VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Se le veía tranquilo la víspera de su fallecimiento


La conducta de Ramos Tercero era normal, según colaboradores

Ť El subsecretario intercambiaba bromas con sus compañeros

Víctor Cardoso y Mayela Delgadillo Ť "Dormí muy bien", respondió Raúl Ramos Tercero al oficial mayor de la Secofi, Jesús Flores Ayala, la mañana del miércoles, cuando ambos se encontraron en el elevador.

Fue un día normal de trabajo. Todo mundo llegó a la hora habitual y los dos funcionarios intercambiaron bromas durante el tiempo que tardaron en llegar desde la planta baja del edificio hasta el piso 14.

Durante el trayecto Flores Ayala le comentó que ese día se veía muy bien, a lo que Ramos Tercero contestó, en tono de explicación, que había dormido perfectamente. Estaba tranquilo y "para nada se le veían ganas de suicidarse".

No había nada anormal en su comportamiento, según sus colaboradores. El último compromiso que cumplió antes de salir de la secretaría, en atención cabal de su agenda de trabajo, fue la de conceder una entrevista a la revista Business Week, la cual versó sobre la industria automotriz y para nada se tocó el tema del Registro Nacional de Vehículos (Renave).

En la entrevista no sólo participó Ramos Tercero, quien la dejó en manos de otro funcionario, Gustavo Saavedra, director de Industria Automotriz. De ahí se retiró cerca del mediodía y se dirigió al cajero, del que presumiblemente retiró 2 mil pesos, como han revelado las investigaciones iniciales.

Trabajadores del área aseguran que todavía estaba en la dependencia alrededor de las 11:45 horas, por lo que no entienden cómo el boleto de la caseta del estacionamiento, encontrado horas después en el vehículo de Ramos Tercero, reportaba las doce del día.

Después de esto se retiró a comer y despidió a su chofer, indicándole que no lo requeriría durante el resto del día. El subsecretario no contaba con ningún tipo de escolta, ya que el único funcionario que goza de protección es el titular de la Secofi, Herminio Blanco.

De acuerdo con información extraoficial, desde Nueva York, el presidente Ernesto Zedillo se puso en contacto con Blanco antes de las once de la mañana para informarle que sería retirada la concesión del Renave, por lo que presumiblemente el principal responsable del proyecto tenía conocimiento de esta decisión antes de salir de la dependencia.

Alrededor de las 19 horas Ramos Tercero tendría una reunión con el secretario, según la versión de la oficina de Comunicación Social; el tema a tocar era el de las prácticas comerciales, no el Renave.

A partir de ese momento la dependencia intentó localizarlo. Al pasar las horas sin conseguirlo, alguien dio parte a la policía bajo la presunción de que podía haber tenido algún accidente automovilístico. Fue cerca de las cuatro de la mañana del jueves cuando empezaron las llamadas entre los funcionarios de primer nivel de la dependencia para informar sobre el "suicidio".

La Secofi no reveló la agenda del funcionario el día de su muerte, ni tampoco la de días anteriores ni posteriores, para "evitar involucrar más gente". En medio de hermetismo total, el piso 14 y la oficina de Ramos Tercero fueron impenetrables para los medios de comunicación. Mario Uribe, su secretario particular, sólo atinó a decir ante la lluvia de preguntas: "Eso lo tienen que ver con prensa". Después guardó silencio.

Trascendió que el único compromiso que tendría el funcionario este viernes sería una reunión de trabajo con el presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación, Humberto Izunza.