JUEVES 31 DE AGOSTO DE 2000

* No se propone EU intervernir en el conflicto interno colombiano, insiste


Han quedado atrás los tiempos del "imperialismo yanqui": Clinton

* Se entrevistó con Pastrana y recibió informe sobre drogas * Reiteró su apoyo total al Plan Colombia

Reuters, Ap, Afp y Dpa, Cartagena de Indias, 30 de agosto * El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, afirmó hoy aquí que los tiempos del "imperialismo yanqui" han quedado atrás, pues su gobierno no se propone intervenir en el conflicto armado colombiano ni provocar un nuevo Vietnam, sino combatir el flagelo del narcotráfico.

En el marco de una visita de 10 horas al país sudamericano, Clinton sostuvo un encuentro con su par colombiano, Andrés Pastrana, recibió a 12 viudas de militares y policías muertos en combate, inspeccionó un puesto local de la lucha antidrogas y recibió un informe sobre los cultivos ilícitos y el tráfico de drogas.

El visitante, quien junto con Pastrana inauguró en un barrio marginal del puerto caribeño la llamada Casa de Justicia, un centro de administración de justicia comunitaria, instó a los países vecinos (Ecuador, Perú, Venezuela y Brasil) a que apoyen el combate contra el narcotráfico que impulsa Washington en Colombia.

"Yo quiero hacer un llamado personal a los países vecinos y sus líderes, con quienes he trabajado estrechamente durante muchos años, para que apoyen firmemente al presidente Pastrana y su Plan Colombia", expresó Clinton, y dijo comprender sus reticencias pero prometió "no abandonarlos".

Quiso apaciguar así los temores de que el plan antidrogas colombiano, respaldado por Washington con mil 300 millones de dólares, desborde el conflicto armado hacia sus fronteras, incida en una crisis de refugiados y lleve a los mafiosos a trasladar sus centros de operación a sus respectivos países.

El presidente estadunidense aseveró que una de las condiciones de la millonaria ayuda de su gobierno a Colombia es que "no nos vamos a involucrar en el conflicto interno de este país, y tampoco se trata del imperialismo yanqui", y reiteró que no habrá intervención militar porque los colombianos no quieren eso ni ellos tampoco.

Sostuvo que "nuestro plan es antidrogas y a favor de la paz", por lo que el objetivo es incrementar la capacidad del gobierno colombiano para combatir a los narcotraficantes, y de ese modo reducir todos los ingresos provenientes de esa fuente y au- mentar el poder del presidente para hallar una solución pacífica a la guerra civil.

Por su parte, Pastrana calificó de "muy positiva y alentadora" la declaración de Clinton de que Washington no tiene un objetivo militar en su país y favorece la paz y la lucha antidrogas, y añadió que esta visita demuestra que Colombia ya no está solo en la lucha contra el narcotráfico.

Pastrana puntualizó que mientras él esté en el cargo no permitirá una intervención militar extranjera en Colombia, y reiteró su defensa del controvertido Plan Colombia, dotado de un alto porcentaje en lo militar. Pero, acotó, en esta fecha "histórica", que en las últimas dos décadas Colombia asumió el costo del combate antidrogas.

Tras destacar que Colombia es afortunado por tener amigos como Clinton, de quien dijo ha contribuido a la paz en otras partes del mundo, expresó su agradecimiento por el apoyo recibido y expresó su confianza en que se han diseñado "las políticas adecuadas" para derrotar a los mafiosos y solucionar el conflicto con la guerrilla.

Andrés Pastrana, quien también resaltó los rubros económico y comercial tratados en la agenda bilateral, aseguró que la política de protección de los derechos humanos impulsada por su gobierno no es una imposición del exterior, y prometió a cumplir en los próximos meses los acuerdos contraídos en la materia.

Previamente a su visita a Colombia, Clinton había declarado que el país andino no está condenado a cien años de soledad debido a la violencia que lo azota, sino que en el nuevo siglo debe comenzar con cien años de colaboración por la paz y la prosperidad.

Clinton, quien tuvo oportunidad de bailar vallenato, uno de los ritmos del Caribe colombiano, partió por la noche de regreso a Estados Unidos, dejando atrás un dispositivo de seguridad que le brindó protección integrado por unos 5 mil efectivos militares, policiales y de seguridad, apoyados por 400 agentes estadunidenses.

El gobernante estuvo acompañado en esta visita por su hija Chelsea, la secretaria de Estado Madeleine Albright, la fiscal general Janet Reno, el zar antidrogas Barry McCaffrey, una delegación bipartidista del Congreso y un grupo de empresarios.

En Miami, se conoció que el Pentágono proyecta enviar a Colombia al teniente general Keith M. Huber, director del Comando Sur del ejército en esa ciudad, quien tendrá la misión de supervisar parte del paquete de ayuda antidrogas al país sudamericano por mil 300 millones de dólares.

La visita coincidió con el aval del gobierno de Colombia de extraditar a Estados Unidos a dos acusados de homicidio de un agente neoyorquino.