SABADO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2000
* España
Garzón dictó auto de procesamiento contra el ex militar
Dpa y Ap, Madrid, 1o. de septiembre * El juez de la Audiencia Nacional española, Baltasar Garzón, dictó hoy auto de procesamiento contra el ex militar argentino Ricardo Miguel Cavallo por cargos de terrorismo, genocidio y torturas.
La medida adoptada amplía el auto de procesamiento emitido a principios de año por el mismo Garzón contra 98 militares argentinos por la desaparición de numerosas personas durante la dictadura militar en aquel país.
Los delitos que se atribuyen a Cavallo, detenido el pasado 24 de agosto en México, fueron presuntamente cometidos entre 1977 y 1981, cuando el militar formaba parte de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) argentina.
El acusado, que cumple prisión preventiva, fue reconocido ayer ante la Audiencia Nacional en Madrid por los testigos Juan Gasparini y Susana Burgos como uno de los torturadores que actuaban en la Esma durante la dictadura argentina (1976-83).
Bolivia carece de informes sobre las actividades del acusado
El gobierno boliviano carece de información sobre las actividades paramilitares que habría desarrollado en este país entre 1980 y 1982 el argentino Ricardo Cavallo, dijo hoy el ministro de Información, Manfredo Kempff, quien agregó que las autoridades bolivianas no conocen del ex militar más que lo que se ha publicado en los diarios.
El diario Ultima Hora informó que los vínculos de Cavallo no se limitan a su actuación aquí como represor durante el gobierno de facto del general Luis García Meza (1980-82), quien cumple una condena de 30 años de reclusión por genocidio y otros delitos.
Los informes de prensa señalan que el ex militar argentino se desempeñó entonces como brazo derecho del ministro del Interior de García Meza, Luis Arce Gómez, encarcelado en Estados Unidos por tráfico de cocaína.
Ultima Hora sostiene que Cavallo pretendía ganar la licitación convocada por el gobierno boliviano en julio pasado del Registro de Identificación Nacional (RIN), a través de su empresa Talsud, gracias a los lazos que había forjado con políticos y militares de este país antes y después del gobierno de García Meza.