LUNES 28 DE AGOSTO DE 2000
* DINERO
* El doctor Zedillo, su imagen
* Escándalos de fin de sexenio
* Colaboradores en entredicho
* Enrique Galván Ochoa *
Faltan menos de 100 días para que el doctor Zedillo entregue su oficina, pero hace tiempo comenzó el ritual de la despedida. ''Evidentemente -dijo al ser entrevistado por la agencia estadunidense CNN- después de que deje la Presidencia tendré que buscar un trabajo, porque necesito trabajar, tengo muchos hijos, tengo cinco hijos, y no tengo ahorros significativos ni mucho menos. Además, todas las personas debemos trabajar. Entonces lo voy a decidir, pero obviamente no será en la política''. Cuando Fox andaba en campaña en una ocasión los reporteros le preguntaron si le daría algún empleo en caso de ganar las elecciones: ''A Zedillo no le voy a dar ni el más remoto de los consulados'', contestó entre risas. ''ƑPero, por qué tanta saña?'', repreguntaron. ''Porque ya se llevó mucho, ya no hay que dejar que se lleve más...'', repuso. Nunca aclaró si sabía algo o sólo hablaba al tanteo. Faltaban muchos meses para el 2 de julio y el sentimental abrazo en Los Pinos que inauguraría su nueva relación.
La imagen
Sus íntimos describen al doctor Zedillo como una persona que lleva una vida frugal. Según Guillermo Ortiz, su mentor y ahora gobernador de Banco de México, en su casa no había servicio doméstico. ''Es algo extremadamente inusual en México -evocó en una reciente conversación con The Wall Steet Journal-; él y Nadia seguían planchando su ropa inclusive cuando llegó a formar parte del gabinete''. Sin duda se ha afanado por hacerse una imagen de funcionario probo. Sin embargo, hay desconfiados que preferirían tener pruebas en vez de simples palabras. La jefa del gobierno del DF, Rosario Robles, al presentar su propia declaración patrimonial, invitó al doctor Zedillo a que hiciera lo mismo. Le contestó con un duro silencio. Quizá desde ese día la señora Robles se cuenta en uno de los últimos lugares de sus simpatías.
Su patrimonio
En el esquema presidencialista que vivimos la regla es que los mexicanos no tengamos acceso a la información sobre el patrimonio de los funcionarios que nos sirven, aunque lleguemos a mantenerlos en la nómina toda una vida. Del patrimonio del doctor Zedillo apenas se conoce que compró una casa en el Pedregal que fue propiedad de la familia Noriega por 6 millones de pesos, la cual ha venido remodelando y amueblando; la ocupará al mudarse de Los Pinos. Tiene otra -Ƒo ya la vendió?- en Mexicali, valuada en 550 mil dólares. Desde el primero de diciembre recibirá de sus compatriotas una generosa pensión vitalicia cuya cuantía no guarda proporción alguna con la de un pobresor jubilado.
Colaboradores
Es una paradoja que habiendo puesto tanto esmero en crearse una aureola de rectitud, el doctor Zedillo llegue al final de su sexenio rodeado por los escándalos de presunta corrupción que protagonizan algunos de sus más cercanos colaboradores. Con frecuencia se cuestionan los magros resultados de su política económica, pero rara vez su ética personal. Sería muy extraño que su imagen resultara ilesa de la investigación del Congreso -destrabada por la Corte- respecto a las aportaciones al PRI en los días de campaña, del affaire Espinosa Villarreal o del negocio del Renave que ha venido a embarrar a Herminio Blanco.
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