DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť María Avalos, mexicana, y Bernardo Ledjerman fueron muertos en Chile
Juicio y castigo para asesinos de sus padres, pide joven argentino
Ť No dejar libre a Ricardo Miguel Cavallo, solicita Ť Espera llegar a México con petición de justicia
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 2 de septiembre Ť Mientras se espera el pedido de extradición desde España del ex represor argentino, detenido en México, Ricardo Miguel Cavallo, acusado de crímenes de lesa humanidad, el joven Ernesto Ledjerman, cuya madre mexicana fue asesinada junto con su padre argentino en Chile en 1973, pidió en una entrevista con La Jornada al gobierno y pueblo mexicanos que exijan el juicio y castigo de los culpables.
Su conmovedora historia comenzó cuando la mexicana María Rosario Avalos Castañeda y Bernardo Ledjerman, argentino, fueron asesinados por una patrulla del ejército chileno mientras se ocultaban en cuevas de las montañas en Gualligualca.
Ernesto tenía entonces dos años y medio y estaba con ellos, en brazos de su madre, cuando ésta fue asesinada al intentar huir por los cerros. El niño se salvó milagrosamente y fue entregado por militares a un convento en Vicuña, donde vivía la familia.
Meses más tarde, ante gestiones de autoridades consulares, los abuelos argentinos pudieron recuperarlo en Chile, y desde entonces vive aquí.
"A los 10 años me enteré de cómo habían muerto mis padres, revisando papeles en casa de mis abuelos, porque no me lo querían decir, y luego fui a Chile a reconstruir con amigos lo que había sucedido", dice.
Agrega que aunque había ido a México en 1977, "era muy pequeño. Veinte años después, en 1997, fui a encontrarme con una familia mexicana numerosa y hermosa. Realmente ahí los conocí y estoy muy orgulloso de mi familia mexicana. Puedo decir que es una de las mejores cosas que me ha sucedido en la vida".
En Chile, Ledjerman logró hablar con los testigos del asesinato de sus padres y supo que un campesino pudo enterrarlos, desafiando una amenaza de los militares. En diciembre de 1999 un uniformado chileno admitió el asesinato de la pareja.
Pero el pasado 22 de agosto, el coronel Mario Larenas Carmona, actual director de la Escuela Militar Bernardo O'Higgins, fue inculpado por el periodista Jorge Escalante de haber participado en el asesinato de María y Bernardo, quienes habían colaborado con el gobierno de Salvador Allende.
Ya el Informe Rettig, la memoria de las atrocidades del régimen militar, considerado el "nunca más de Chile", había documentado que "amigos" fueron ejecutados por la espalda en un punto de la cordillera, a 500 kilómetros de Santiago. Ahora el caso forma parte del juicio que sigue el juez Juan Guzmán.
Ernesto Ledjerman espera que haya una fuerte acción internacional para que no se retrasen más las resoluciones y se enjuicie y condene a los culpables. En sus manos aprieta las fotos: una en la que aparecen sus padres cuando se casaron en México, y otra en la que están con él, ya en Chile.
Confía: "Mis padres se refugiaron en una mina abandonada en plena cordillera después del golpe y esperaban que se produjera el deshielo para cruzar hacia Argentina, pero hay una delación, un hecho que desencadena la situación y mucha gente torturada también, y así llegan a mis padres. Todo eso lo he reconstruido. Hice esos caminos donde la dictadura de Augusto Pinochet mató a mis padres y a tanta gente que quería un mundo más justo y humano".
Desde los 23 años, Ernesto Ledjerman comenzó a viajar a Chile y los amigos le contaron toda la historia de la militancia socialista de sus padres, "y el proyecto hermoso que todos tenían". Ahora están todas las pruebas de esos hechos, incluso a través de declaraciones de algunos militares.
Pero Ernesto quiere ayudar a los familiares de los por lo menos 11 argentinos asesinados en Chile a reconstruir también sus historias: "Siento sed de justicia para todos, pero pienso que éste es un momento para lograr justicia, para que eso avance en Chile, y hay posibilidades; el presidente Lagos está haciendo un esfuerzo y creo que hay que ayudar. Pensé en el pueblo solidario de México y por eso quiero llegar hasta ahí con este pedido de justicia. Ahora ven como alguien que asesinó y no fue castigado puede estar allí mismo, en esa sociedad y haciendo daño nuevamente".
El joven cree también que es necesario que tanto el gobierno como el pueblo mexicanos conozcan bien el tema para realizar una acción concreta: "Pido que manden correos a Chile, que hagan una gran campaña para conocer cómo ocurrió esta gran tragedia que nos ha tocado a todos, por eso espero que una respuesta para que los asesinaos no sigan caminando por el mundo sin castigo, y para que se honre la vida de muchos jóvenes, como mis padres".
Ernesto Ledjerman trabaja en un comedor comunitario en una villa miseria que lleva el nombre de Enrique Angelelli, obispo de La Rioja asesinado por la dictadura militar argentina en el Bajo Flores de Buenos Aires; ahí enseña y ha creado con los pobladores del lugar una emisora de radio, FM Bajo Flores, para que los que no tiene voz sí puedan tenerla.