VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Sabía el ex funcionario todo acerca del registro


El Renave mató ayer a Ramos Tercero, uno de sus creadores

Ť Trascendió en la Secofi que había recibido amenazas

Patricia Muñoz Ríos Ť El Registro Nacional de Vehículos (Renave) mató ayer a uno de sus creadores y principales defensores y vistió de luto la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi).

Raúl Ramos Tercero, subsecretario de Normatividad de la dependencia, encontrado muerto el miércoles en el estado de México, fue el funcionario encargado de todo el proceso de diseño, licitación y establecimiento del Renave. Sabía todo acerca del registro, de sus bases legales, de los inversionistas; tenía las pruebas de todo, los "datos duros" y los expedientes de los implicados en el otorgamiento de esta concesión.

A pesar del escándalo ocurrido el 24 de agosto pasado tras la detención del ex director del Renave, Ricardo Miguel Cavallo, acusado de genocidio, tortura, fraude y otros ilícitos, Ramos defendió el proyecto ese mismo día y aseguró que la secretaría se encargaría de hacer cumplir este ordenamiento; ofreció varias entrevistas en las que sostuvo que el registro no había muerto. Ahora él lo está.

Denunció además que había "grandes intereses", fuertes grupos --sin señalar a ninguno por su nombre-- que impedían la operación del Renave.

Desde las tres de la mañana del jueves autoridades policiales del estado de México enteraron del suceso al secretario de Comercio, Herminio Blanco.

Ayer parecía que en la Secofi era el velorio. Empleados y funcionarios mostraban rostros tensos y consternados.

Durante todo el día corrieron fuertes rumores que hablaban de un posible asesinato; trascendió que el subsecretario habría recibido en las últimas semanas amenazas y mensajes intimidatorios.

ƑQuién era?

Compañero del presidente Ernesto Zedillo en el Banco de México, y amigo personal de Herminio Blanco, Ramos Tercero tenía una sólida carrera académica, lo cual lo hacía respetado entre el grupo de tecnócratas en el gobierno.

Egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y de la Standford University, comenzó su carrera pública en la Dirección de Investigación Económica del Banco de México, donde trabajó siete años y llegó hasta gerente de Análisis y Medición del Sector Real.

Ingresó a la Secretaría de Comercio en 1990 como director general de Estudios Económicos en la Unidad de Negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la cual fue creada por Jaime Serra Puche en el sexenio anterior. Fue un compañero insuperable y brazo derecho de Herminio Blanco, quien entonces se desempeñaba como subsecretario.

En 1993 fue designado director general de Política de Negociaciones Comerciales Internacionales. A la llegada de Blanco a la secretaría, Ramos fue nombrado subsecretario de Normatividad y Servicios a la Industria y al Comercio Exterior.

De 45 años, Ramos se caracterizó por ser un funcionario tranquilo, mesurado, reservado, escrupuloso; nervioso ante la prensa. Por su carácter conciliatorio, sirvió como puente entre los distintos grupos de tecnócratas en el poder.

Encargado del nacimiento del registro, ahora debe a éste su muerte

El 27 de agosto de 1999, Ramos Tercero, sonriente y acompañado de Henry Davis --uno de los principales accionistas de la empresa que ganó la concesión del Renave--, anunció los resultados del concurso. Se encontraban todos los inversionistas del consorcio ganador, incluidos los de las empresas Gemplus y Talsud. Entre los asistentes, por supuesto, se encontraba Ricardo Miguel Cavallo.

Los reporteros asistentes preguntaron a Ramos sobre qué bases se determinó al ganador. La respuesta fue que ese grupo había presentado la mejor propuesta económica, la "menos costosa".

Ramos trabajó en el proyecto del Renave por varios años. La creación del registro formó parte del plan de trabajo de la presente administración, y su establecimiento fue designado a la Secretaría de Comercio.

La realización del proyecto de ley del Renave fue encargada a Ramos, quien tuvo una participación sustancial en las discusiones que se llevaron a cabo en el Congreso para su aprobación, la cual ocurrió el 2 de junio de 1998; elaboró las bases del concurso de licitación. En agosto de 1998 contrató a nombre de la Secofi a un agente financiero y a un asesor informativo para implementar el concurso. El 26 de febrero de 1999 publicó los lineamientos generales del concurso y un mes después se encargó de crear un acuerdo para establecer un comité que avalara ese examen.

Estuvo encargado de todo: expedir las constancias de registro, entregar a los participantes el prospecto descriptivo y recibir las propuestas técnicas y económicas que presentaron 91 empresas.

Al final sólo cinco firmas quedaron técnicamente empatadas, pues sus propuestas eran muy afines. Junto con otros funcionarios, Ramos ideó una forma de designar un ganador. Sería el que presentará el mejor costo. Ganó el grupo integrado por Henry Davis --quien no ha dado la cara desde que comenzó el escándalo--, los inversionistas de Talsud --a cuya cabeza se encontraba Cavallo-- y empresarios de Gemplus.

Se firmó el título de la concesión --con duración prevista de diez años-- el 15 de septiembre de 1999. La contraprestación pagada al gobierno federal por el primer año de aquélla fue de 11.3 millones de pesos.

Se convirtió prácticamente en el "padre" y promotor del Renave, tarea esta última en la que lo acompañó en forma fehaciente el propio Herminio Blanco.

La última defensa

El día del escándalo, nadie de la concesionaria dio la cara. En la Secofi cundió el caos y fue hasta después de varias horas que el subsecretario aceptó bajar a la sala de prensa, pero sólo para "leer" un comunicado, en el cual se exoneró a la secretaría de toda responsabilidad, se defendió el proceso de licitación y se acreditó la competencia técnica de la empresa designada.

Visiblemente nervioso, Ramos destacó la "experiencia profesional" de los colaboradores de la concesionaria. Confirmó que en el proceso había recibido relaciones de la experiencia profesional de 210 individuos integrantes de todas las empresas concursantes, "donde fue incluida la del señor Cavallo", del cual dijo que era evidente su capacidad profesional.

Salió, literalmente, corriendo de la sala de prensa, sin aceptar preguntas de los reporteros, que gritaban: "ƑPor qué no quiere hablar, señor, a que le teme?", y le cuestionaban si iba a huir del país.

Acompañó a Herminio Blanco en la última conferencia de prensa que éste ofreció la semana pasada para defender el Renave. Ramos estaba serio; como el titular de Comercio, se veía seguro de que el registro continuaría, pero ayer decidió que sin él.