JUEVES 31 DE AGOSTO DE 2000

 


* Bernardo Barranco *

Los diez retos de Fox en materia religiosa

Introducción. Vicente Fox ha despertado importantes expectativas en el campo de las Iglesias como ningún otro candidato a la Presidencia en el México moderno. Exceptuando al llamado Club de Roma, la mayor parte de la jerarquía católica lo apoyó. Sin embargo, la inmensa mayoría del bajo clero se entusiasmó más por la idea de alternancia que por el propio candidato panista. Es decir, pesó más el antipriísmo clerical que el conjunto de propuestas del candidato de la Alianza por el Cambio. Igualmente entre la comunidad evangélica desató importantes divisiones, ya que levantó simpatías entre importantes sectores, al grado de provocar públicamente desavenencias. Por el contrario, el manejo que hizo de los símbolos religiosos despertó sospechas y críticas abiertas de los sectores intelectuales, secular, que temen que la moral religiosa de Fox trate de imponerse al conjunto de la sociedad, que sea sinónimo del regreso a un conservadurismo retardatario.

A continuación y de manera sintética se plantean los principales retos que el gobierno de Vicente Fox enfrentará en materia religiosa.

1. Sostener el principio laico de separación Iglesia-Estado.

No basta mantener la distancia entre el poder secular y el espiritual sino reformular de manera moderna el carácter laico de las relaciones Estado-Iglesia. Rebasar el anacrónico carácter liberal de laicismo que arrincona la fe y las creencias a la esfera de lo individual, lo privado e íntimo y situar una nueva laicidad desde la esfera de la cultura. Con ello, se debe superar la primacía de la lógica política, en la cual lo laico depende de la correlación de poder. El principal desafío en el corto plazo será la resolución del conflicto chiapaneco en el que las Iglesias desempeñan un papel importante.

2. La propuesta económica de Fox, de carácter neoliberal, choca con los principios doctrinales cristianos. Desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta el de Ernesto Zedillo, la Iglesia católica y numerosas Iglesias protestantes han criticado los contenidos antropológicos de la política económica llamada genéricamente como "neoliberal". Aunque el neoliberalismo foxista tiene giros terceristas de "rostro humano" ha sido y será constantemente cuestionado tanto por las Iglesias cristianas como por el Vaticano. La Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) planteó en el documento Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos: "Las políticas económicas llamadas neoliberales atribuyen un papel central y casi redentor a la dinámica del mercado. Desde el punto de vista de las exigencias de la dignidad humana un modelo económico así es del todo inadecuado" (numeral 323). También los obispos afirman: "la actividad económica no ha de basarse exclusivamente en el mercado, sino que debe someterse a normas y principios éticos fundados en la dignidad humana, en las exigencias de la justicia social y en el destino universal de los bienes..." (numeral 312).

3. Cumplir con las expectativas despertadas en el "decálogo" foxista ofrecido a las Iglesias, particularmente a la católica.

Una lectura atenta a las 10 propuestas que realiza Fox, en abril pasado, en la carta que se denominó el "decálogo" de Fox, y que fue dirigida principalmente a la jerarquía católica mexicana, presenta una redacción ambigua y sujeta a diferentes lecturas. Por ejemplo, en su tercera propuesta sobre educación dice: "respetaré el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos"; Ƒqué se interpreta por respetar? Propuesta siete: "abriré el acceso a los medios de comunicación a las Iglesias..." (idem). No hay ninguna propuesta concreta en estos dos apartados polémicos, pues requieren interpretación ųy que es susceptible a diferentes interpretacionesų y necesariamente reformas constitucionales. El problema mayor es que Fox levantó grandes expectativas en el campo religioso a través de esta carta, de entrevistas privadas y manejo de símbolos religiosos. La polémica en torno al aborto es sólo una muestra de la lectura que sectores católicos y doctrinarios han realizado de las señales foxista.

4. Crear el reglamento a la Ley de Asociaciones Religiosas y de Cultos.

Una tarea pendiente es crear, definir y consensar el reglamento de la Ley de Asociaciones Religiosas y de Cultos, tarea pendiente desde 1992, fecha de su promulgación. Uno de los temas es profundización de la libertad religiosa; así como la reglamentación de los conflictos entre las asociaciones y un marco amplio de sanciones por abusos.

5. Acotar y redefinir el papel de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos.

Hasta el momento, esa subsecretaría ha sido un órgano gubernamental de presión y regulación política de las Iglesias, particularmente de la católica. Sin embargo, ante la constante y alta rotación tanto de subsecretarios (cada año cambia en promedio), directores, así como asesores de la dependencia, ha dado por resultado la inoperancia y poca efectividad. Por ello, urge profesionalizar el sector, ya que demanda un conocimiento especializado y un nivel de relación que demanda confianza. Aquí será importante precisar el papel del gobierno en materia religiosa y que en concreto se otorgue a esa subsecretaría un carácter efectivamente neutral con peso no sólo jurídico sino social sobre el conjunto complejo de instituciones religiosas.

6. Trato equitativo entre las diferentes Iglesias, confesiones y credos existentes en México.

Aunque los planteamientos, discursos y propuestas de campaña de Fox apuntan a mantener apertura, tolerancia y pluralidad de confesiones y credos, un reto importante para la administración de Fox será hacerlas efectivas. Aquí, el desafío no es sólo que el Presidente sea abierta y fervorosamente católico, sino que la mayor parte de sus colaboradores directos y hombres de confianza, serán también católicos, y muchos de ellos militantes que han surgido de grupos conservadores. Por ello, resulta importante establecer el Reglamento de la Ley de Asociaciones Religiosas y de Cultos para establecer reglas claras y evitar así una aplicación de criterios discrecionales. Ante la creciente diversidad religiosa, Ƒcómo los funcionarios y mandos medios garantizán el respeto y la pluralidad religiosa? Es importante destacar que el conjunto de Iglesias cristianas y de nuevos movimientos religiosos expresan una temerosa expectativa.

7. Moral privada, moral pública y temas como el aborto.

Sin duda, uno de los expedientes que más dividen y polarizan a la sociedad mexicana es el que se refiere a cuestiones como el aborto, control natal, uso de anticonceptivos, entre otros, y que están vinculados a preceptos y normas religiosas. Las polémicas tocan todo, desde la esfera ética hasta la política. El debate reciente sobre el aborto pone de manifiesto una aguda discusión de México consigo mismo; revela, igualmente, que en México prevalece aún una sociedad conservadora y tradicionalista, sin embargo, es justo reconocerlo, que la intensidad y la magnitud de la querella hubiera sido impensable tan sólo hace 10 años. El reto de una política gubernamental es evitar que la discusión se dé entre los polos, es decir, entre la ultraconservadora Pro Vida versus el feminismo proabortista. ƑCómo construir un debate de altura?, Ƒcómo discutir con profundidad y respeto?, Ƒes posible llegar a acuerdos mínimos, prácticos que eviten los abusos como en el caso de Paulina, pero que también respeten la libertad procreativa de miles de mujeres indígenas esterilizadas sin ni siquiera solicitarles su parecer? La posición de Fox es incómoda sin duda y sus enemigos encontrarán aquí flancos de debilidad y de división interna, sin embargo, como nunca, hoy, este debate es insoslayable.

8. Qué hacer con la educación religiosa en las escuelas públicas.

Fox enfrentará una vieja, ansiada y codiciada reivindicación de la jerarquía católica; expandir su radio de influencia cultural a través de la educación pública. Actualmente, la Iglesia detenta aproximadamente 7 por ciento del total de la educación privada en todos los niveles mediante la expansión oficial, y aspira a poder influir así a una sociedad cuyos valores y "principios morales están en franca decadencia". Aquí habría que cuestionar tanto la visión fatalista de la realidad contemporánea que hace la Iglesia como de la ausencia de autocrítica sobre su propio sistema educativo. El doctor Pablo Latapí, especialista en la materia, cuestiona frontalmente los valores que las universidades privadas católicas generan entre sus alumnos, cuyo modelo no es Cristo, sino Bill Gates. Las universidades católicas fomentan el individualismo, la insolidaridad hacia los pobres, el consumismo y el hedonismo, y una prueba de ello se logra cotejando los altos puestos en empresas y gobiernos para situar la aplicación de los valores.

9. La posesión de medios de comunicación.

Fox en su decálogo prometió abrir los medios a las creencias religiosas, sin embargo, tanto la Iglesia católica como las numerosas Iglesias protestantes y los nuevos movimientos, aspiran no sólo a espacios, sino a la posesión de los mismos. De hacerse efectiva, tendría que haber cambios constitucionales y a varias leyes en materia de comunicación.

La Iglesia católica, al respecto, está dividida. No todos los obispos esperan la posesión de los mismos, dado que la mayor parte de los concesionarios son devotos católicos y, por lo tanto, no habría necesidad. Así que, familias como los Vargas, Aguirre, Azcárraga, etcétera, podrían facilitar, como lo han hecho ya, espacios de audiencia. Aquí, el problema se presenta en términos de pluralidad, dado que las diferentes Iglesias cristianas no tendrían el mismo espacio ni cobertura; sin embargo, por su trayectoria, estas Iglesias sí tienen experiencia técnica y comunicativa dado que en Estados Unidos y América Latina, desde hace más de 20 años han demostrado e impulsado las comunicaciones electrónicas con resultados francamente espectaculares. Aquí, nuevamente toda iniciativa de Fox se enfrentará con un sector secular mexicano que aspira a una religiosidad de clóset.

10. Relaciones diplomáticas con el Vaticano.

El nuevo gobierno de Fox deberá restablecer nuevas líneas y probablemente nuevas condiciones de relación con el Vaticano. Las actuales están enredadas. Las diferencias políticas con el llamado Club de Roma, quien se inclinó por el candidato priísta, apoyado por el cardenal Angelo Sodano, actual secretario de Estado del Vaticano, hacen suponer un distanciamiento paradójico entre el presidente católico y un sector de la curia romana. Recordemos que Vicente Fox en su momento protestó airadamente, "hubo mano negra", por la remoción del ex nuncio Justo Mullor con quien había entablado fluida comunicación. Y que el actual nuncio Sandri no quiso recibirlo en la recta final de la campaña a diferencia de Francisco Labastida. El gobierno de Fox deberá evitar también caer en la tentación de convertirse en actor religioso e intervenir en las disputas internas del alto clero mexicano. Hacerlo sería un error grave, particularmente en los momentos actuales en que está en juego la presidencia de la CEM tan ambicionada por el cardenal Rivera y protegida por la secretaría de Estado. La injerencia gubernamental, tentación sugerente, en la actual redefinición de fuerzas en el seno del episcopado podría complicar su relación con la curia vaticana.