DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť No quiero hacer pronósticos porque luego me reclaman: Felipe Muñoz


Sin compromiso de preseas parten los primeros atletas

Ť Belem denunció que no va su entrenador y calificó de "incompetentes" a los directivos

Rosalía A. Villanueva Ť Sin el compromiso ni la responsabilidad de ganar medallas, pero con el ánimo por delante de que en Sydney dará su mejor esfuerzo, salió ayer la primera parte del contingente mexicano que participará en los Juegos Olímpicos, donde la ciclista Belem Guerrero levantó la voz y calificó de "incompetentes'' a los directivos nacionales porque poco antes de abordar el avión no sabía si viajaría su entrenador Giuseppe Grassi o la alcanzaría en los próximos días.

Molesta por la situación y por el incumplimiento de la promesa que hace una semana le había hecho Ivar Sisniega, titular de Conade, de que su entrenador la acompañaría a Sydney, Belem señaló que la presencia de Grassi es determinante para el desempeño que tendrá en la prueba por puntos, pues si bien tiene posibilidades de alcanzar una presea, "Ƒcómo es posible que me exijan resultados o que le eche ganas si no va mi entrenador?''.

La pedalista manifestó que cuando más debería estar tranquila y enfocada a la competencia olímpica, debió llegar antes al aeropuerto para tratar de hablar con Felipe Muñoz o el titular de la federación, Guillermo Gutiérrez, y pedirles una explicación, porque si de algo está segura es que su entrenador "merece ir a Sydney y si no va, no se los voy a perdonar. Son unos incompetentes''.

Acompañada de su madre Elena Gómez y su abuelita Reynalda, quien le recomendaba que hiciera sus oraciones a las vírgenes María y Guadalupe que colgaban del cuello de la ciclista, Belem y Grassi intentaron acercarse al Tibio, pero fue imposible, ya que el jefe de la delegación estaba presionado ante el acoso de los reporteros que le pedían sus pronósticos de medallas.

"Los muchachos están listos, van bien preparados y con su mejor esfuerzo nos darán buenos resultados. No quiero pronosticar nada porque después me reclaman''.

El jefe de misión no quiso mencionar el porqué no consideró a Grassi, pero dijo que no había ningún problema en acreditar al entrenador, pues si no resolvía la situación en México lo podría hacer desde Sydney, "y si no viaja hoy, lo puede hacer mañana o la próxima semana'' con el resto del contingente.

Agregó que esos "pormenores de último momento'' han sido resueltos favorablemente y citó el caso de José de Jesús Canchola, entrenador del nadador Alfredo Jacobo, quien recibió su acreditación 24 horas antes de tomar el avión, "y mírenlo, aquí está bien contento, porque va a Sydney''.

Ilusionado en su primera participación olímpica, Jacobo se comprometió a mejorar el récord mexicano en 100 metros pecho (1:03.45), hacer un buen papel en 50 y quedar entre los 16 mejores del mundo, porque lo que sí lo decepcionaría es quedar en último sitio cuando ha ocupado el séptimo lugar del orbe en sus pruebas.

El guanajuatense de 18 años estaba inseguro si participaría con los tres trajes enteros que le regaló Estados Unidos, pues aunque ya los ha usado desconocía si la federación había conseguido el permiso para utilizarlos, porque es una marca diferente a la empresa patrocinadora de la delegación.

En iguales circunstancias se encontraban sus compañeros Adriana Marmolejo, Patricia Villarreal y Jorge Carral, este último comentó que va a los JO a "agarrar experiencia y a divertirme'', y si "me inspiro con un registro de 15:15 minutos'' en los mil 500 metros "entraría a la final'', mientras que de mejorar su marca personal en 400 metros (3:56.20) se daría por satisfecho para estar en la final B.

Las remeras Lourdes Montoya y Ana Sofía Soberanes coincidieron que todos los deportistas deben exigirse para dar un buen resultado. Un lugar 12 o 14 para ellas sería un logro. Los volibolistas de playa indicaron que se van con el compromiso de vencer a Australia y de hacerlo sería un gran paso para colocarse a los octavos de final.

El velerista David Mier Terán admitió que con la poca experiencia que tiene, un lugar 15 sería "fabuloso'', mientras que el ciclista de montaña Ziranda Madrigal arguyó que a él no le pueden pedir nada, porque "el sólo hecho de estar en JO es como una medalla''.

La numerosa comitiva de directivos y médicos, así como el centenar de maletas y equipo deportivo, contrastó con la salida de los 15 seleccionados olímpicos que llegaron con sombreros de charro al mostrador de Mexicana.

Pocos fueron reconocidos por la gente para desearles suerte o pedirles un autógrafo, pero nadie, ni el mismo Tibio, prometió regresar del compromiso australiano con medallas.