MIERCOLES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2000
* México debe invertir más en la ciencia: especialista
Carece de educación superior y media 96% de la fuerza laboral
* Economía basada en el conocimiento genera pobreza y desempleo
Karina Avilés * En México, 95 por ciento de la fuerza de trabajo no cuenta con educación media y superior, reveló la directora ejecutiva de Asesores Internacionales en Prospectiva, Georgina Sánchez. Indicó que la economía basada en el conocimiento es una tendencia "irreversible", pero debido a su naturaleza tiene efectos excluyentes, que generan más desempleo, pobreza y marginación, e inducen a la falta de cohesión social.
Alertó que en la medida en que las macrotendencias apuntan hacia procesos de mayor exclusión y desigualdad, el potencial de conflicto social, político y económico será mayor.
Este país, que ha preferido optar por "políticas que dan poco margen a la inversión en ciencia y tecnología", destina un gasto por habitante en investigación y desarrollo de 23 dólares. Documentó que en Estados Unidos ese gasto es de 681 dólares, en Canadá, de 346 dólares; en Grecia, de 53, y en Portugal, de 76 dólares.
Entre 1990 y 1997, dijo, México tenía empleados en las áreas de investigación y desarrollo a cinco investigadores por cada 10 mil habitantes, contra un promedio de 45 investigadores en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La especialista agregó que el gasto del producto interno bruto (PIB) en investigación y desarrollo fue de 0.35 por ciento.
Durante la conferencia Futuros Sociales de México: Cohesión Social, Ciencia y Tecnología, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, la especialista manifestó que México se encuentra bajo una "doble presión"; la de integrarse a la economía del conocimiento y la de tener los recursos para lograrlo.
Ante esa disyuntiva, señaló que "el acceso equitativo a la educación, la ciencia y la tecnología parece ser la única alternativa para alcanzar el anterior objetivo, aunque para ello haya que sacrificar las ganancias económicas y políticas de corto plazo".
Afirmó que la educación es el instrumento más eficaz para hacer frente a la exclusión y mejorar el nivel de vida de los mexicanos. No obstante, "la educación es un tema eminentemente político: la educación para el siglo XXI significa autonomía y movilidad social". También significa "marcos más democráticos en los que la aceptación de la diversidad y una conciencia colectiva hacia el bien común son las únicas alternativas del desarrollo equitativo".
Manifestó que las calificaciones requeridas para participar en la economía del conocimiento excluyen a capas importantes de la fuerza de trabajo. Agregó que la rapidez en la evolución de nuevas tecnologías crea brechas generacionales de conocimiento, en donde no sólo los de la tercera edad, sino también los adultos se ven desplazados por las nuevas generaciones.
Existe una contradicción, dijo Sánchez, pues una sociedad basada en la economía del conocimiento corre el riesgo de incrementar la falta de cohesión social, la desigualdad económica y social, pero "oponerse a esta tendencia a través de políticas proteccionistas y el cierre de fronteras incrementaría directamente la exclusión, la pobreza y la atomización social".