JUEVES 7 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť El modelo vinculado a la globalización desplazó a los campesinos: ANEC


Concentran grandes agricultores producción de básicos y subsidios

Ť Empresas extranjeras asociadas con mexicanas dominan la comercialización de granos

Angélica Enciso/ II y última Ť En Sinaloa, 70 por ciento de la producción de maíz -de 2.5 millones de toneladas la última cosecha- la aportan 2 mil agricultores, y el 30 por ciento restante corresponde a 60 mil ejidatarios, señala Víctor Suárez Carrera, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

"En los últimos años se ha observado una concentración de la producción de granos en manos de grandes empresarios agrícolas, sobre todo en los distritos de riego y en zonas de buen temporal. Esto se da, entre otros aspectos, por la caída del crédito agrícola, ya que si hace siete años se habilitaron 6.5 millones de hectáreas de granos, ahora sólo se apoyan 750 mil hectáreas", explica.

Esto ha significado que los grandes agricultores generen en total 70 por ciento de la producción del ciclo otoño-invierno de arroz, trigo y maíz, mientras que Cargill-Monsanto, Archer Daniels Midland-Dreyfus, Novartis-Maseca y Continental dominan la comercialización de granos básicos, que suma 31 millones de toneladas al año.

En los distritos de riego que se ubican en Sonora, Sinaloa, Guanajuato, Tamaulipas y La Laguna, y en las mejores zonas de temporal de Jalisco, donde se cultiva en el ciclo-otoño invierno, se extienden superficies de entre 2 mil 500 y 3 mil hectáreas sembradas por un solo agricultor.

El especialista considera que esa situación también se debe al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), a las políticas internas de abandono a la agricultura campesina y a la producción de alimentos para el mercado interno.

Antes del TLC, en los distritos de riego se generaba el 15 por ciento de la producción de granos, pero ahora se ha duplicado y aporta el 30 por ciento, aunque el mayor porcentaje se sigue dando en el ciclo primavera-verano, con 20 millones de toneladas de básicos en promedio. "Observamos a productores de maíz con 2 mil hectáreas que, bajo el esquema de renta, concentran esa superficie y también vemos una concentración de los apoyos de Alianza para el Campo y de comercialización", detalla Suárez Carrera.

Sin créditos, rentan las tierras

Para subsanar la caída de la rentabilidad, los grandes productores arriendan amplias extensiones de tierra, ya que a un agricultor que posee 10 hectáreas no le sirve sembrar esta superficie. "Gana más si arrienda la tierra, ya que percibe 10 mil pesos por la renta y otros 7 mil pesos del Procampo", con lo que tiene un ingreso anual garantizado de 17 mil pesos.

Desde el sexenio pasado, agrega, el Banco de Crédito Rural (Banrural) retiró líneas crediticias a las superficies de granos, por lo que "sin crédito, con la caída de precios reales de los básicos y el incremento en los costos de producción, pierden rentabilidad y sólo los que poseen de 100 hectáreas para arriba son los que pueden acceder al crédito y tener ganancias".

"Ha funcionado el modelo de ventajas comparativas y de la agricultura vinculada a la globalización, se hace a un lado a los pequeños y medianos productores para dar paso a las grandes unidades de producción. La cuestión es qué pasa con los agricultores desplazados", señala.

Esta concentración de las mejores tierras a través del rentismo se presenta para el cultivo de los básicos: arroz, trigo y maíz. El caso del frijol es diferente ya que su producción sólo es de temporal -primavera-verano-, depende del clima y en regiones con sequía, como Zacatecas y Chihuahua, los únicos que se dedican a producir esta leguminosa son los pequeños agricultores. "Esas condiciones erráticas no interesan al empresario agrícola", dice Víctor Suárez.

Considera que esta situación genera una población desocupada, que en muchos casos emigra y no se emplea en las regiones, ya que gran parte de los agricultores no están acostumbrados a hacer trabajo de jornaleros, como sí lo están los del centro y el sur del país. "La descomposición social se da poco a poco".

El control del mercado

Conasupo se encargó durante 38 años de regular el mercado de granos básicos y oleaginosas. En 1999 desapareció sin que se creara otra instancia para sustituirla. Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), organismo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, fija los precios de referencia y maneja los apoyos a la comercialización a través de subastas.

A partir de la liquidación de Conasupo el mercado de granos básicos quedó a disposición de empresas transnacionales, y algunas se asociaron con compañías nacionales, como fue el caso de Novartis con Maseca y ADM con Minsa. No sólo controlan la compra de granos, sino que obtienen los subsidios a la comercialización.

En Tamaulipas, 73 por ciento de los apoyos a la comercialización manejados por Aserca fue destinado en mayo pasado a siete empresas nacionales y transnacionales, indica información de la ANEC. Cargill, ADM, Mayer, Bachoco, Avigram y Granero San Juan concentraron 93.7 millones de pesos en subsidios, de un total de 124 millones.

En Sinaloa, de acuerdo con la documentación proporcionada por la ANEC, se dio una situación similar, ya que Cargill, ADM, Sabritas, Maseca, Minsa y Bachoco obtuvieron 500 millones de pesos de subsidio, 65 por ciento del total.

En los últimos años también figuran como los principales importadores de granos Cargill, Continental, Anderson Clayton, Purina, Arancia y Dreyfus, indica Ana de Ita, del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam). "No hay que olvidar que México es uno de los cinco mercados de granos de mayor interés para las firmas de Estados Unidos, por lo que actualmente operan aquí", destaca.

La concentración en el sector no sólo se da en la producción y la comercialización, también se presenta en los insumos, como fertilizantes y semillas. En el caso de los primeros, a partir de la privatización de la paraestatal Fertimex, en 1992, han sido cinco o seis las empresas que controlan 80 por ciento del consumo nacional.

En el caso de la urea, cuatro plantas productoras de Minatitlán, con gran rezago tecnológico y que fueron adjudicadas al Sindicato de la Industria Petroquímica, abastecen a los agricultores de este producto. Lo mismo se presenta en otros fertilizantes como el sulfato de amonio, que es producido por Fertilizantes Guadalajara, Univex, Agrogen y Fertinal; y en el caso del difosfato de amonio sólo Fertinal lo distribuye, explica Manuel Cruz en el estudio Perspectivas 2000 del mercado de fertilizantes químicos.

Con relación a las semillas se tiene a las compañías Pioner, Decalt y Asgrow como las que dominan este mercado, mientras que en la distribución ha cobrado importancia en los últimos meses Wall Mart, detalla Suárez Carrera.

"Este modelo que se ha establecido en el país genera desempleo, concentración de recursos públicos en unos cuantos productores, abandono de la actividad y miseria", concluye.