LUNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2000
* Courtoise, una de las plumas más queridas de AL
Siempre se escribe con una suerte de rabia amorosa
* Tajos, metáfora de los sueños colectivos perdidos en el siglo XX
César Güemes * Dentro de un par de semanas el escritor uruguayo Rafael Courtoisie visitará México. Gracias a los oficios de las editoriales Lengua de Trapo (en Madrid) y Océano (en México), que coeditan su libro Tajos, fue posible mantener esta entrevista con una de las plumas más queridas y despiadadas de Latinoamérica, tal como reconoció hace poco Mario Benedetti en España al presentar el volumen. Courtoisie ha impartido clases en la Universidad Católica de Uruguay, en la Florida State University y en la Birmingham University. Actualmente colabora como periodista en Brecha, El País Cultural, Revista Tres de Uruguay y en varias publicaciones latinoamericanas.
--Encuentro que tu narrativa en Tajos está compuesta, en efecto, como si hubieras editado el texto con una navaja, con una puntuación que corta el discurso y crea en el lector el efecto de vertiginosidad. No será una coincidencia, Rafael.
--Estoy influido en parte por haber enseñado guión cinematográfico y creación de personajes en la universidad, durante años. Pero eso no explica todo. Mi escritura suele variar de acuerdo con lo que narro, lo que pretendo decir. En el caso de Tajos creí necesario que fondo y forma coincidieran, que el lector sintiera el vértigo visual al seguir de cerca a Raúl, el protagonista, pero que a su vez ese vértigo y esa visualidad se basaran en la intensidad de la palabra. Creo que como mucha de la escritura que se hace en Latinoamérica a principios de milenio, hay algo de eso que se ha llamado "estética del parpadeo" o, también, "estética del montaje o del videoclip". Pero todo esto dentro de un producto literario, de una historia que es contada con palabras, no con tomas de cámara. Con vocablos, con voces y sus fuerzas interiores. Por eso esa puntuación y esa sintaxis que es gramaticalmente correcta pero a veces da vértigo.
--No es el caso de textos tuyos anteriores, en los cuales la prosa es más "suave", digamos.
--En libros como en el de cuento, Cadáveres exquisitos, y en la novela o tratado temático Vida de perro la escritura es variable, diversa. Creo que el caso de Tajos es un ejercicio extremo, maximal. Preferí que nada sobrara y que, en caso de "faltar" algo, que funcione eso que Umberto Eco llamó "la cooperación del lector". Que el lector se involucre hasta un nivel físico, que al lector le pase el libro por dentro, no por fuera.
--El protagonista de la novela se describe en algún momento como psycho-killer. Sin embargo, los hechos propiamente de sangre son muy escasos y no se llega del todo al homicidio. ƑPodemos decir, entonces, que no hace falta ser un asesino para cometer homicidio contra seres inanimados?
--Hay mucha ironía en el planteo y la creación del personaje protagonista y sus acciones: es un psycho-killer ingenuo, una especie de "asesino bueno". Se convence, por los modelos televisivos y cinematográficos que ha consumido desde su infancia (Raúl es un adolescente), de que es un psycho, pero cree que su mayor crimen es haber asesinado al ratón Mickey. Estuve hace muy poco en Orlando, en Epcot, y me fotografié junto al mismísimo Mickey Mouse, por eso es que sé que en realidad Raúl no logró ultimarlo... Creo que allí hay una clave importante. Raúl confunde la salsa catsup con sangre humana, como nos ha enseñado Hollywood durante décadas. Pero no se da cuenta o no tiene conciencia del daño real que es capaz de hacer o que hace. Por otro lado, sus tropelías tienen que ver con una sociedad de consumo que cosifica todo y al cosificarlo lo deshumaniza. La mirada y la navaja de Raúl vuelven las cosas al hilo delgado que separa la vida y la muerte. La palabra "hilo" y la palabra "filo" tienen idéntica raíz latina. Por eso la secuencia del supermercado plantea una mirada en que las cosas dejan de ser objetos consumibles y pasan a ser sujetos, a personificarse y tener vida o, al menos, tener sentido.
"El asesinato del ratón Mickey y la ejecución planeada de Daisy, la novia del pato Donald, más allá del humor, dan la pista de que algo funciona mal en un mundo donde las dictaduras y el terrorismo pasan desapercibidas como crímenes. Raúl es un rebelde, un iracundo. Si lo es con causa o sin ella, lo dirá el lector, no el autor. El libro no propone moraleja explícita. Personalmente pienso que Raúl es una suerte de caperucita roja posmoderna en un mundo de lobos vestidos de traje y corbata de seda italiana. Los asesinos exhiben buenos modales. Raúl, que es un adolescente iracundo, no tiene buenos modales. Carece de la noción de lo 'políticamente correcto', que rige el mundo globalizado mientras se asesina de mil maneras disfrazadas.
--Detrás de toda la estructura de violencia que arma Tajos encuentro, sin embargo, una enorme dosis de ternura. ƑEs casual o intencional que las motivaciones de tu personaje sean en realidad elementos tan inocentes como la pérdida natural de un ser querido?
--A Raúl lo mueve la pérdida de la abuela, pero la abuela representa también la Arcadia, el paraíso perdido, el mundo de la infancia, la patria de la inocencia. La abuela muere como murieron tantas grandes ilusiones y proyectos colectivos en el siglo XX que, para Raúl, es un siglo pasado, remoto. Raúl ha perdido la Arcadia, el jardín original y no encuentra respuestas en un mundo violento y abusivo. Estoy de acuerdo en que en el texto hay ternura, mucha ternura, pero está disimulada por el humor y la ironía, por una estructura de violencia que no es diferente de la que los informativos acarrean por televisión a cada hogar, cada noche.
--Aunque fuera como un mero recurso emocional, Ƒescribiste Tajos con rabia, en el mejor sentido del término?
--Creo que sí. Siempre se escribe con rabia y amor. Con una suerte de rabia amorosa... La palabra, el arte, la literatura, nunca son crueles. Son crueles los hechos. Son crueles algunos hombres y los inmorales son los hechos, las acciones que se verifican en la realidad. Digo con ironía pero con convencimiento que la "palabra salva y sana". Si escribí Tajos con rabia lo hice para salvarme de la rabia y lo escribí con humor para no perder la seriedad.
Paradojas de la Internet
--De un tiempo a esta parte tu nombre se ha internacionalizado, como es el caso de tu novela Vida de perro, publicada por Alfaguara Uruguay. Sin embargo, lo que ha pasado las fronteras es tu nombre mientras que tu obra aún no puede conseguirse, la misma Vida de perro es para tus lectores mexicanos tan sólo una portada en las listas de Internet. ƑQué piensas de este hecho?
--Existe una paradoja: en los años sesenta, cuando ni se soñaba con Internet, los libros, las obras circulaban con agilidad por el continente. Mi compatriota Angel Rama publica en Uruguay al por ese entonces desconocido colombiano García Márquez y al venezolano Garmendia, entre otros. Hoy, con medios tecnológicos increíbles, parece que parte de la literatura del continente se sitúa en compartimientos estancos. Nuestra América en cierto sentido aparece balcanizada. Y la paradoja se reitera cuando en los foros internacionales no se cesa de hablar de "integración". Pero, como dices, lo importante no es el "nombre", sino la escritura. Otra paradoja: Vida de perro se estudia en algunas universidades estadunidenses. Muy pronto aparecerá la versión italiana, prologada por una importante hispanista. Pero es difícil conseguir el libro aquí mismo en Uruguay y con toda seguridad es un volumen imposible de adquirir en México.