DOMINGO 27 DE AGOSTO DE 2000

* La semana política en Estados Unidos

* Besar a la esposa hace ganar votos para las próximas elecciones

* El beso de Gore a Tipper volvió al demócrata a la pelea comicial

* Los analistas esperan una contraofensiva de Bush en este rubro

David Brooks, corresponsal, Washington, 26 de agosto * Cuando por fin el candidato demócrata a la presidencia, Al Gore, subió al podio en el acto final de la Convención Nacional Demócrata, el jueves de la semana pasada, tomó en sus brazos a su esposa Tipper, quien lo había presentado, y le plantó un largo y apasionado beso ante la ovación de miles de fieles del partido.

"El beso" se ha convertido en tema. De hecho, poca gente puede recordar los puntos presentados por Gore en su discurso de una hora. Pero todo el mundo recuerda el beso, hecho registrado y repetido en primeras planas y en los medios electrónicos.

Todos deseaban investigar si el beso fue espontáneo, o formó parte de la coreografía diseñada para las convenciones políticas de los dos principales partidos. "Fue completamente espontáneo. Me abrumaron las emociones que sentía con toda la gente vitoreando", aseguró Gore durante una entrevista por televisión nacional.

Según el diario Wall Street Journal, un "grupo de enfoque" señaló que esa emotiva expresión, junto con la calidez demostrada entre padre e hijas, ha cambiado las opiniones del electorado.

"Al Gore verdaderamente me sorprendió. No sabía que podía ser tan apasionado", declaró al Journal un participante en el evento demócrata.

Hasta un asesor de la campaña electoral de Gore comentó, medio en broma, pero muy en serio, que "con cada beso, subimos puntos" en las encuestas.

Incluso hasta su compañero de fórmula, el candidato vicepresidencial demócrata, intenta usar la táctica, y esta semana, en un acto para recaudar fondos, la esposa de Joseph Lieberman presentó a su marido y él le agradeció con un besote.

"No quiero que ustedes piensen que hay algún tipo de competencia en esta fórmula, pero le dije a mi esposa que no vamos a parar hasta llegar a siete segundos, lo cual es el récord mundial actual", bromeó.

Gore y Lieberman están de buen humor estos días, ya que las encuestas, como se esperaba, registraron un "rebote posconvención", y ahora Gore y su contrincante republicano, el gobernador texano George W Bush, están más o menos empatados en las encuestas nacionales, después de encontrarse muy por debajo antes del festejo demócrata en Los Angeles.

Pero estas "expresiones" de emoción personal en público forman parte ahora de la estrategia política de los dos principales candidatos presidenciales estadunidenses.

La relación familiar, entre los aspirantes y sus esposas, entre Gore y la muy pública participación de sus dos hijas en actos políticos, así como Bush con su omnipresente sobrino George P. Bush, se proyecta por todas partes.

Y como resultado, también son parte de la candidatura. Así, los electores se expresan sobre cómo ven a las esposas (se tiene una impresión más clara de Tipper Gore que de Laura Bush, dicen) y evalúan el carácter de los candidatos en torno a cómo se comportan (o parecen comportarse) como hombres de familia.

Las hijas del vicepresidente Gore acuden a los talk shows; las esposas de ambos aspirantes presentan a sus maridos en diversos eventos, y se dan a conocer videos de los candidatos con sus familias; se les pregunta a los familiares cómo ven al marido-papá-tío-hermano.

Y ahora se besan apasionadamente frente a todo el mundo. No es que no haya precedente en torno a las vidas emocionales de los presidentes, aunque no siempre se ha tenido la intención de divulgarlas.

Está el caso reciente de la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky (entre otras), en esta administración, así como las legendarias y apasionadas relaciones que se cuentan desde Thomas Jefferson con una esclava hasta Marilyn Monroe con John F. Kennedy, y más.

Pero como comentó una mujer que envió una carta al diario USA Today esta semana, "Gore tiene el derecho de besar a su esposa en cualquier momento y dondequiera que les guste. Y, a diferencia del presidente Clinton, por lo menos el vicepresidente está besando a su esposa".

ƑSerá que los besos ganaran elecciones? Todavía se espera la contraofensiva del texano George W. Bush en este rubro. Podría ser que el próximo "comandante en jefe" del último superpoder será el que demuestre el mejor talento para besar.

Bueno, también ambos candidatos, entre los besos, proponen derrocar al presidente cubano, Fidel Castro, fortalecer la capacidad militar del país y defender el poder estadunidense, entre otras cosas. No todo es amor y familia.

Además, los besos de los políticos parecen darse antes, durante y después de grandes actos de recaudación de fondos, donde el sonido del dinero en el trasfondo parece ser la música que acompaña aquí cualquier idilio con el poder.