JUEVES 7 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* Promueve que se regule el tráfico de armas


El siglo XX, "uno de los más sangrientos": Oscar Arias

* Critica el alto nivel de la producción bélica en Estados Unidos

Angel Bolaños Sánchez * El siglo XX pasará a la posteridad "como uno de los más sangrientos y destructivos de la historia", por lo que las naciones y las personas deben empeñarse en lograr que las próximas generaciones hereden un planeta sin guerras ni violencia, manifestó el premio Nobel de la Paz 1987, Oscar Arias, en un mensaje videograbado para la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, en el marco de las actividades por el Año Internacional de la Paz.

El ex presidente de Costa Rica, uno de los principales mediadores de la pacificación en Centroamérica, instó a los mexicanos a unirse en el esfuerzo del grupo al que pertenece, todos ellos laureados con el Nobel de la Paz, que promueve un código internacional de conducta sobre la transferencia de armas.

Con esta iniciativa, señaló, "pretendemos lograr que en el futuro la circulación de armas esté sujeta a controles y limitaciones inspirados en criterios humanitarios fundamentales" y que "las grandes tragedias que han empañado la historia hasta ahora, no empañen también el futuro".

Arias no dejó pasar la oportunidad para criticar el hecho de que los Estados miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, organismo "supuestamente llamado a velar por la paz del mundo", figuren entre los principales productores y exportadores de armas.

"Es una ironía ųañadióų que la cuantía del gasto militar global siga siendo superior a lo que se requeriría para resolver los más graves problemas sociales, educativos y sanitarios del mundo".

En el mismo acto, el investigador y académico del Colegio de México Fernando Escalante Gonzalbo, en una ponencia titulada Una meditación sobre la paz, refirió que actualmente son más improbables los conflictos a gran escala entre las naciones, pero, en cambio, es muy frecuente y probable la violencia interna y los conflictos entre particulares, lo que, dijo, se suele llamar "guerra de baja intensidad".

"Estamos tan acostumbrados a ello como lo estaban en el siglo XVI a sus guerras de temporal; a una bomba en una calle de Bilbao o Belfast, el secuestro de un avión, una emboscada de la guerrilla en Colombia o el asesinato de una familia de indígenas protestantes en Chiapas. Son cosas que pasan y que sólo de vez en cuando ocupan la primera plana de los periódicos", señaló.

Indicó que no obstante el ánimo pacifista fundado en el hecho de que hay relativamente pocas guerras, aun cuando las del año pasado harían una lista de doce distintas, "vivimos en un mundo cada vez más inseguro, más violento, menos pacífico".

Hay una continuidad de fronteras indiscernibles entre la delincuencia organizada, la guerrilla, la guerra civil, la guerra internacional.