SABADO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* La captación de impuestos, similar a la de 1994


Se elevan deudas externa e interna 5.78 y 253.9% en el actual sexenio

* Fracasó el rescate bancario y no se reanudó el crédito

Antonio Castellanos * La política económica aplicada durante el presente sexenio se basó en una estrategia tendiente a superar la emergencia económica enfrentada en 1995, que propició la recuperación y consolidación del crecimiento de la actividad económica y el empleo, pero no pudo consolidar el sistema bancario, a pesar del enorme costo de su rescate y que coloca los pasivos del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) en 722 mil millones de pesos.

En el anexo del sexto Informe del presidente Ernesto Zedillo se consignan cifras también en las que se refleja un crecimiento de la deuda externa de 1994 al presente del 2000, de 5.78 por ciento, al pasar de 78 mil 869 millones de dólares a 81 mil 340 millones de dólares. La interna creció 253.9 por ciento al pasar de 164 mil 653.10 a 582 mil 800 millones de pesos.

Una de las críticas más severas se refiere al rescate de la banca que ha desembocado en el control de 70 por ciento del sistema por parte del capital extranjero. Ello, dicen algunos analistas, evidencia el rotundo fracaso de la estrategia de salvamento establecida por las autoridades financieras desde 1995, sin que además se haya reactivado el circuito del crédito.

Según el documento, durante la presente administración, el estado saludable de las finanzas públicas ha coadyuvado a la promoción del crecimiento económico y ha contribuido a ampliar la cobertura de los programas sociales.

La política de gasto ha privilegiado las asignaciones hacia el desarrollo social, especialmente a los sectores de salud, educación, vivienda y combate a la pobreza, así como a la inversión en sectores estratégicos.

Después de la caída en la actividad económica en 1995 que produjo pérdidas en las empresas, disminución del empleo, reducción del salario real y una significativa caída del consumo, dice el documento, la economía ha mostrado un marcado dinamismo. Destaca el crecimiento de la inversión privada, las exportaciones y el consumo privado que de 1996 a 1999, aumentaron en términos reales a tasas promedio anuales de 18.5, 13.7 y 4.6 por ciento, respectivamente.

Señala que, a pesar de los eventos adversos en 1994-1995, y de la inestabilidad financiera internacional surgida a finales de 1997, la tasa de crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) de México habrá promediado más de 5 por ciento real durante los últimos cinco años de la administración. En el primer semestre de 2000, el producto registró una expansión de 7.8 por ciento, lo cual representa la mayor tasa de crecimiento para un periodo similar desde 1981.

 

Recaudación fiscal

Puntualiza que las reformas tributarias en el periodo 1995-2000 lograron fortalecer la capacidad recaudatoria del sistema fiscal. A pesar de ello, la captación es igual, como porcentaje del producto, a la observada en 1994. Según los datos estadísticos los ingresos fueron de 14.6 por ciento con respecto al producto interno bruto al cierre de 1999.

En el primer semestre del 2000, los ingresos presupuestarios ascendieron a 571 mil 335 millones de pesos, lo que significo un incremento de 12.7 por ciento real con relación al mismo periodo del año anterior.

Subraya el anexo del sexto Informe presidencial que el balance del sector público a partir de 1995 se ha mantenido en niveles sanamente financiables, aún considerando las presiones que han enfrentado las finanzas públicas en los últimos años. El balance público en 1999 mostró un déficit equivalente a 1.1 puntos porcentuales del producto, nivel menor al programado para ese año de 1.25 por ciento.