SABADO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Llegó el análisis de Internet al CNA
La red es ahora el gran refugio de las parafilias, dice Gubern
Ť Comentaron El eros electrónico, libro del sociólogo catalán
Mónica Mateos Ť Durante la presentación de su libro El eros electrónico, Román Gubern (Barcelona, 1934) insistió en dejar claro que las nuevas tecnologías amplían la brecha entre norte y sur: ''Es mentira que la red sea global y planetaria, pues hay más conexiones de Internet en la ciudad de Nueva York que en todo el continente africano".
En un encuentro realizado en el Centro Nacional de las Artes (CNA), en el que participaron Andrés de Luna, Rubén Alvarez, Rafael Aviña y Federico Wilkins, el sociólogo catalán habló acerca de los inforricos versus los infopobres y explicó que en la reciente reunión de los países que integran el llamado G7 se propuso crear un fondo para financiar la informatización del mundo africano, una medida ''hipócrita y demagógica, pues esos 15 mil millones de dólares serán una subvención encubierta para beneficiar a Japón debido a la crisis económica que atraviesa pues si de verdad se quisiera ayudar a Africa se pensaría primero en solucionar el problema alimenticio que padecen. ƑCómo van a tener primero computadoras en lugar de comida?".
Gubern aborda en su ensayo El eros electrónico los afectos emocionales de las nuevas tecnologías a través de microhistorias que plantean, entre otros aspectos, cómo ''la cultura visual ha hecho trizas la conciencia de lo erótico, hasta convertirla en algo casi chatarra", señaló De Luna.
Eros, como protagonista inevitable de los contactos virtuales de Internet, tiene muchos rostros qué analizar, siguió el autor español: ''La red abre nuevos territorios para la pornografía y hay que agradecerle que, en virtud del anonimato que propone, ha hecho que emerjan las carencias y frustraciones colectivas. Al conocer la gran cantidad de páginas pornográficas que existen en el ciberespacio y sus modalidades, conocemos también las disfunciones, hasta ahora ocultas, del tejido social. La red es ahora el gran refugio de las parafilias, también llamadas gustos de las minorías eróticas, antes conocidas como perversiones".
El investigador señaló que otro gran mito de Internet es el anonimato: ''Al que sólo accede el usuario normal, pues se sabe que el FBI tiene 'patrullas' en la red y que, incluso, existen empresas que venden la información confidencial de la identidad y ubicación de los internautas, esto me parece inmoral pero, en pos de la comercialización, hay personas sin ética".