VIERNES 1o. DE SEPTIEMBRE DE 2000

 


* Leonardo García Tsao *

El arte degoyado

No son exclusivas del cine hollywoodense esas coincidencias por las que dos o más películas se hacen a la vez sobre el mismo tema. El año pasado vio el estreno en España de dos producciones sobre el pintor Goya. La coincidencia es más amplia. Ambas fueron dirigidas por directores alguna vez interesantes ųBigas Luna y Carlos Saura--y ambas resultaron bastante fallidas.

En Volavérunt, aún no estrenada en México, Bigas se concentró en las intrigas cortesanas entre la duquesa de Alba, la reina, Manuel de Godoy y el pintor. Saura, claro, es más ambicioso en Goya e intenta resumir lo importante de su vida a partir de los recuerdos de un anciano Goya (Francisco Rabal) en sus últimos días en Burdeos.

Desde hace tiempo el cineasta se ha mostrado desorientado en su cine de ficción, por lo que su filmografía reciente se distingue sólo por sus trabajos sobre la danza. Por eso, Saura ensaya aquí una estilización tan extrema como la de Sevillanas o Tango, utilizando recursos visuales como proyecciones, telones pintados, paneles y la iluminación expresionista de Vittorio Storaro. Sin embargo, Goya no puede sustraerse al error común de la mayor parte de las biografías cinematográficas sobre artistas: el querer explicar el proceso de inspiración y creación de un individuo a partir de los acontecimientos de su vida. (La excepción cumbre es Andrei Rubliov, de Tarkovski, pero no se vale establecer un contraste tan desproporcionado).

Sobre un guión escrito por él mismo, Saura dispersa su relato en una serie de viñetas que describen sobre todo los períodos de Goya a partir de su sordera, cuando da un giro en su obra y se inclina por temas oscuros y macabros. Sin duda, Los caprichos o Los desastres de la guerra marcan un momento trascendental en la historia de la pintura. La película no les hace justicia. Por mucho que Saura y sus colaboradores pretenden recrear el estilo gráfico de Goya, las reproducciones son más bien teatrales y acartonadas, cuando no risibles (el milagro de San Antonio, por ejemplo). Aunque Storaro le tupe a los tonos ocres y al claroscuro, las imágenes evocan otro tipo de monstruosidades. La secuencia onírica en que Goya es asediado por sus propios esperpentos, parece salida de La plaga de los zombies, el clásico de marca Hammer. (Las referencias extrañas abundan. Al inicio, el pintor se introduce a un ambiente antiséptico digno del destino final del astronauta de 2001).

No ayuda que los diálogos caigan en un tono entre recitativo y didáctico, propio de un programa de TV cultural. En sus reflexiones, Goya da la impresión ųcomún en el género biográfico--de estar consciente de su propia trascendencia. Así, se la pasa recitando aforismos ("la fantasía unida a la razón... son las madres del arte"), o incluso funge como guía del Museo del Prado y nos explica, ante el cuadro de Las Meninas, la decisiva influencia de Velázquez en su arte ("mis maestros son Velázquez, Rembrandt y la naturaleza").

Precisamente por esa intención explicativa, Goya nunca se desarrolla como personaje dramático (y menos cuando se alterna entre Rabal y un actor de tan escasa presencia como José Coronado para la versión más joven). Peor suerte corren los demás personajes, reducidos a emblemas. El de amor obsesionante le toca a Cayetana de Silva y Alvarez, la duquesa de Alba (Maribel Verdú). A falta del elemento erótico ųpresente, eso sí, en Volavéruntų Saura la transforma en una figura alegórica de la muerte, una rara fusión de Cayetana y la Catrina.

Enfrentado desde hace dos décadas a un callejón sin salida temática, Saura no ha podido recuperar la fuerza expresiva de su período previo a la muerte de Franco. Claramente, el cine biográfico no es la solución. Ante los pobres resultados de Antonieta (ese monumento al malinchismo del sexenio lopezportillista), La noche oscura (un ladrillo místico sobre San Juan de la Cruz) y ahora Goya, el cineasta haría bien en buscar otro camino.

 

Goya. D y G: Carlos Saura/ F. en C: Vittorio Storaro/ M: Roque Baños/ Ed: Julia Juniz/ I: Francisco Rabal, José Coronado, Dafne Fernández, Maribel Verdú, Eulalia Ramón/ P: Lola Films, Televisión Española, Vía Digital, Italia International Films, RAI. España-Italia, 1999.

 

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