MARTES 5 DE SEPTIEMBRE DE 2000
* Prostitución, única opción laboral para miles de mujeres y hombres
Demandan trabajadores sexuales el reconocimiento legal de su actividad
* "Hasta para ser puta hay que tener madera", dice Ivonne, líder de Los Angeles en Búsqueda de la Libertad
Angeles Cruz * El trabajo sexual es una profesión, en ocasiones indeseable, pero la única que permite a algunas mujeres y hombres ganarse la vida. A Claudia su actividad le sirvió para sostener a sus hijos, actualmente profesionistas, y a Ivonne su preferencia sexual le limitó las opciones de trabajo: estilista, corte y confección o la cocina, "pero me gusta vivir y verme bien. Por eso elegí el sexo, sexoservicio".
Durante años, las y los trabajadores sexuales han sido víctimas de violaciones, golpes, encarcelamientos y persecuciones policiacas e incluso de asesinatos nunca aclarados; sin embargo, aseguró Ivonne: "Tenemos que existir, hacemos realidad las fantasías sexuales de los hombres y contribuimos en algo para evitar violaciones y violencia intrafamiliar, pero también somos seres humanos y parte de la sociedad. Entonces también tenemos derechos que deben ser reconocidos por todos".
El tercer Encuentro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores Sexuales fue el foro en el que ayer se expresaron las voces de mujeres y hombres con diversas problemáticas derivadas de su actividad y preferencia sexual. Convocados por la Coordinadora Regional Sor Juana Inés de la Cruz y la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, las y los participantes se pronunciaron por que los gobiernos federal y estatales reconozcan legalmente el ejercicio del sexoservicio.
Es el oficio más antiguo del mundo, y si es así, entonces es un trabajo y tiene que reconocerse como tal. Señalaron que en los últimos cuatro años ha habido avances significativos: "Al menos ya no nos agreden tanto; nos dejan trabajar y tenemos algunos servicios de salud", pero en México "todavía hay ignorancia sobre la sexualidad".
Provenientes de diferentes estados de la República, las mujeres y hombres hicieron una balance de la situación que vive el país: el triunfo de Vicente Fox en las elecciones por la Presidencia; el poder de los grupos conservadores; las reformas legales en materia de aborto en Guanajuato, Distrito Federal y Morelos que han desatado movilizaciones en favor y en contra, así como los recientes episodios de discriminación hacia los homosexuales en Aguascalientes.
Todo ello, concluyeron, impone la necesidad de estar preparados y unidos para enfrentar lo que venga con el próximo gobierno federal y las organizaciones conservadoras como Pro Vida y la Iglesia católica.
Como parte del plan de acción, las y los sexoservidores conformaron la Red Mexicana de Trabajo Sexual, cuya finalidad es colaborar en la prevención y atención del VIH/sida y otras enfermedades de trasmisión sexual y cáncer cérvico uterino. También buscará el respeto a los derechos humanos de las y los trabajadores sexuales.
Los asistentes al encuentro elaboraron una propuesta dirigida a los gobiernos de los estados, y el del Distrito Federal para, que se reconozca legalmente el trabajo sexual y que quienes lo ejercen sean considerados trabajadores no asalariados dentro de la Ley de Justicia Cívica de la capital del país y en los bandos municipales de policía y buen gobierno de los estados y municipios.
Definieron al trabajador sexual no asalariado como "la persona física que presta a otra persona física servicios sexuales en forma accidental u ocasional mediante una remuneración sin que exista entre trabajador y quien requiere sus servicios, la relación obrero patronal que regula la Ley Federal del Trabajo". Propusieron que se prohíba explícitamente la participación de menores de edad en el trabajo sexual.
Desde 1996, cuando tuvo lugar el primer Encuentro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores Sexuales, los cambios han sido diversos, comentó Claudia, de Mujeres Libertad, de Querétaro. Antes, recordó, "éramos maltratadas, nos violaban y llevaban al Cerro de las Campanas donde nos pegaban, nos pintaban el cuerpo con aerosol y además nos quitaban nuestro dinero".
Con 20 años de antigüedad en el sexoservicio, Claudia opina que esta actividad "ha sido muy dura y humillante, en la que siempre estuve por necesidad. No encontré otra cosa porque no tenía preparación. Mira, ni siquiera sé escribir bien y con esto no puedes hacer nada y tienes que recurrir a otras cosas... Yo tuve que sacar provecho de mi cuerpo".
Para los hombres que tienen sexo con hombres, la situación ha sido igual de complicada. "Hemos sido muy golpeadas y por lo mismo somos muy desconfiadas. Sin embargo, ya entendimos que debemos unirnos para defender nuestros derechos y el trabajo que realizamos", comentó Ivonne, cuyo nombre de pila es Rafael Villegas Hernández, coordinador general de la Cooperativa de Trabajadores Sexuales Los Angeles en Búsqueda de la Libertad.
Ivonne recordó las corretizas y golpizas de que eran víctimas en años anteriores. "Se nos vinculaba con todo tipo de delitos y nadie nos decía cómo defendernos. Ocurrieron muchas muertes porque éramos presa de homofóbicos y a nadie le importaba". Ahora, admitió, la situación ha empezado a cambiar.
Asumir abiertamente su preferencia sexual significa para los homosexuales quedarse sin estudios si son muy jóvenes. Y si ya son adultos "de nada te sirve tu educación si te quieres vestir (de mujer), porque vestida no te dan trabajo en ningún lado".
"Si nos cierran las puertas de todos lados, entonces por qué no quieren que seamos trabajadores sexuales. Lo único que podemos estudiar es belleza, corte y confección, cocina, y párale de contar. No nos dan trabajo de mecánico si ya nos operamos la nariz, nos pintamos el pelo, nos vemos mujeres. Tampoco nos contratan de secretarias o ejecutivos aunque tengamos los títulos".
"Y si queremos vivir bien y nos gusta vernos guapas, sensuales y atractivas... todo eso cuesta". Ivonne rechazó la idea de que los trabajadores sexuales tengan dinero suficiente. Es mentira, dijo, porque "no tenemos un salario fijo pero sí mucha chinga porque tenemos que aguantar a los hombres como lleguen, los insultos, el mal tiempo". El sexoservicio, comentó, es una profesión, la más dura que hay y no cualquiera lo hace porque "hasta para ser puta hay que tener madera".