VIERNES 1o. DE SEPTIEMBRE DE 2000
* Anuncia el Instituto de Investigaciones Económicas seminario sobre el tema
La fuga de cerebros, fruto de la errónea política para la ciencia y la tecnología
* Sólo 20% de los graduados en Estados Unidos se incorpora al SNI: investigadores de la UNAM
Karina Avilés * La errónea política para la ciencia y la tecnología mexicana ha tenido graves efectos en el desarrollo del país, y uno de ellos es la fuga de cerebros. El panorama es desalentador: en este país, un cerebro puede tardar en emplearse de 9 meses a dos años si es que encuentra trabajo, porque a veces ni siquiera puede aplicar sus conocimientos, al carecer de infraestructura y medios para hacerlo.
La formación de un doctor en el extranjero tiene un costo anual de 50 mil dólares al año y sólo 20 por ciento de los cerebros mexicanos graduados en Estados Unidos se incorporan al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), revelaron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Los costos sociales del éxodo intelectual son, entre otros, "la descapitalización del país, que indica un empobre- cimiento", así como tener que importar el conocimiento a un alto precio.
A esta situación se suma el que México ocupa el último lugar en inversión en ciencia y tecnología; por cada 10 mil habitantes de la población económicamente activa (PEA) hay 5 empleados en las áreas de investigación y desarrollo, señalaron.
En conferencia de prensa convocada para anunciar el seminario Tecnología, Desarrollo y Universidad, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) y que se efectuará 5 y 6 de septiembre, la profesora de doctorado de la Facultad de Filosofía y Letras, Judith Licea, explicó que el éxodo intelectual tiene que ver con factores económicos, falta de motivación y a veces con cuestiones familiares.
Sólo uno de ocho graduados en el extranjero se incorpora al SNI
De acuerdo con estudios de seguimiento de los mexicanos que se forman en el extranjero, se encontró que uno de cada ocho graduados en Estados Unidos se incorpora al SIN a las áreas de ciencias de la salud, y uno de cada tres a las áreas de matemáticas, informó.
Al señalar que las fuentes de información disponibles son limitadas y foráneas, expresó que, de acuerdo con una base de datos del número de mexicanos graduados en instituciones estadunidenses en los últimos 30 años, hay cerca de mil 600 doctores mexicanos registrados.
En su turno, Alma Herrera, profesora de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, señaló que la política de ciencia y tecnología en México "es completamente inadecuada", y citó que en opinión de los investigadores que han regresado al país, "cuando ellos están estudiando en el extranjero tienen condiciones materiales, de financiamiento, de vida y del desarrollo de sus investigaciones que son óptimas".
Pero una vez que regresan a México "se incorporan con el mismo perfil, las mismas funciones y prácticamente sin que nada pase ni se apliquen en efecto sus investigaciones. Incluso entrevistamos a talentos que se fueron sólo con la beca, pero sin una plaza en el país: tienen un promedio de desempleo que va de 9 meses a dos años", añadió Herrera.
La directora de Asesores Internacionales en Prospectiva, Georgina Sánchez, explicó que así como existe una "descapitalización del país", con la fuga de talentos también podría haber una "capitalización" si se les captara a estos.
Añadió que "en el proceso de cambio, el abandono acelerado de la cohesión nacional tradicional podría tener consecuencias sobre la estabilidad económica, la certidumbre política y la paz social".
Por su parte, la investigadora Heriberta Castaños destacó que uno de los problemas de los científicos mexicanos "es que la ciencia se está haciendo para ser publicada fuera del país. Si no publicamos a nivel internacional, no valemos".