JUEVES 7 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť El día 14 estrenará en el país su filme En un claroscuro de la luna
Hacer cine, oficio que necesita de la experiencia para depurarlo: Olhovich
Ť Se apresta a filmar 1938; escribió el guión en colaboración con Carlos Montemayor
Ť Cuando una película sólo es vista por los críticos, entonces sobreviene una doble frustración
Mónica Mateos Ť En 1979 se emitió una orden de aprehensión en contra de Sergio Olhovich, a quien se acusaba de comunista. Las autoridades cinematográficas de entonces, al mando de Margarita López Portillo, habían prohibido que su película El infierno de todos tan temido compitiera en el festival de Berlín. No obstante, el realizador se fue a Alemania con una copia para exhibirla en una función privada.
La cinta narra la vida de un aspirante a actor cuya insatisfacción lo ha empujado a consumir alcohol y drogas. Sus demonios interiores lo llevan hacia la autodestrucción entre confusas posiciones políticas. Por ello, es internado en un manicomio y sólo al organizar la rebelión de los locos contra las crueles autoridades logra canalizar sus tormentos.
A su regreso, a Olhovich se le acusó de ''lucrar" con su filme y tuvo que ocultarse tres días en sus oficinas hasta que la funcionaria ''comprendió" que el anhelo de todo realizador es que el público vea sus obras, y retiró la denuncia. Aquella censura es ahora una anécdota en los recuerdos del cineasta quien apenas recibió en Vyborg, Rusia, el gran premio del jurado del Octavo Festival Ventana a Europa por su reciente cinta En un claroscuro de la luna (La Jornada, 27/08/00), la cual se estrenará en México el día 14.
Confiado en el futuro que le espera a la industria cinematográfica nacional en el siguiente sexenio, Olhovich se prepara para filmar la que será su decimocuarta cinta: 1938, una historia cuyo guión realizó en colaboración con Carlos Montemayor y que narra todo lo sucedido a Lázaro Cárdenas el día que nacionalizó el petróleo. El personaje central será representado por el actor Arturo Beristáin.
La crítica debe ser educativa
Ganador de varios arieles por su filme Esperanza (1988), Olhovich asegura que desde niño lo supo, su oficio en la vida sería el de cineasta. A los 17 años estudió dirección teatral con Seki Sano, quien le sugirió que se fuera a estudiar al extranjero, pues entonces no existían en el país escuelas de cine. En la Unión Soviética, en 1968, se graduó en el Instituto Estatal de Cinematografía como director de cine y televisión. Su primera producción fue Muñeca reina (1971), historia basada en un cuento de Carlos Fuentes.
Después de haber dirigido trece filmes, Sergio Olhovich señala que ''uno comienza a hacer cine más en serio en la madurez. Yo me siento empezando en esto, más seguro, con más cosas importantes que decir. Este oficio se adquiere con trabajo. No basta tener el talento o el oficio de primerizo, se necesita la experiencia que empieza a depurar. Porque uno, en la madurez, ya no necesita hacer tanto malabarismo con la cámara para apantallar. No, lo que importa es contar una historia, de manera muy emotiva".
Por eso, el realizador considera que En un claroscuro de la luna, ''he logrado ese cambio cualitativo de oficio", pues es un largometraje que sintetiza muchos aspectos no sólo de su vida profesional, sino de su memoria íntima: en pantalla aparece un ruso casado con una tabasqueña (como fue el caso de sus padres); este hombre regresa a su país después de un largo tiempo de exilio y se reencuentra con un hermano (escena que presenció Olhovich en la vida real). El hilo conductor de la narración es la trágica historia de amor de la hija del ruso, interpretada por Arcelia Ramírez.
Durante su exhibición en la pasada Muestra Nacional de Cine de Guadalajara, el público calificó a En un claroscuro... como la mejor cinta exhibida y le otorgó un premio por la manera casi indavertida pero certera en que los sentimientos del espectador son conducidos hasta desembocar en llanto.
''Se hace cine primero para uno, luego para el público y al final para los críticos. Si una película es vista sólo por los críticos es doblemente frustrante porque ellos no son indicativo de nada. Por desgracia, en México el oficio del crítico está mal entendido. Un crítico debe complementar la obra que comenta, ayudar a la comprensión de la misma y contribuir con sus reflexiones. Puede señalar defectos, pero no como una forma de destrucción. La crítica debe ser educativa, porque dar una opinión personal no es ser crítico", considera el realizador.
-ƑCuál ha sido tu película más taquillera?
-La que le hice a los Bukis (estalla en carcajadas), se llama Cómo fui a enamorarme de ti, Ƒno la has visto?, es re'buena.