nuevos ilícitos, a lo que se agrega en el caso de México otra cuestión fundamental: Ƒquién va a detentar realmente el poder en los próximos años si no se desmantela el imperio narcofinanciero del salinismo: el nuevo gobierno o sus antecesores?

6. ƑO habrá ya, como algunos pretenden, un entendimiento entre los que se van y los que llegan, que haga a fin de cuentas imperceptible el cambio, y que en consecuencia bajo otro régimen político prosigan dominando al país los mismos grupos e intereses?

7. El gobierno que encabezará Vicente Fox a partir del primero de diciembre tiene una responsabilidad histórica a la cual no parecen estar impuestos aquellos a quienes se ha presentado como sus principales integrantes, los cuales están hablando ya más de continuidad que del desmantelamiento de las viejas políticas, olvidándose que el voto del 2 de julio fue efectivamente un mandato por el cambio en todos los órdenes, e ignorando que de seguir en esa vía muy pronto pueden perder toda credibilidad, ahondando la crisis nacional.

8. El capital político que tiene el nuevo gobierno como consecuencia del voto popular puede dilapidarlo muy pronto, y no parece ser ésta una de las preocupaciones de quienes en menos de tres meses dejarán de ser oposición para convertirse en gobierno. Las cuestiones claves para definir lo que va a ser la nueva administración se elucidarán en sus primeros días, es decir, en el último mes de este siglo. Los pasos determinantes para cumplir con sus ofrecimientos de campaña: retirar al Ejército de las comunidades indígenas y hacer valer los acuerdos de San Andrés, desmantelar los aparatos de control y de dominación del sistema priísta, rectificar las políticas neoliberales que tanto han afectado los derechos sociales de las mayorías, desmantelar el narcosistema, impulsar una nueva relación del gobierno con la sociedad civil, y en especial con los sindicatos y con los medios.

9. Y, desde luego, aplicar la ley a todos los criminales de Estado que han delinquido a lo largo de los últimos tiempos, obligándolos a devolver a la nación lo malhabido, revisando los procesos de privatización, reorganizando el sistema financiero del país. El nuevo gobierno deberá asumir que tiene un mandato fundamental que es el del cambio, y que si se somete a sus predecesores perderá toda credibilidad, aun en aquellos sectores que lo apoyaron con firmeza.

10. El gobierno de Ernesto Zedillo ha sido como los de sus predecesores una verdadera cloaca porque lo permitió la sociedad, pero esa tolerancia popular con el poder parece estar llegando a su fin. Ť