DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť El caso del ex director del Renave, paradigma del reciclamiento de represores


Las dictaduras del Cono Sur, matriz de empresarios

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 2 de septiembre Ť La situación creada por la presencia en México del ex marino Ricardo Miguel Cavallo como empresario, muestra el peligroso reciclamiento de los criminales de la guerra sucia de los años setenta y ochenta como dueños de compañías que son, muchas de ellas, estratégicas.

"El caso de Cavallo es paradójico, si se tiene en cuenta su carrera de empresario. En momentos en que existe una competencia sin límites, él mismo pasó de esos límites, acostumbrado como estaba a la impunidad, eso fue lo que decidió su caída", dice Nora Cortinas, de Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.

El periódico Clarín señaló que algunas de las empresas que perdieron la licitación a manos de Talsud "habrían sido las primeras en advertir el origen dudoso y desconocido de esa compañía". Cuatro compañías habrían competido por la concesión del Renave, tres mexicanas y Siemens.

Según el rotativo, un importante funcionario del gobierno de Ernesto Zedillo confirmó que desde hacía dos meses habían consultado a la Interpol y a la Policía Federal argentina, que "nos informaron que Cavallo no tenía antecedentes penales". Las consultas habrían abarcado varios países.

El 27 de agosto de 1999 Talsud había ganado ya la concesión del Renave. "Evidentemente los otros empresarios también estuvieron detrás de esto y nos pasaron alguna información. Además comenzaron a producirse cambios inesperados en el consorcio de Talsud y eso hizo crecer las sospechas. Creíamos que se trataba de delincuentes comunes que podían tener relación con el lavado de dinero", aseguró a Clarín el funcionario citado.

Por esa razón se explicaría la premura en la detención de Cavallo. Varios analistas argentinos consideran que México era un lugar clave para un hombre de inteligencia ligado con la CIA."ƑCuántos datos importantes podrían ser manejados en una empresa como el Renave?", se pregunta el abogado Ricardo Monner Sanz, implacable denunciante de la corrupción y que sigue paso a paso el camino de las empresas "extrañas" que el mercado actual ha permitido entrar en competencia. "ƑCuánto sabemos y cuánto se nos oculta? Desde Argentina estamos mandando empresas supuestamente nuestras que llevan monstruos en sí mismas", añade.

Pero no todo ha sido bueno para los reciclados nombres del temible pasado. Algunos pagaron el precio de saber demasiado, como ocurrió con Eugenio Berrios, químico chileno creador del temible gas sarín, en sus experimentos para asesinar "más limpiamente" a los enemigos de la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Berrios fue sacado de Chile para evitar que declarara en un juicio contra Pinochet y para hacerlo se puso en movimiento todo el aparato que había funcionado durante la Operación Cóndor. Pasó por Argentina y luego contó con el amparo de altos oficiales uruguayos, los mismos que finalmente lo secuestraron en 1992. En abril de 1995 el cadáver del llamado "químico loco" fue encontrado en una playa de Uruguay, con señas de terribles torturas, pero hasta ahora nada se sabe sobre qué fue lo que pasó.

El 29 de enero de 1992 desapareció en Chile el coronel Gerardo Huber Olivares, tercer hombre del Departamento de Logística del Ejército durante el escándalo de la exportación ilegal de armas.
Tres semanas después de su desaparición, el cadáver de Huber fue encontrado en el río Maipo y el ejército chileno sugirió que se había "suicidado".

La revista Punto Final de Chile reconstruyó la verdadera historia después que el suegro del oficial, el coronel R. Alberto Polloni, expresó sus dudas sobre el hecho. Finalmente, y después de que fracasaran los intentos por cerrar este caso, se determinó que fue asesinado de un disparo a quemarropa en la cabeza. La publicación hace un balance macabro de la cantidad de militares chilenos "suicidados". Huber tenía una estrecha relación con el químico Eugenio Berrios, cuyos nombre fue asociado con la venta de armas químicas y con el narcotraficante colombiano Jesús Ochoa.

Huber había estado en Argentina, en 1974, con Guillermo Jorquera, agente de la DINA cuando se fraguó el asesinato de Carlos Prats. Jorquera fue "posteriormente eliminado por la organización". Algo parecido sucedió aquí con el tema de la venta ilegal de armas a Croacia (1991) y Ecuador (1995), donde aparece una saga de "suicidados" sin que hasta ahora se conozca realmente lo que sucedió.

Las empresas creadas por la DINA de Chile y los ex grupos de tarea de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) son el ejemplo más preciso de lo que significa el funcionamiento de estas empresas en la región y en el mundo.

Monner Sanz advierte que es hora de poner un alto a esta nueva coordinación que usa a los hombres de la muerte para fines de la guerra comercial y "para otros que pueden presagiarse en el futuro de injusticias que se está sembrando".