* José Cueli *

Más de lo mismo

Las corridas de toros, ingrediente de nuestra herencia española al grado de ser parte de nuestra vida mexicana, van ųpaso a paso, hora a horaų perdiendo solidez, disminuyendo su color, empalideciendo como un horizonte que se aleja y debilita su acción, como una raíz que se desgasta para dar paso a la herencia anglosajona con su objetividad y sistematización; su beisbol, fut americano y boxeo.

Los toreros, los de antes, mantenían viva en el alma nacional el afán de lo autárquico, de lo libre, lo predispositivo; sus vidas eran ųsonų vidas aparte, vidas expuestas. Lástima que los toreros ya no sean lo que fueron; aburguesados, administrados con una organización que los lleva y publicita; han perdido el desenfado, el duende y la entrega de los de antes. El virus electrónico les estira los miembros y encoge el corazón que no sabe latir más que al compás de lo sistematizado, planeado y ejecutado por objetivos, contrario al toreo que es el estilo, la sal, el cachondeo, la improvización.

La ciudad urbanizada gigantescamente da paso a la herencia anglosajona y lentamente se chupa lo que nos queda de herencia española e indígena, o la envía a los pueblos. ƑDónde quedaron toreros como Lorenzo Garza, o aun Luis Procuna, que supieron hacer ver lo inesperado, que puede pasarse del pánico al adorno, de las espantadas y broncas al aire taurino con la plaza muda de asombro y tensa de entendimiento.

Toreros que con su cuerpo en todas las gradaciones de lo físico, lo estético y dinámico, emocionaban en un espectáculo en que se representaba teatralmente la muerte. La muerte que la cultura, anglosajona, hoy representada en vivo y a todo color por las ondas televisivas en sus invasiones, conquistas y asesinatos, desplaza al arte taurino, antitelevisivo por esencia.

Paso a la cultura anglosajona: qué lejos se van quedando los toros cinqueños y los toreros de tronío con sus mujeres bravías; los Joselito y Belmonte, Gallo o Gaona, Los Manolete o Garza, Los Martínez o Camino. La cultura electrónica protectora del toro de lidia no transmite ya las corridas. Adiós a Morales, Carrillo, Téllez, Carazo, Murrieta, Díaz de León, etc., porque a la electrónica le falta ese algo, ese cachondeo que es vibra, eso que es la conjunción de toro y torero a las cinco de la tarde en el centro del redondel. Las terribles cinco de la tarde, en las corridas de toros heridas ya de muerte.

Ayer, un joven oaxaqueño confundió el toreo con el circo, y el público de dulce se lo festejaba. Sus alternantes, El Cuate y El Arriero destorearon a novillos de San Francisco ųuno espléndidoų salvándose El Arriero, con un estocadón.