* Ritual de ex paristas para recuperar su "sede"
Luego de siete meses de ausencia, los cegeacheros volvieron al Che
* "Somos la generación del alma desgarrada y la huelga rota"
Karina Avilés * El domingo 6 de febrero, cientos de estudiantes salieron del auditorio Che Guevara rumbo a la cárcel. Ayer retornaron a ese espacio para hacerlo suyo: "Hemos regresado, somos la generación de estudiantes del alma desgarrada y la huelga rota".
Como si fuera un ritual, chavos y chavas ingresaron con velas al lugar del que se fueron hace siete meses. Pequeñas luces iluminaron la penumbra de aquel escenario histórico. El símbolo que constituye el Che logró lo que sucedía desde el principio de la huelga: unir a ultras, megaultras, moderados, ex paristas, paristas, ex simpatizantes, simpatizantes y neomoderados.
Todos estaban ahí. Se vieron rostros que no aparecían desde hacía varios meses, caras nuevas y también a quienes no han faltado a la asamblea general del Consejo General de Huelga, como Mario Benítez, Alberto Pacheco, Rodolfo Hernández, Jorge Pérez y Juan José Serrano, entre otros.
El auditorio estaba repleto, con casi mil estudiantes, y la fiesta comenzó para los paristas. Estalló la proclama "¡Huelga! ¡huelga! ¡Universidad!". Al ritmo del grupo de rock La Resistencia cantaron: "movimiento, qué chido movimiento, ¡Subversión!".
Como en los viejos tiempos, por grupos fueron tomando sus lugares, no en butacas porque ya no hay, sino en el piso. Sentados sobre los escalones, con las manos sobre las rodillas, los jóvenes comenzaron una guerrita de proclamas y entonces arrancó la porra del "chorizo" desde una de las esquinas del auditorio, para luego seguirse al centro con la porra ultra y después bajarse con la de los de trabajo social, y de ahí seguirla.
Llegó un minuto de silencio. Cientos de flamitas se alzaron en memoria de los muertos. Entonces llegó a todos los ahí presentes el recuerdo de la joven que murió atropellada luego de una marcha del CGH al Zócalo.
También recordaron las luchas del Che, Villa y Zapata. A Juan Ramón de la Fuente le pidieron su renuncia. Los huelguistas dijeron que el movimiento sigue "vivo, alegre y presente", que no les pueden impedir el acceso y la libre reunión en el Che porque ello sería "rasgo de regímenes totalitarios. Las autoridades universitarias saben que el CGH sigue vivo".
"La guerra no terminó", advirtió desde el templete una representante del consejo parista, quien llamó a reunificar el movimiento, regresar a las asambleas, al activismo, exigir el incremento de la matrícula, demandar la solución de los seis puntos del pliego petitorio e impedir la aplicación de las reformas del 97.
Por la tarde, la Dirección General de Información, que desde hoy se denomina Dirección General de Comunicación Social, señaló que la "medida desarrollada por este grupo de personas es contraria al interés de la comunidad universitaria, y llama para que se pueda continuar con la rehabilitación del inmueble y se desarrollen las actividades programadas sin contratiempos".
Al salir todos del auditorio, entre cuchicheos, se alcanzaba a oír: "Esta lucha es de continuidad", "el que es joven y no es revolucionario...".