JUEVES 31 DE AGOSTO DE 2000

 

* Jean Meyer *

El mal vasco

Las malas noticias no son una exclusividad de Asia, Africa o Colombia, vienen también de esa Unión Europea que presume, con cierto derecho, de ser una comunidad de valores ejemplares dos veces, tanto los valores como la comunidad.

Hace poco encargó la Unión Europea a tres ''sabios'' la tarea de evaluar la situación de los derechos humanos en la pobre Austria, amenazada por el lobo Haider, mejor dicho por el acceso al gobierno de la coalición de ministros del partido derechista de Haider, el carismático populista muy de derecha.

Como lo señalan cada día con más insistencia valientes habitantes de la península Ibérica (empleo un rodeo geográfico para no ofender a ninguna etnia), ciudadanos de los dos estados que la administran: ''Más urgente sería enviar una misión de este tipo al País Vasco. Allí impera el estado de excepción, pero no porque lo haya declarado el gobierno democrático de Madrid, sino porque nadie al que la organización terrorista ETA considere enemigo suyo puede estar seguro de su vida, y porque el gobierno regional simpatiza con los violentos''.

Saramago no duda en calificar esos ''violentos'' de verdaderos neonazis, terroristas, asesinos, racistas y de extrema derecha. Fernando Savater no dice otra cosa: ''Sin perder el miedo, que es una forma de cordura cuando uno vive rodeado de asesinos y cómplices de asesinos, la gente está ya más indignada que atemorizada. Se ha dado cuenta de que es mucha, probablemente la mayoría, y que tiene derecho a pedir un cambio de gobierno''.

Rosa Montero, en un artículo intitulado ''Weimar'', afirma que ''cada día parece más evidente que los etarras están intentando imponer un modelo dogmático, racista y ultramontano que podría ser equiparable al de los viejos extremismos europeos. No sé por qué nos preocupamos tanto por Haider en Viena, cuando la verdadera amenaza está en el País Vasco. Lo que ahora se dirime ya no es la independencia o no de los vascos (una ambición por otra parte perfectamente lícita), sino el triunfo de una ideología totalitaria y la construcción de una sociedad basada en el terror''. Compara el pacto entre el Partido Nacionalista Vasco en el poder y la ETA, al concluido por los conservadores de la república de Weimar con Hitler, creyendo que lo controlarían.

Si Europa condena a Haider y sus socios católicos (tan comparables a los del PNV), los cuales pretenden privilegiar a los austriacos frente a los inmigrantes pobres, Ƒpor qué no dice nada a la ETA y a sus ''brazos políticos'' cuya ideología es mucho más reaccionaria, mucho más totalitaria, mucho más neonazi?

ƑPor qué la Unión Europea no oye al alcalde y a los vecinos de Sallent cuando lloran a sus muertos? ''Entre nuestras montañas, hoy de luto, nos sentimos profundamente hermanados con el dolor de los demócratas vascos", dijo el alcalde. ''Amigos, esto apunta a nuestra democracia, vecinos, esto va contra la libertad, contra el pluralismo y la tolerancia. Amigos, vecinos, visitantes, esto va a favor del miedo''.

Concluyó: ''ƑY qué habéis ganado, terroristas? No sois otra cosa que la personificación de la más descarnada soledad, la más prístina encarnación del profundo aislamiento en que nada vuestra cobarde, ignorante y dañina alma''.

Desde Berlín, Thomas Hanke afirma que hace tiempo que la Unión Europea hubiera tenido que pedir cuentas al gobierno regional vasco por su responsabilidad en abonar el terreno para la ETA.