LUNES 28 DE AGOSTO DE 2000
* El próximo mandatario posee viejos vínculos con hombres de negocios de NL
Fox, el primer presidente empresario
* Se mantiene en secreto el monto de los fondos que aportaron a la campaña los magnates de Monterrey
Carlos Fazio /III * La llegada de Vicente Fox a la Presidencia marca el fin de un ciclo. Fox había formado parte del "gabinete alternativo" instalado por Manuel Clouthier en febrero de 1989, en el área de "política agropecuaria". Era uno de los hombres de su entorno. En una entrevista imaginaria con el espíritu de Clouthier, cuando su hijo Ricardo le preguntó quién sería el candidato del PAN a la Presidencia en el año 2000, Clouthier nombró a Fox, Carlos Medina Plascencia, Ernesto Ruffo y Francisco Barrio. "De todos, me gustaría que el candidato presidencial fuese Vicente Fox". Y la ficción se convirtió en realidad. El guanajuatense, un empresario que se sentía llamado a "salvar" a México de un régimen autoritario, consiguió su propósito: sacar al PRI de Los Pinos.
Durante el siglo XX México tuvo tres tipos de presidentes: militares, abogados y economistas. A partir del primero de diciembre Fox se convertirá en el primer presidente empresario de México.
Según Enrique Krauze "fue, la suya, una búsqueda directa, inmediata, empresarial del poder. Vinos de nueva mercadotecnia en viejos odres de caudillismo". Fox entró a la política en 1988 seducido por la reflexión turbadora del entonces líder del PAN Manuel J. Clouthier. Desde entonces se inscribió en el ala neopanista, la de los "pragmáticos", opuesta a la doctrina y la ortodoxia tradicionales.
Ese año fue electo diputado y fue construyendo su candidatura para el gobierno de Guanajuato ųque perdió en una concertacesión del PAN con el salinismo en 1991, pero que alcanzó finalmente en 1995ų, catapulta a su vez para "la grande" del 2000. Vivió de niño en un rancho vecino a la ciudad de León, al pie del Cristo del Cubilete y una de las capitales del México cristero y sinarquista. Estudió con los jesuitas, se sumergió en la lectura de las vidas ejemplares, en las biografías de santos y a punto estuvo de abrazar el sacerdocio.
A los 22 años ingresó a Coca-Cola y fue ascendiendo posiciones hasta llegar a la gerencia en 1974. En la trasnacional refresquera lo apodaban Marshall Dillon. Regresó después a su rancho de San Cristóbal para atender, junto con sus hermanos, los negocios familiares: la hacienda Del Cerrito, Congelados San José (brócoli, papa, chícharo, coliflor) y Botas Fox. Durante los últimos 12 años ha combinado los negocios con la política. Su tipología ideal clásica, en el sentido de Max Weber, lo ubica como representante potencial de la dominación carismática.
ƑEcheverrismo de signo contrario?
Enrique Krauze ha advertido sobre la veta "populista" de Fox ų"Ƒecheverrismo de signo contrario?"ų y el riesgo de que abuse autoritaria e intolerantemente de su carisma. Ha dicho que el liderazgo del guanajuatense podría degradarse "en un caudillismo plebiscitario con ribetes mesiánicos, muy peligroso en un país al que le costó mucho la separación entre la Iglesia y el Estado".
Cuando se decidió a buscar la Presidencia de la República, los asesores de Fox organizaron su campaña mercadotécnica en torno a la contradicción régimen-antirrégimen. Diseñaron un plebiscito sobre el cambio. La campaña fue efectiva y finalmente fue coronada con el éxito. Pero, Ƒquién fabricó a Fox? ƑQuién o quiénes pagaron la factura del "producto Fox"? ƑQuién está detrás de él? Ese es el secreto mejor guardado por este bocazas mal hablado y majadero, cuyo rostro se vuelve hosco cuando le preguntan quiénes son los empresarios que financiaron su campaña.
El panista contó con los servicios en asesoría política y de imagen del estadunidense Dick Morris, el "perro de ataque" que consiguió la relección de William Clinton a la Casa Blanca en 1996 y que llevó a la victoria al opositor Fernando de la Rúa en Argentina. El superasesor Morris ųque contendió con otro peso pesado norteamericano, James Carville, otro genio electoral de Clinton y estratega de imagen de Francisco Labastidaų demostró su capacidad: Fox también ganó en México. ƑPero quién pagó su factura? ƑLos Amigos de Fox? Según informaciones periodísticas de Israel y Argentina, Morris está cotizado en más de un millón de dólares.
La chispa de la vida
La importación del know how electoral de Estados Unidos, vía Morris y Carville, llevó a lo que Carlos Monsiváis definió al diario Los Angeles Times como una "coca-colaficación de la política" en México. Otra variable de "la democracia como un negociazo", según Rick Ridder. Pero la expresión de Monsiváis tenía, además, otro asidero en la realidad. De acuerdo con Carlos Navarrete, miembro de la dirección del PRD, desde un comienzo Coca-Cola (FEMSA, consorcio que incluye la embotelladora Coca-Cola) estuvo detrás de la candidatura de Fox.
En abril de 1998 Navarrete afirmó que la trasnacional "tiene a un grupo de publicistas asignados de tiempo completo a Fox. Se encargan de estudios de opinión, encuestas y del desarrollo de su imagen". Dijo incluso que Coca-Cola aportó 6.5 millones de pesos para completar los 10 millones que le costaron al ex gobernador de Guanajuato traer a México al ex presidente de Polonia Lech Walesa.
Para los adversarios del ahora presidente electo, sus nexos con Coca-Cola son evidentes. Dicen que de allí nacieron los Amigos de Fox y quienes fueron sus principales operadores en términos de recursos, Lino Korrodi y José Luis González, el publicista oficial de la trasnacional en México, sustituido después por Francisco Ortiz, que salió de Televisa. De esa relación surgió un nombre que fue mencionado en el Congreso por el senador priísta Salvador Rocha Díaz, el primero de junio, cuando subió a tribuna a denunciar la penetración de empresas extranjeras en la campaña panista: Burton Grossman.
Grossman, un hombre muy rico que murió en Texas en noviembre pasado, fue yerno de Harry Fleishman, operador de la Standard Oil en la Huasteca, representante de la familia Rockefeller en México en la época de la expropiación petrolera y un implacable enemigo del cardenismo. A raíz de la expropiación, ese grupo empresarial trasladó sus actividades del petróleo a la industria refresquera, comprando la primera planta embotelladora de Coca-Cola en Tampico; la empresa Contal, cuyo primer gerente fue Grossman. Se dice que a mediados de los setenta Fox tomó contacto con Grossman y allí consolidó su amistad con Korrodi y otros empresarios que con el tiempo se convertirían en miembros prominentes de los Amigos de Fox; según denuncias priístas no comprobadas plenamente, esa agrupación recibió fuerte financiamiento de Grossman en San Antonio y Atlanta.
Pero Coca-Cola remite también a viejos vínculos del presidente electo con un grupo de magnates regiomontanos, de cuando Fox fue directivo de la trasnacional. Entre ellos figuran Alfonso Romo (Grupos Pulsar y Savia, con actividades en más de 120 países); Federico Sada González (Grupo Vitro) y José Antonio Fernández (Coca-Cola/FEMSA). Los tres están emparentados de modo directo con el clan de los Garza-Sada, y junto con Lorenzo Zambrano (Cemex, Tecnológico de Monterrey) fueron identificados por la revista Proceso como patrocinadores del guanajuatense. "Por acuerdo de las partes, los montos aportados por los magnates de Monterrey ųy otras regionesų a la campaña de Fox se mantienen en secreto. Las consecuencias de esos vínculos, sin embargo, son cada vez más públicas".
Romo y Sada fueron incorporados al equipo internacional de transición junto con otro empresario, Valentín Díez Morodo, vicepresidente de Grupo Modelo, cuyo dueño, Juan Sánchez Navarro, ha sido uno de los principales impulsores del "cambio a la Fox". En ese contexto no parece ser ninguna casualidad que Luis Ernesto Derbez, el zar económico del equipo de transición y ex funcionario del Banco Mundial, haya sido asesor de varias empresas de Monterrey, entre ellas Alfa, Vitro, Visa y la Cervecería Cuauhtémoc.