SABADO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* No hay condiciones para la negociación, advierte


Equivocó el gobierno su estrategia en Chiapas: Miguel Alvarez

* Hoy se cumplen 4 años de la suspensión del diálogo con el EZLN

Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 1o. de septiembre * Sin avances en el cumplimiento de los cinco puntos que puso como condición para regresar a la mesa de negociaciones, este 2 de septiembre se cumplen cuatro años de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dio por suspendido el diálogo de San Andrés que mantenía con el gobierno federal.

Miguel Alvarez, quien se desempeñó como secretario de la autodisuelta Comisión Nacional de Intermediación (Conai), afirma que a mil 460 días de la decisión zapatista ''se demuestra la equivocada concepción y estrategia del gobierno federal de haber apostado a la reducción del conflicto ųvolverlo localų, empujado por la labor militar y haber querido vaciar de contenido y dislocar la interlocución con el EZLN, en lugar de haber asumido la problemática de fondo que son las causas del conflicto".

Al ser entrevistado en esta ciudad, señaló que ''es un llamado no sólo a una valoración crítica de la estrategia gubernamental que encabezó Zedillo, sino a estar claros de que si la próxima administración no es capaz de concebir una nueva estrategia sobre la base de comprender el conflicto en sus causas, desgraciadamente para Chiapas lo que se viene son nuevas etapas de deterioro, para las cuales no será suficiente la oportunidad que significa la posibilidad alternativa con Pablo Salazar''.

Condiciones mínimas

El dos de septiembre de 1996 el EZLN declaró que suspendía su participación en el diálogo de San Andrés, a cuya mesa regresaría hasta que el gobierno cumpliera las siguientes condiciones:

1) Libertad de todos los presuntos zapatistas presos y de las bases de apoyo zapatistas detenidas en el norte de Chiapas. 2) Nombramiento de un interlocutor gubernamental con capacidad de decisión, voluntad política de negociación y de respeto hacia la delegación zapatista. 3) Instalación de la comisión de seguimiento y verificación y cumplimiento de los acuerdos de la mesa 1 de derechos y cultura indígenas. 4). Propuestas serias y concretas de acuerdos para la mesa de democracia y justicia y compromisos de lograr acuerdos en ese tema. 4) Fin al clima de persecución y hostigamiento militar y policiaco en contra de los indígenas chiapanecos y desaparición de las ''guardias blancas'' (o una ley que las reconozca institucionalmente y las uniforme para que no operen impunemente).

Desde el 2 de septiembre de 1996 y hasta el pasado 19 de junio ųfecha en que emitió el más reciente comunicadoų el EZLN ha sostenido que mientras esas "condiciones mínimas" no sean atendidas por el gobierno, no reanudará el diálogo, sin cuya suspensión se habrían evitado hechos como la muerte de 45 indígenas en Acteal en diciembre de 1997 y de ocho campesinos y dos policías en El Bosque en junio de 1998, entre otros.

En su comunicado del 19 de junio, el grupo rebelde reiteró que el nuevo gobierno ųpara esa fecha no se sabía que Vicente Fox sería el triunfador de las elecciones presidenciales del dos de julioų tendrá sólo dos opciones: ''Seguir la política del señor Zedillo y simular soluciones mientras se sigue militarizando, persiguiendo, matando y mintiendo o cumplir con las condiciones del diálogo, dar muestras de seriedad y responsabilidad en el cumplimiento de compromisos y resolver no sólo la guerra, sino también las demandas de los pueblos indígenas de México''.

Desde ese 19 de junio en que advirtió que ''cualquiera que sea la decisión del nuevo gobierno, sin importar su filiación política, tendrá una respuesta coherente de parte del EZLN'', la organización rebelde se ha mantenido en silencio respecto a la nueva situación en el país y en Chiapas.

Miguel Alvarez interpreta este silencio ''como una manera de hablar. El silencio, su resistencia y su trabajo lo entiendo como la ratificación de su afirmación de que no hay condiciones de confiabilidad en la negociación y que mientras no se rehagan estas condiciones no es posible resolver el conflicto en una mesa. Yo entiendo que el EZLN está hablando claramente en ese sentido''.

Añadió que mientras se quiera cercar al EZLN, militar o políticamente, ''y no se entienda que el proceso en lo político implica condiciones para su propio accionar, no se está realmente creando condiciones de una interlocución para una solución política'', en Chiapas.

El cerco militar y político, reiteró, ''no es la vía con la que se va a forzar al EZLN a negociar y eso es algo que ha dejado claro el grupo: está resistiendo al cerco y mientras éste no se rompa no sólo militarmente sino por el accionar político de varios actores, es injusto que sean ellos los que lo rompan. Son otros actores los que tienen que romper el cerco''.

Conflicto deteriorado

Miguel Alvarez manifestó que a cuatro años de la suspensión de las pláticas, ''el asunto no pasa por la reanudación inmediata del diálogo sino por rehacer ante el deterioro existente, las nuevas condiciones del proceso de paz y de la negociación''.

En su opinión, en estos cuatro años el conflicto ''se ha agravado, ha entrado en un deterioro sustantivo por la continuación de la militarización y la diversificación de la paramilitarización'', y por ello no se trata sólo de reanudar el diálogo donde se quedó en aquel momento.

A cuatro años hoy tendríamos que decir que en Chiapas se sigue viviendo un conflicto armado interno, hay una dinámica militar que sigue siendo la principal explicación de que no haya condiciones de paz y de negociación, subrayó Alvarez, uno de los hombres más cercanos al obispo Samuel Ruiz García, quien fuera presidente de la Conai.

-ƑLos resultados electorales ponen al EZLN contra la pared?

-Creo que el EZLN ha sido claro en su apuesta de no desarmarse, pero de poner su iniciativa en procesos políticos. En estricto sentido, la nueva situación política no lo arrincona.