MIERCOLES 30 DE AGOSTO DE 2000
Ť CLASE POLITICA
Miguel Angel Rivera Ť La nueva democracia en la Cámara de Diputados: el presidente de la comisión instaladora, el experimentado político Augusto Gómez Villanueva -- acusado muchas veces de "dinosaurio" por sus adversarios políticos -- dio la orden, y los ujieres de ese órgano legislativo repartieron a los nuevos diputados las cédulas con los nombres de la mesa directiva para el primer año de labores, previamente aprobada por las directivas de los tres principales partidos: PAN, PRI y PRD.
Igual se hacía en las épocas en que el PRI era el partido dominante. Entonces, los pocos o muchos diputados de oposición protestaban siempre.
Ayer sucedió lo mismo, con la diferencia de que las relaciones impresas, con los cargos de la directiva y los nombres de los propuestos para desempeñarlos, se dieron a todos los diputados de todos los partidos. Algunos de ellos bromearon, pero respetaron los acuerdos. Se suponía que la directiva propuesta, encabezada por Ricardo García Cervantes, del PAN, sería aprobada por unanimidad. Pero no fue así. Hubo 21 votos en contra.
De inmediato se responsabilizó del desacuerdo a disputados priístas inconformes. Pero no fue así, los votos en contra surgieron de la "chiquillería", o sea de los partidos minoritarios, esta vez encabezados por el PT, como una manifestación de descontento por no haber sido considerados para los acuerdos sobre la conducción de la Cámara de Diputados. PAN, PRI y PRD se repartieron todo. "ƑLa exclusión es el cambio?", se quejó José Narro Robles, directivo del PT.
La directiva provisional encabezada por Gómez Villanueva no informó para quién habían sido los votos negativos. Era lo menos importante; los recién investidos diputados federales estaban más interesados en mirar hacia las galerías en donde estaban sus padres, esposas, hijos, hermanos y amigos invitados a presenciar la ceremonia donde rindieron protesta. Parecía el primer día de clases en una escuela, con los niños aplicados que volteaban con orgullo hacia sus parientes.
Abajo, en el sótano, donde está el estacionamiento para diputados, otro signo de los cambios: menudearon los autos de lujo, los Mercedes, los Máxima, los Audi, los Lincoln y otros. Ante esos vehículos se veían modestas las Suburban para las familias numerosas y las Cherokee favoritas de los políticos. ƑSus propietarios? Los jóvenes empresarios que invaden los terrenos de la política. Algunos, como los de Jalisco y Guanajuato, con experiencia en el gobierno; los otros amparados por sus títulos de Harvard, Chicago, Yale y otras famosas universidades de los Estados Unidos. Igualitos a sus colegas tecnócratas del gobierno saliente, pero ahora ya no son priístas, son panistas.
Son los tiempos de los cambios.
La cosecha
Como antes sus compañeros del Senado, los diputados del PRI recibieron la invitación para cenar anoche con el presidente Ernesto Zedillo en Los Pinos. Más o menos uno de cada cuatro, envalentonado, aseguró que no iría; otros, más moderados, se limitaron a decir que tenían compromisos previos o deseaban regresar a sus lugares de origen para arreglar pendientes antes de entrar de lleno al trabajo. Algunos observadores, al oír algunas de las airadas respuestas comentaron en tono burlón: "a lo mejor les pasa lo que al monito del cuento, que se limaba las uñas para atacar al león, pero cuando el rey de la selva se le apareció y le preguntó qué hacía, con humildad el simio respondió: aquí, nada más de hablador"...