DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Castañeda y Aguilar Zinser descartan problemas


Olvidan foxistas las formas en el terreno de la diplomacia

Ť ''No son gazapos protocolarios, sino signos de los nuevos tiempos''

David Aponte Ť Desde la primera semana de julio, Vicente Fox Quesada y su equipo de asesores en asuntos internacionales, los intelectuales Jorge G. Castañeda y Adolfo Aguilar Zinser, han dado la nota en el terreno de la diplomacia.

Los integrantes del equipo foxista no han cuidado las formas elementales del mundo de las relaciones con el exterior. A su paso por el sur y el norte del continente americano, han dejado huella en cuanto al trato con jefes de Estado y de gobierno.

Con Castañeda al frente, los foxistas han aprovechado para tomarse fotos familiares con primeros ministros, saludarse de abrazo con los presidentes, darle la espalda al mandatario estadunidense, William Clinton, y convocar a una cumbre de gobernantes de Centroamérica, que tuvo que ser abortada.

De esa forma han caminado por el terreno de la diplomacia.

''Hola, rey''

El presidente electo Fox no ha manejado el lenguaje apropiado en la relación con mandatarios, jefes de gobierno y monarcas de otras latitudes.

El 3 de julio, ya con la victoria electoral en el bolsillo, recibió llamadas de diversas partes del mundo. Sentado en un sofá de la suite que ocupa en el hotel Fiesta Americana, atendió las llamadas telefónicas del español José María Aznar, el venezolano Hugo Chávez y el argentino Fernando de la Rúa.

''šQué gustazo, Fernando!'', contestó al presidente de Argentina, y salpicó la conversación con "école" y "órale".

Pero también dialogó con el rey Juan Carlos de España: ''ƑRey? Nƀhombre, pues agradecidísimo porque ha sido un día muy feliz para México''.

Ajeno al consabido su majestad, habló de su plan para viajar a Europa, obviamente para también estar en España con el propósito de conocer la experiencia de la transición en tierras españolas.

-Así lo haremos, rey -se despidió el guanajuatense.

Las andanzas de Castañeda

Y comenzó el periplo del equipo foxista por Sudamérica, la prueba de fuego de los asesores en materia internacional. Pero el hijo del ex canciller Jorge Castañeda se dibujó en Brasil.

Durante la presentación de la comitiva, tomó la mano del presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso y, sin más, le metió un fuerte abrazo ante el asombro de su interlocutor. En un acto protocolario, el políglota saludó al mandatario como si fuera su ''hermano del alma''.

Los foxistas viajaron después a América del Norte. Fox sacó el tema del Tratado de Libre Comercio, la posibilidad de llegar a una zona de libre paso de personas, como sucede en la Unión Europea, sin informar con anterioridad al primer ministro Jean Chrétien.

El jefe del gobierno canadiense rechazó inmediatamente el planteamiento del presidente electo de México.

La víspera del viaje a Canadá, algunos medios de comunicación canadienses describieron a Fox Quesada como el cowboy de las botas, el hombre de los bigotes negros y el charro mexicano.

Luego, los foxistas viajaron a Estados Unidos. Una vez más el intelectual Castañeda, quien opina que los periodistas mexicanos son monolingües y flojos, volvió a mostrarse en Washington.

A las puertas de la Casa Blanca, Clinton y Fox Quesada conversaban luego de la presentación protocolaria de la comitiva mexicana. Para sorpresa de ambos, Castañeda irrumpió en el lugar y se metió entre el presidente de Estados Unidos y el futuro mandatario de México.

El académico, con doctorado, profesor de universidades mexicanas y estadunidenses, le dio la espalda a Clinton, para hablar en español con Fox Quesada.

Para el equipo foxista éstos no son gazapos protocolarios, sino ''signos de los nuevos tiempos''.

La cumbre frustrada

A su regreso de Canadá y Estados Unidos, Castañeda y Aguilar Zinser convocaron a una cumbre informal centroamericana en San José, Costa Rica, para la primera quincena de septiembre (los días 11 y 12 del mes en curso).

Castañeda y Zinser prepararon una visita de cortesía del futuro presidente a San José, pero tuvieron la idea de realizar una reunión centroamericana, sin consultar a las cancillerías de las naciones y por encima del trato que deben a los jefes de Estado y de gobierno de la región.

El llamado de los foxistas provocó la inconformidad de los presidentes de El Salvador y Guatemala. El salvadoreño dijo que no asistiría a esa reunión porque estos encuentros regionales tienen que celebrarse en la nación que ejerce la presidencia pro tempore del Sistema de Integración Centroamericana (Sica), actualmente a cargo del gobierno de Guatemala.

''Ningún país puede actuar por encima de los otros; o se habla de integración o tenemos la viveza de adelantarnos en política exterior para ser fuente principal de informaciones o ser llamativos en el istmo centroamericano'', agregó.

En el mismo tenor, el guatemalteco Alfonso Portillo declaró a la prensa que la reunión tendría que realizarse en Guatemala, porque así lo determina la institucionalidad del Sica.

Los asesores del presidente electo de México tuvieron que replantear la visita de Fox Quesada a Centroamérica. A partir del 10 de septiembre, el guanajuatense visitará cada uno de los países de la región, para evitar más líos de corte diplomático.

El enojo cubano

En el caso cubano, el tratamiento de Fox y su equipo ha sido diferenciado. El presidente electo ha hablado de apoyar a la isla en su tránsito a la democracia. Castañeda ha dicho que invitará a la disidencia cubana a la toma de posesión del primero de diciembre.

A partir de la posición del intelectual, ha trascendido que el gobierno cubano ha negado en varias ocasiones a Castañeda la visa de entrada a Cuba. Las autoridades de La Habana han rechazado el ingreso del asesor foxista para realizar actividades ajenas a las de un turista.

El presidente Fidel Castro también ha desautorizado la biografía que elaboró Castañeda de Ernesto Che Guevara.

Sin embargo, para los encargados del área internacional no hay ningún problema con el protocolo de Fox Quesada ni con el manejo diplomático de su equipo.