* Los empresarios, listos para ejercer el poder
Fox, sólo administrador del orden del régimen en puerta
* Los grandes capitales nacionales y extranjeros cobrarán su apoyo al guanajuatense * Ocejo, supremacía del PAN paralelo
Carlos Fazio /IV y última * La relación de Fox con la corporación estadunidense Amway, especializada en las llamadas ventas personalizadas ?un esquema de multiniveles conocido popularmente como pirámide?, fue hecha pública el 9 de junio de 1999, cuando el entonces candidato de la Alianza por el Cambio anunció en el Hotel Fiesta Americana de la ciudad de México que adaptaría esa forma de organización a los Amigos de Fox.
La idea de construir una red estilo Amway (Red Fox 2000) había surgido después de un viaje a Washington, en mayo del año pasado, donde se reunió con altos directivos de la transnacional, que ha hecho millonarias aportaciones a la campaña del candidato republicano, George Bush hijo.
La corporación Amway siempre ha participado en política. Aunque no existen pruebas de que recursos de esa empresa hayan fluido a la campaña de Fox, el celo con el que él protege a sus patrocinadores plantea la duda. Las denuncias sobre aportaciones ilegales de empresas extranjeras a la campaña de Fox arreciaron en los meses previos a los comicios. Pero no eran nuevas. El 28 enero de 1998, el senador guanajuatense José de Jesús Padilla, de extracción priísta, propuso en la sede de Xicoténcatl 9 que se investigara si Fox estaba recibiendo fondos de la transnacional petrolera Exxon. El 21 de junio de 2000, el diputado del PRI Enrique Jackson denunció en tribuna que Fox había recibido 300 mil dólares de financiamiento ilícito del exterior.
Dijo también que los Amigos de Fox eran una tapadera para encubrir "recursos sucios". Uno de los documentos exhibía una transferencia de 200 mil dólares de la empresa belga Dehydration Tecnologies Belgium al Instituto Internacional de Finanzas, en Puebla, presidido por Miguel Hakim Simón. Hakim, nombrado después miembro del equipo de transición económica de Fox, admitió la transferencia pero alegó que fue para cubrir la liquidación de los empleados de la compañía Productos del Trópico, que está en Honduras.
Una semana después, el diputado del PRI Miguel Quiroz ofreció supuestas pruebas de transferencias de la sociedad mercantil Frugosa, filial de la empresa Jumex, a la empresa K Beta, SA de CV, cuyo director es Lino Korrodi. En una entrevista con El Universal (23 de junio de 2000), Korrodi, quien se autodefine como un "hombre clave" en la carrera política de Fox, admitió que en la precampaña (del 7 de julio de 1997 al 15 de enero de 2000) recibió aportaciones de ''muchas empresas y de muchos, muchos empresarios'', que se gastaron este año en la publicidad de la campaña.
El ex jefe de Vicente Fox en la Coca-Cola argumentó que el Cofipe no contempla ninguna sanción en caso de recursos económicos de particulares, nacionales y extranjeros, en el periodo de precampaña de los candidatos. Según Korrodi, él y Fox construyeron ''los andamiajes con el empresariado a todos los niveles''.
La sombra de Dublín
Tras la victoria foxista, una figura clave en la recomposición de las alianzas en la elite del poder es sin duda el ex presidente autoexiliado en Dublín Carlos Salinas de Gortari y su amplia red de prestanombres. El 14 de junio, desde la tribuna del Congreso de la Unión, Salinas de Gortari fue señalado como uno de los principales financiadores de la campaña de Vicente Fox.
El senador perredista Mario Saucedo reveló: ''Hay versiones serias de que Francisco de Paula entregaba a Salinas de Gortari informes y antecedentes sobre los análisis de la situación que guardaba el país, y ahora integra el equipo del candidato presidencial de la Alianza por el Cambio'', en lo que es "uno de los casos de incorporación interesada como amigo foxista o podemos pensar que es uno de los rostros visibles de los nexos de Salinas con Fox''. Saucedo repitió la teoría de que ''Fox podría ser el candidato de Salinas''.
Habló de una pugna por el poder al interior de los "sectores dominantes" y dijo que era allí donde se podían unir los proyectos de Salinas y de Fox. El legislador del PRD aseguró que De Paula, quien estuvo al frente del World Trade Center, ''es un prestanombres de Salinas'' y pidió que se investigara si a la campaña de Fox estaban llegando recursos de Irlanda. Es decir, de Salinas. Esa teoría fue alimentada por información del PRI, en el sentido de que Fox había recibido más de 90 millones de dólares de Carlos Salinas mediante diversas transacciones por medio de la compañía transnacional Jefferson Smurfit, con casa matriz en Dublín, Irlanda. El presidente de la compañía, Michael J. Smurfit, estableció una sólida relación con el ex presidente Salinas, y al terminar su gobierno le ofreció su hospitalidad en Dublín.
Según Emilio Lomas, durante 1999 el grupo Amigos de Fox (Lino Korrodi y José Luis González) recibió sendos envíos de recursos por 26.7 y 64.5 millones de dólares provenientes de las oficinas de Smurfit para América Latina en Miami, Florida, dirigida por Alan Smurfit, hermano de Michael. La ruta seguida por los presuntos montos para Fox habría partido de la casa matriz de Smurfit, en Beach Hill, Dublín, a Miami, y de allí fueron transferidos a la empresa Smurfit Cartón y Papel de México, dirigida por Carlos Sacal y Sergio Rico.
Sacal, presidente y director general de Smurfit en México, protestó de manera enérgica por la información y negó que mediante la compañía se hayan canalizado recursos para la campaña de Fox, así como cualquier tipo de vínculos con el ex presidente Carlos Salinas.
Al servicio de la plutocracia
Si alguien se ha movido como pez en las sinuosas aguas de las relaciones entre el poder económico y el político, ese es Roberto Hernández, presidente del grupo financiero Banamex-Accival y uno de los hombres más ricos del mundo. Por eso es otro de los amos de México que no podía quedar afuera en el rejuego de la transición. Amigo y compañero de buceo del presidente Zedillo en los arrecifes del Caribe y de la costa yucateca, terrateniente y empresario de la lista Forbes y asiduo contribuyente en las veladas ''con pase de charola'' del PRI.
Compañero de generación de Vicente Fox en la carrera de administración de empresas en la Universidad Iberoamericana, la amistad entre ambos volvió a renacer con bríos tras la victoria del panista y quiso ser exhibida a la opinión pública cuando el 18 de julio ambos abandonaron, juntos, la reunión del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, celebrada en el Club de Banqueros.
Ese día, Fox ocupó el asiento de copiloto en el Mercedes Benz azul marino, blindado, conducido por Roberto Hernández. El principal banquero del país, "epítome" de los nuevos ricos mexicanos, según la revista Business Week, hizo de chofer del próximo jefe del Ejecutivo, y lo trasladó hasta la residencia que él mismo le prestó para la transición, en Paseo de la Reforma 607.
Las luchas entre las fracciones del gran capital ya han comenzado a salir a luz; la más visible es la pugna entre dos viejos socios: Carlos Slim y Roberto Hernández. Sin duda, seguirán otras. Al mismo tiempo, los bloques de poder comienzan a amarrar alianzas. En la nueva constelación del firmamento foxista estarán los "químicamente puros" Alfonso Romo (Pulsar), Lorenzo Zambrano (Cemex), Juan Sánchez Navarro (Grupo Modelo), Antonio Madero Bracho (San Luis Corp., Fundación Harvard), Federico Sada González (Grupo Vitro), José Antonio Fernández (Coca-Cola Femsa) y varios ''reciclados'' como Emilio Azcárraga Jean (Televisa), Ricardo Salinas Pliego (Televisión Azteca), Roberto Hernández (Banamex), Isaac Saba (Kosa), Alfredo Harp (Banamex), familia Servitje (Bimbo), Raúl Bailleres (Puerto de Liverpool), Claudio X. González (Kimberly, actual presidente del CCE) y Gastón Luken (GE Financial Services).
En un mundo de ganadores y perdedores, unos suben y otros bajan. Por eso, en la ''lista de espera'' de los hombres del dinero estarán muchos salinistas de hueso colorado, como Carlos Gómez y Gómez (Serfin), Eugenio Garza Lagüera (Bancomer), Antonio del Valle (Bital), Germán Larrea (Minera México) y José Madariaga (ex de BBV-Probursa y compañero de estudios de Fox en la Ibero).
Entre los apestados del próximo sexenio aparecen Raymundo Gómez (Dina, Minsa), Eduardo Bours (el charolero de Francisco Labastida), Carlos Hank Rhon (Interacciones), David Peñaloza (Tribasa), Joaquín Vargas (MVS Multivisión), hermanos Autrey (Satmex) y Carlos Peralta (IUSA).
¿En qué grupo quedará Carlos Salinas? Quién sabe. De lo que no hay duda es que luego de la larga marcha desde "Estado empresario" al "Estado de los empresarios", la nueva plutocracia en curso se prepara para ejercer directamente su cuota de poder. Ha puesto al frente del negocio a uno de los suyos, Vicente Fox, quien se dedicará a administrar el orden existente y se acomodará ante las fuerzas compulsivas de los hechos y de las circunstancias, según soplen los vientos.
De acuerdo con la moda ?y con los cánones que rigen al partido virtual de la unidad?, Fox dijo en Santiago de Chile que encabezará un gobierno "de izquierda y de derecha". Rara hazaña. Pero serán los hechos los que hablen. Por lo pronto, algo que dice mucho sobre el carácter del nuevo gobierno: otro empresario, el poblano Jorge Ocejo, el entrón ex presidente de la Coparmex y representante del panismo duro, llegó a la secretaría general de Acción Nacional.
Adiós a los doctrinarios
El 8 de noviembre de 1975, frente al Consejo Nacional del partido, su presidente Efraín González Morfín había alertado sobre la existencia de un PAN paralelo. Denunció entonces que un grupo ''con ideología, organización, jerarquía y lealtades'' al margen del partido oficial estaba siendo mantenido y financiado en contra ''del PAN legítimo y estatutario". Fue el primer aviso sobre los riesgos de que el blanquiazul se convirtiera en un instrumento al servicio de los empresarios.
De la mano de los magnates de Monterrey, vía los Amigos de Fox, un cuarto de siglo después la profecía está a punto de cumplirse. El siglo XXI en México arranca con un nuevo paradigma: el de los presidentes empresarios.