MIERCOLES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* El fotógrafo exhibirá Entre la mirada y la piel en el Museo Cuevas 


Cuéllar: llegué al punto donde encontré la diferencia entre lo bello y lo sublime

* Me alimento de la pintura, pero no aporto innovaciones al desnudo, revela el creador

* Retratar a los artistas e intelectuales contemporáneos, proyecto del becario del SNCA

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Merry Mac Masters * Al mismo tiempo que el fotógrafo Rogelio Cuéllar (DF, 1950) ejerce una ''libertad total" ?la madurez y la inteligencia le han permitido no autocensurarse, afirma?, también es excesivamente crítico con su trabajo.

''Si voy a mostrar esa fotografía, en donde se ve este pubis, estas nalgas, estos senos, la fuerza estética, erótica, creo que cuando las mujeres vean esto, la mayoría van a decir, ¡cómo quisiera que me miraran así, que me fotografiaran igual!", dice.

Becario del Sistema Nacional de Creadores (SNC) y cuyo proyecto es retratar a los artistas e intelectuales contemporáneos, Cuéllar ha hecho fotografía de desnudo desde los 22 años. Una invitación de José Luis Cuevas, no nada más de exponer en el museo que lleva su nombre, sino en la Sala Erótica André Pieyre de Mandiargues, que por vez primera desde su inauguración, en 1993, desocupará sus 35 vitrinas para recibir la obra de otro artista, ha obligado a Cuéllar a emprender una revisión exhaustiva de su quehacer en este género.

¿El resultado? ''Sigo trabajando ?dice? sobre los mismos lineamientos con la diferencia de que ahora siento que mi mirada es más exigente. Además, llegué al punto donde hallé la diferencia entre lo bello y lo sublime. La diferencia entre lo erótico y lo pornográfico está a años luz. No busco la belleza por sí misma en los cuerpos. Para mí todos los cuerpos son bellos, de mujeres como de hombres. Y de mujeres jóvenes y mujeres vividas. No utilizo modelos profesionales. Se me da la posibilidad de tener amigas que confían en mi mirada y se desnudan. Mi compromiso es responderles.''

''Hacer'' el cuadro de Courbet

''He fotografiado 25 por ciento de hombres y 75 por ciento de mujeres. En los últimos seis meses trabajé con cinco hombres. Uno, que ahora es mi amigo, lo conocí en una fiesta y le dije, oye, ¡qué bellos brazos tienes! Quiero fotografiarlos. La que era mi compañera en ese tiempo dijo, '¿sabes qué? Desnúdate para Rogelio. Es maravilloso que lo hagas'. Se desnudó aunque no entendía de qué se trataba. Estudió filosofía política y no sabía quién era Francis Bacon. Le comencé a mostrar libros y le decía, quiero esto. Pero, voy a salir movido, contestó. Al ver las fotos dijo, creo que estamos trabajando un proyecto interesante y serio."

Desde niño, Cuéllar es un apasionado de la pintura y señala que el cuerpo humano desnudo es una especie de paisaje.

''Sí, me alimento de la pintura y soy un clásico en el sentido de que no estoy innovando nada en el desnudo."

Sin embargo, mientras más trabajó y viajó, se vio enfrentado con un cuadro que siempre le había intrigado: El origen del mundo, pintado por Gustave Courbet entre 1865-66, y oculto 130 años, ya que reproduce el torso de una mujer acostada sobre una cama con las piernas abiertas. Al decir de Cuéllar, ''ha hecho" el cuadro de Courbet desde que realiza fotografía de desnudo.

El pintor yugoslavo Vladimir Velickovic lo marcó mucho al enfrentar el cuerpo, pero ''en Tánatos". Cuéllar relata:

''Cuando trabajé en La Jornada (1984-1994) pedí ir a Nicaragua. Quería conocer la guerra, la muerte, en fin, los límites, y los conocí aunque mi naturaleza no era por allí. Es como las pasiones de la vida con la pareja. Conoces el cielo, conoces la tierra. En los rompimientos es importante tocar fondo porque de allí rebotas y comienzas a subir".

El fotógrafo ''agradece" a las mujeres, ex compañeras suyas, que le han enseñado a entender la naturaleza femenina que, a pesar de todo, ''sigue siendo un pinche misterio".

(Entre la mirada y la piel, de Rogelio Cuéllar, será inaugurada mañana, a las 20:00 horas, en el Museo José Luis Cuevas, en Academia 13, Centro Histórico, dentro del contexto de actividades de Fotoseptiembre Internacional 2000.)