SABADO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* EL TONTO DEL PUEBLO

Zedillo: Informe y aborto

* Jaime Avilés *

1

Del aborto. Hace dos semanas, El Noroeste, diario de Mazatlán, Sinaloa, dio a conocer el caso de una campesina que durante cinco años fue violada por su tío, hasta que, apenas entrada en la edad fértil, quedó encinta, pidió abortar y las autoridades priístas se lo negaron. El pasado 18 de agosto, en la agencia del Ministerio Público de Escuinapa, casi en la frontera con Nayarit, se presentó una muchachita en compañía de su madre, para levantar una denuncia. La niña, para los efectos legales, no tiene nombre. Lo que le ha sucedido, tampoco.

A la edad de 8 años y tras la muerte de su papá, su familia se vio en la miseria y sus miembros fueron reacomodados con diversos parientes. A ella le tocó irse a la comunidad de Copales, en la jurisdicción de Escuinapa, donde muy pronto fue convertida en esclava sexual de su tío. Para aplacar de antemano a los obispos del oscurantismo, cabe aclarar que nunca se vistió con minifaldas y jamás intentó provocar la concupiscencia de nadie. Estaba en su casa, probablemente soñando con lo que sueñan las criaturas, cuando el esposo de su tía le cayó encima. Nada más.

Cada vez que se quejaba con la tía por la conducta del otro, era reprendida si no castigada a golpes: una metafórica representación de la ley que acaba de abortar el gobernador de Guanajuato, Ramón Martín Huerta (en buena hora, por lo demás). Lo cierto es que después de cinco años de ultraje, la niña se descubrió embarazada. Se escapó del rancho, localizó a su madre y respaldada por ésta fue a exigir la protección de las autoridades. Pero en la tierra de Francisco Labastida --cuya esposa, María Teresa Uriarte, condenó con enjundia el guanajuatazo--, niña y madre no lograron sino enfurecer.

El agente del MP de Escuinapa las mandó al MP del vecino municipio de Rosario, dentro de cuyos límites, les dijeron, está el ejido Copales. En Rosario les contestaron que ese dato era falso y las instruyeron para que regresaran a la primera oficina e hicieran valer sus derechos "enérgicamente". La niña al fin consiguió radicar su queja en Escuinapa y externó su deseo de abortar de acuerdo con lo que dispone la ley, después, claro está, de haber sido asesorada al respecto no se sabe por quién ni en dónde. Pero entonces, todos los "servidores públicos" que la oyeron, le contestaron que no. Vamos, que de ningún modo. Que una cosa era la ley y muy otra los principios.

En una entrevista con Rosamaría Lizárraga, la valiente reportera que destapó el asunto y provocó una crisis en las buenas conciencias mazatlecas, el presidente del Sistema Estatal de Salud reveló que a lo largo de este año en Sinaloa ha habido 109 violaciones denunciadas, de las cuales ninguna resultó en embarazo. En cuanto a la petición de la niña de Escuinapa, afirmó que él, "por espíritu cristiano", jamás ordenaría un aborto, "aunque lo autorice la ley, porque la vida de un ser humano es intocable, y si la madre no lo desea, lo mejor es que lo entregue en adopción".

Por fortuna, ésta y muchas otras opiniones similares chocaron de frente con el sano criterio del Colegio de Abogados de Sinaloa, que interpuso los recursos legales necesarios para obligar a las autoridades a consumar el aborto pero ya. La niña, pues, fue sometida a exámenes clínicos, porque dado su raquitismo ni siquiera parecía preñada. Los laboratorios, y después los médicos, emitieron un diagnóstico terrible. El embarazo está en el quinto mes ya, pero el útero de la madre en ciernes es diminuto, de modo que se encuentra en peligro de muerte, tanto si da a luz como si le retiran el feto, lo cual constitucionalmente es imposible porque el Código Penal consiente el aborto si el embrión tiene menos de 12 semanas. A todo esto, afirma Rosamaría Lizárraga, "aunque es analfabeta, la niña dice que de grande quiere ser abogada". A las personas que se interesen en contribuir a la solución médica, social e incluso jurídica de este problema, el tonto del pueblo las exhorta a escribir al buzón de esta plana.

2

Del Informe. En el Instituto Regional de Enfermedades Cerebrales, a las afueras de Tecamacharco por el camino a Mixiotepec, el tonto del pueblo se divierte en la cama, zapeando con el control remoto del televisor. Así, lleva un rato largo alternando las hieráticas series de caricaturas japonesas con las imágenes del Informe presidencial, y a menudo confunde una cosa con otra. "No podemos culparlo", me dice un médico.

Pese a su notoria dispersión, el paciente de la cama 28 no pierde el hilo de lo que me dicta. El doctor Ernesto Zedillo despreció por igual la crítica de las armas --expresada en la multiplicación de las guerrillas campesinas que produjo su sexenio--, como la de las letras, condensada en millones de toneladas de papel periódico que jamás leyó ni tomó en cuenta. Inmune a la dialéctica planteada por Cervantes en El Quijote, se empeñó en que su obra --si "obra" hemos de llamar a la destrucción sistemática de un país entero-- fuese medida, única y nada más, en números.

El hombre que un año antes de ser destapado como candidato del PRI dijera "yo de política no sé nada", y que un año después de asumir la Presidencia confesara que "nunca he sufrido ni un dolor de cabeza ni un dolor de muelas", se lleva como suprema condecoración por su mandato la frase que en 1995 le dedicó Michel Camdessus, entonces director del FMI, al calificar su plan de choque para enfrentar los errores de diciembre: "Ningún gobernante ha tenido tanta decisión para imponerle a su pueblo tantos sacrificios".

ƑQué nos deja al cabo de tantos sacrificios? Una deuda pública que aumentó de más de 100 mil a más de 200 mil millones de dólares, gracias al Fobaproa. Un sistema bancario "rescatado" a tan grandísimo costo, que sin embargo está en quiebra técnica. Un despilfarro, no cuantificado aún, correspondiente a los programas de "lucha contra la pobreza", que no consiguió sino incrementar de 20 a 40 millones el número de personas en pobreza extrema, y de 20 a 47 millones el número de personas en pobreza relativa. Así, de una población de 100 millones de individuos, 87 por ciento queda en condiciones insuficientes para llevar una vida digna (el dato, jamás refutado, es del Banco Mundial).

Estos son los números de la miseria. No menos repudiables son los números de la sangre, pues de 1995 a 2000, bajo los auspicios del "gobierno" fueron armados y financiados por lo menos 15 grupos paramilitares asociados al PRI: casi 10 mil mercenarios. En este rubro cabe recordar a los más de 400 indígenas zapatistas asesinados en menor medida por estas bandas, pero sobre todo por la fuerza pública. Y cómo olvidar las cuatro espectaculares y horrendas matanzas --Aguas Blancas, Acteal, El Bosque, El Charco-- que permanecerán asociadas a su nombre. ƑPara qué decir más?

3

We love Jorge Legorreta. Tras las quejas del restaurante El Zorzal en contra del delegado del GDF en Cuauhtémoc --publicadas la semana pasada aquí--, un lector escribe desde Tlatelolco al buzón electrónico de esta plana y denuncia: "En su informe del año pasado, el arquitecto Legorreta se jactó de que había construido el salón Valentín Campa de nuestra unidad habitacional para personas de la tercera edad, pero (la verdad es que) ese salón existía hace muchos años. Lo único que hizo Legorreta fue pintarlo".

Por su parte, vecinos de la calle Abraham González, en la colonia Juárez, escriben para señalar que Legorreta "nos tomó el pelo estos tres años, haciéndonos ir a reuniones donde le exigimos mil veces que reubicara el verificentro que hay en nuestra calle y que no respeta los reglamentos porque causa contaminación, embotellamientos de tráfico y muchas otras molestias. El tiene el proyecto que le llevamos para que saque el verificentro y ponga un parquecito para los niños. Nunca nos hizo caso y sólo esperamos que la administración del licenciado López Obrador corrija esta situación e investigue si hay relación económica entre los dueños del verificentro y la delegación Cuauhtémoc".

4

Juntacadáveres. No, no se refiere este espacio a la soberbia novela de Juan Carlos Onetti, anteprólogo de esa otra obra maestra que es Astillero (no confundir con la columna de Julio Hernández). No, el apodo que el narrador uruguayo le endilgó al protagonista de ambos libros alude esta vez a Emilio Azcárraga Jean, quien ha decidido comprar el diario Excélsior. De acuerdo con reporteros amigos de esta columna, que trabajan en Televisa y en la empresa que destruyó Regino Díaz Redondo, la operación está cerrada. Sólo falta liquidar la sociedad cooperativa que nominalmente es propietaria del periódico, aun cuando Díaz Redondo y sus hombres de mayor confianza poseen la mayoría de las acciones. En el consorcio de Chapultepec 18, mientras tanto, no se entiende muy bien por qué el tercero de los Azcárraga prefirió meterse en la aventura inútil de revivir un muerto tan viejo en lugar de fundar algo nuevo. "Es que le interesan las instalaciones de Reforma", me revelan.

5

Contra la intolerancia. Boquiabierto al ver que Zedillo abortó la obligación constitucional de rendirnos cuentas, el tonto del pueblo sugiere que terminemos la página con tres preguntas. Una: ƑSi el Renave fracasó porque todos ahora sabemos que es peligroso dar información confidencial al gobierno sobre los automóviles que (ni el tonto del pueblo ni yo) tenemos, por qué deberíamos dar información confidencial sobre nosotros mismos, que somos algo más que un coche, en las oficinas del CURP o cédula única de registro personal? Dos: ƑPor qué no llamar por teléfono al Hábito (al 5659 1139 o al 5659 6305) y reservar una mesa para hoy, hoy, hoy, pero ya, ya, ya, para disfrutar el espectáculo de Las Bellezas de la Noche, que cantan como nadie a Kurt Weill y la música prohibida por Hitler? Tres: ƑPor qué no participar mañana en el Zócalo en la jornada Contra la Censura, Tolerancia, que organiza Alejandro Aura en apoyo, entre otros casos, a la niña de Escuinapa?

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