MARTES 5 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* La PGR informó del caso a Sedena en 1999


El proceso a Quirós y Acosta, tras el hallazgo de narcofosas

* En 97, Cervantes fue enterado sobre los delitos de los generales

Jesús Aranda * El general Enrique Cervantes Aguirre, secretario de la Defensa Nacional, conoció, al menos desde abril de 1997, reportes que involucraban con el narcotráfico a los generales Francisco Humberto Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro.

Sin embargo, las pesquisas de la justicia castrense en contra de ellos se iniciaron hasta que la Procuraduría General de la República investigó las llamadas narcofosas en Ciudad Juárez, Chihuahua, descubiertas en noviembre de 1999.

De acuerdo con el expediente sobre el proceso penal en contra del coronel Pablo Castellanos García --actualmente interno en la prisión militar de Zapopan, Jalisco--, en abril de 1997 el secretario de la Defensa se enteró de que se relacionaba a Quirós Hermosillo y Acosta Chaparro con el seguimiento de información sobre Amado Carrillo Fuentes, la cual, según la Procuraduría General de Justicia Militar, tenía la clasificación de "confidencial" y "secreta".

En el proceso penal que se abrió en contra del coronel --a quien se acusó de haber filtrado información a la revista Proceso sobre vínculos de mandos castrenses con el tráfico de drogas-- salió a relucir que la denuncia contra Castellanos tuvo su origen cuando el entonces coronel y actual general brigadier Pedro Cervantes Aguirre, hermano del secretario de la Defensa Nacional, descubrió que en tarjetas de información, supuestamente secretas, estaba escrito el nombre "Pedro", a quien se vinculaba con Amado Carrillo Fuentes.

Pedro Cervantes consideró que dichas tarjetas habían sido sustraídas de la secretaría particular del titular de la Defensa, razón por la cual inicialmente se acusó a Castellanos García de "revelación de secretos", lo que derivó en otras delitos por los que fue juzgado por la justicia castrense y sentenciado a más de 12 años de prisión. El coronel insiste en que es inocente.

En la sentencia del primero de los dos consejos de guerra contra Castellanos, la justicia militar señaló que con la información --supuestamente filtrada--, el coronel "no reparó en los daños que iba a ocasionar al instituto armado, los cuales, si bien no son apreciables objetivamente, fueron muchos, ya que se generó gran desconfianza en las actividades de inteligencia militar que lleva a cabo la Secretaría de la Defensa Nacional, sobre todo por los personajes a quienes se refiere la información publicada".

Fue hasta noviembre de 1999 cuando la Procuraduría General de Justicia Militar inició el proceso en contra de Quirós Hermosillo y de Acosta Chaparro, luego de que la PGR le entregara información derivada del llamado "maxiproceso" y de las narcofosas descubiertas en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Quejas por el trato que ha recibido Gutiérrez Rebollo

Por otra parte, la hija del general Jesús Gutiérrez Rebollo, Teresa de Jesús Gutiérrez, se quejó del trato diferente que recibió su padre en relación con el que han tenido Quirós y Acosta, lo cual atribuyó a las relaciones cercanas que tenía Cervantes con ambos generales.

Dijo en entrevista que, mientras la detención de su padre la hizo pública el propio Cervantes en un auditorio en el que estaban presentes los principales mandos del Ejército, el caso de los generales referidos fue dado a conocer en una conferencia de prensa citada de última hora por el procurador militar, general Rafael Macedo de la Concha, acompañado únicamente por el titular de Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada de la PGR, José Trinidad Larrieta Carrasco.

Contrasta también, agregó, el hecho de que Gutiérrez Rebollo fue mandado inmediatamente a Almoloya de Juárez, mientras los generales permanecen en la prisión del Campo Militar Número Uno, donde reciben los privilegios reglamentarios a que tienen derecho por su grado.

Según el general retirado Luis Garfias Magaña, los vínculos entre Cervantes, Quirós y Acosta datan de los años sesenta, cuando los tres fueron ayudantes del entonces secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán.